ᴍᴇɴᴛᴀʟ sᴀɴᴀᴛᴏʀɪᴜᴍ ✗ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✗ EN PAUSA

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ sᴇᴠᴇɴ

MENTAL SANATORIUM

Después de varios intentos por parte de Taehyung para subir el ánimo de su mejor amigo finalmente decidió rendirse, no tenía idea de que pudiera hacerlo sentir mejor. Él entregaría todo porque el chico que ama no estuviera en un estado tan doloroso pero al parecer no existía nada que mejorara el ánimo del pequeño, Jimin no era muy apegado a su padre pero aún así le quería, la familia era lo primero y perder a alguien más hacía que su corazoncito doliera.

Celos. Sí, Kim Taehyung ahora mismo sentía esa terrible sensación de ardor en su pecho cuando Min Yoongi llamó por teléfono y su mejor amigo accedió a salir por un helado con él sin rechistar, al parecer prefería pasar más tiempo con ese Yoongi que con él y eso le hacía ponerse de un terrible humor. Desde que conoció a Jimin prácticamente el tipo siempre estuvo ahí en el medio, cuando Taehyung quería invitarlo al cine, él estaba ahí. Cuando quería pedirle que fuera su cita de San Valentín, ¡Yoongi se adelantaba! Pero agradecía a todos los cielos que su Jiminie no diera ningún paso con él.

—Ten cuidado, Jiminie. —Le pide de manera tenue para posteriormente plantarle un beso en la mejilla como despedida, un beso muy íntimo para los ojos de Yoongi. —Llámame si necesitas algo, cualquier mínima cosa.

Otra de las razones por las que Kim no quería que él saliera era por los constantes asesinatos que anunciaban por el periódico e incluso la televisión, su mente aún no procesaba que el padre de Jimin muriera por otras circunstancias y no por causas normales y naturales. La investigación policiaca había dado inicio, algunos lo relacionaban con el criminal serial Jaebum y otros estaban seguros que fue obra de Jeon Jungkook. En fin, eran cosas que Taehyung le ocultaba a su amado, no quería agobiarlo más de lo que estaba.

—¡Yah, me cuidaré, Tae!—El menor lo abraza cortamente antes de salir por la puerta con gran entusiasmo gracias a el clima que había hoy y por los helados que su hyung prometió.

—Cuídalo, Min. —Le advierte el chico grisáceo tomándole del brazo antes de que saliera por la puerta, sus ojos eran claros y peligrosos. —Hablo en serio.

Yoongi se suelta bruscamente del agarre para encararlo con rabia, ambos conectaron miradas de odio.

—No vuelvas a tocarme de nuevo o te parto la cara. —Amenaza con ese destello de furia en sus ojos para después girarse nuevamente y alcanzar al castañito.

Kim maldijo entre dientes cuando los perdió de vista y cerró la puerta con fuerza sin importarle el ruido.

—¿Está todo bien, cariño?—La voz de la mujer resuena por la casa, Taehyung exhala tratando de conservar toda la calma posible.

—Todo bien, señora Park. No se preocupe.

Y es que algo de Min Yoongi le perturbaba pero no sabía exactamente que era, no sabía la manera correcta de explicarlo.