1. Elegy

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Elegy: Una pieza de música en la forma de un lamento.

El bosque susurra a su paso, alertando a las aves nocturnas que salen huyendo desde las copas de los árboles

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El bosque susurra a su paso, alertando a las aves nocturnas que salen huyendo desde las copas de los árboles. Un rayo ilumina la bóveda oscura y la criatura que atraviesa la arboleda a un ritmo fugaz se distrae solo un segundo. Pésimo error, y solo uno es suficiente: la sombra que perseguía ha desaparecido y lo próximo que sabe de ésta es el peso de un cuerpo gélido cayendo sobre él, atrapándole nuca contra el suelo.

El lobo sisea.

─Ser quien corre detrás no te convierte en el único depredador. ─Es algo que nunca podrá permitirle olvidar. Ni por un instante. —Estás cazando algo que puede cazarte. Céntrate.

Un gruñido de dolor se deja oír cuando el agarre que le tuerce el brazo tras la espalda se aprieta y la presión de su otra mano insiste en mantenerle la cabeza pegada a la tierra.

─Vigila tu espalda y no dejes de mirar hacia arriba.

Es todo lo que tiene que decirle antes de que su peso desaparezca de la espalda del crío, liberándolo.

Pum.

Pum.

Puede percibir su latido, el flujo de la sangre al bombear por el cuerpo: tenue, tentador.

No hay tiempo para apreciarlo.

La sombra vuelve a desaparecer. Si la bestia se concentra puede escucharle. El aleteo, el fru-fru de su ropa al rozar con la piel, o los arbustos; incluso su respiración. Puede verle porque le escucha.

Le espera. Solo tiene que esperar y vendrá a él por su cuenta.

...

¿Quién fue el cazador esa noche?

(...)


La nieve se amontona a los lados de las calzadas y pierde su inmaculado color bajo los miles de pares de pies que pasan sobre ella a lo largo del día. Aún es pronto para colgar los adornos de Navidad pero el invierno impone su llegada con furia: nadie sale desabrigado a la calle entre las numerosas nevadas que enfrían el ambiente. Todo se vacía pronto porque el sol cae rápido, y para cuando el cielo se convierte en un manto negro, no se ve un alma.

Excepto las que no tienen otro lugar.

La ciudad está muerta. En medio del silencio sepulcral los acelerados pasos hacen eco, pero nadie parece escucharlos; en cambio el chico puede escuchar su propio corazón retumbarle en los tímpanos, tan ruidoso como los acelerados jadeos que forman nubes de vaho a su paso. Corre. Solo corre. Hasta que las piernas le duelen demasiado y el aire helado que respira se le clava en los pulmones como cientos de agujas.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2020 ⏰

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Amaranthine ⌜ ᵀᴼᴰᴼᴮᴬᴷᵁ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora