come and pick up my love [jiminxjungkook]

2: rooftop prince

La mudanza tomó más de lo que Jungkook llegó a pensar posible, incluso con la ayuda de Taehyung y el automóvil de Junghyun a su total disposición. Para haber vivido en un departamento donde apenas era capaz de estirar ambos brazos a los lados sin chocar contra las paredes, se las había arreglado para amontonar una buena cantidad de cachivaches. Junghyun se quejó de ello un par de veces mientras subía las cajas por las escaleras de la casa, pero después se aseguró de recordarle a Jungkook que no tenía problemas en que lo llamara si necesitaba algo.

Había conseguido una buena habitación en las cercanías de la universidad. Su hermano había lucido escéptico cuando Jungkook le contó que viviría en un pequeño dormitorio de azotea, a quince minutos de la estación de tren más cercana y diez del campus universitario. Solo se sintió satisfecho después de acompañar a Jungkook a ver la habitación y darse cuenta de que, efectivamente, era un buen lugar.

La señora que lo arrendaba era una anciana que luchaba por ganar un poco de dinero con una pequeña tienda de libros usados en el frente de su casa y necesitaba otro ingreso con urgencia. Había estado tan feliz cuando Jungkook la llamó que el chico se sintió mal al decirle que lo pensaría antes de arrendar. Por suerte, fue por lejos el mejor lugar que pudo encontrar en su búsqueda y la renta era barata, así que Jungkook volvió a los dos días con el dinero del depósito y comenzó a mudarse en cuanto la señora le entregó las llaves de la habitación.

Jungkook dejó el bulto que había hecho con las mantas para la cama y observó el desastre en frente de sus ojos por un segundo, desanimado. Aún quedaba mucho por hacer y no tenía suficientes días para organizar todo antes de entrar a clases. La habitación tenía una pequeña cocinilla con un refrigerador en una esquina, un espacio para la cama y el velador en otra, la entrada a un baño pequeño al fondo y un espacio donde Jungkook pensaba colocar su escritorio, justo debajo de la ventana.

—Esa es la última caja—dijo Taehyung, sacándolo de su ensimismamiento. La dejó encima de otra a un rincón y puso los brazos en jarra, mirando alrededor. — ¿Estás seguro de que no necesitas ayuda con todo esto, Kook? Se ve como una tarea titánica y tienes cuánto ¿una semana y media antes de empezar el semestre? Con Namjoon hyung nos demoramos al menos un mes en ordenar el departamento.

Jungkook sonrió y sacudió la cabeza.

—Hyung y tú viven en un departamento con todas sus letras, dentro de un lindo complejo y con al menos tres habitaciones en total. Yo tengo una sola habitación y un baño, no creo que me tome un mes arreglármelas acá—objetó. No pudo evitar mirar las cajas amontonadas y suspiró, rendido—. Aunque no me negaría a un poco de ayuda, hyung. Solo si estás libre.

Taehyung asintió, una sonrisa pegada en su rostro.

—Cuenta conmigo durante la mayoría de esta semana, no tengo nada que hacer además de tirarme en el sofá y ver a Namjoon componer canciones. Desempacar suena como un cambio interesante.

Jungkook soltó una carcajada, secándose el sudor de la frente. Era impresionante que estuviera sudando una tarde de febrero, pero subir las escaleras había resultado un ejercicio más pesado de lo que ambos chicos pensaron en un principio. Taehyung llevaba todo el día jurando que había desarrollado de nuevo toda la musculatura que se le había atrofiado al entrar a la universidad.

Ambos se sentaron en el piso de la habitación después de asegurarse de que el coche de Junghyun estaba bien cerrado y estacionado. Su hermano estaba trabajando y Taehyung se había quedado a cargo de conducir, porque Jungkook no tenía licencia en su país natal. Abrieron una botella más de agua envasada y se sirvieron en unos vasos de plástico de colores, lo primero que Jungkook encontró al rebuscar entre las cajas con los pocos utensilios de cocina que tenía. Taehyung carraspeó, tomando un sorbo de agua como si estuviera preparándose para preguntar algo serio. Jungkook tenía una idea del tema que quería sacar a colación.