⨳Capítulo 3⨳

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El corazón de Harry era todo un rollo de emociones que cada vez se le complicaba más manejar. Vivir con Louis y tener tantos sentimientos hacía él lo hacía permanecer en un lugar de conflicto constante con sí mismo. Sobre todo, porque Louis por momentos lograba realmente confundirlo.

¿Qué demonios acababa de suceder en la cocina? Quería averiguarlo, realmente lo deseaba, pero no se jugaría su amistad.

Mientras se duchaba podía escuchar las voces de Liam y Zayn que provenían de la sala. Reían demasiado fuerte. La curiosidad de Harry pudo más y se apresuró a ducharse para conocer la razón de tanto alboroto.

Una vez que terminó de cerrar el agua caliente, con cuidado y agudizando el oído, tomó la toalla y la enrolló en su cintura; sus rizos aún desprendían pequeñas gotas. A paso apresurado caminó hacia la habitación para vestirse pero se quedó inmóvil en cuanto cruzó la puerta al encontrarse con Louis hurgando en su vestidor.

Por supuesto que Louis no esperaba ver a Harry saliendo de la ducha. Claro que no.

—¿Qué haces aquí, Boo, necesitas algo?

Louis simplemente se quedó mirándolo. Sus ojos se paseaban por sus rizos desprendiendo gotitas de agua sobre sus hombros, por su torso desnudo y sus largas piernas. Realmente quería contestarle si no fuese porque había perdido el habla a causa de la bella anatomía que se encontraba frente a él.

Pobre Louis, cada vez le sucedía más seguido quedarse embobado mirando al rizado...Lo único que podía alegar en su defensa era que no tenía la culpa de que Harry pareciese un Dios griego en todo su esplendor. Su cuerpo cada día estaba más trabajado, más hermoso... Y Louis... simplemente debía cerrar la boca para dejar de babear.

Harry continuaba esperando una respuesta. Alzó las cejas animándole a que emitiera algún tipo de sonido. Sin embargo, disfrutaba del estado de embobamiento que atravesaba su amigo... Sí, lo estaba disfrutando.

—Ehhh... Uhm. No, solo necesitaba... Uhmm... Una remera, sí, una remera, eso es.

Tomó la primera prenda que encontró cuando se giró rápidamente hacia el vestidor.

Y Harry solo disfrutaba de ese tartamudeo.

—Puedes tomar la que quieras, Boo. —Le sonrió con picardía porque muy en el fondo lo sabía, a Louis también le estaban sucediendo otras cositas con él.

Caminó hacia el vestidor acercándose a Louis quien se encontraba inmóvil dentro de este y lo miraba de reojo, no le había quitado los ojos de encima ni siquiera por un segundo.

—¿Lo que yo quiera, Hazz? —se animó a pronunciar suavemente mientras interpuso el brazo sobre la puerta del vestidor obstaculizando el paso de Harry.

Definitivamente Harry no se esperaba esa reacción ni esa respuesta. Permaneció inmóvil observando a Louis que lo miraba dulce y provocador, algo que solamente él podría lograr conjugar de manera perfecta.

—Ja ja ja. —dijo burlón—. Sí, puedes tomar la remera que quieras. —Aunque a estas alturas dudaba que se refiriese a la ropa.

Quiso dar un paso hacia adelante pero Louis no pensaba hacerse a un lado, al contrario, se acercó cada vez más a su rostro. Harry se mordió el labio sin saber cómo reaccionar ni qué decir. Solo podía observar sus ojos azules e intentar descifrar de qué se trataba todo esto. No pudo evitar reírse por causa de los nervios.

Y Louis podía desmayarse en ese mismo instante al contemplar a Harry tan nervioso mordiéndose el labio. Sonrió complacido al ser el causante de todo lo que el rizado estaba atravesando en estos momentos.

Just A Little Bit Of Your Heart [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora