[Twice-BlackPink-Red Velvet OS] ~ Sábanas Blancas°

°<Four>° ~Any Love Is Still Love~

Myoui Mina, hija del Conde Myoui Mori y la Condesa Myoui Jina. Una chica rubia, de piel blanca, de tal belleza comparada a la de la más hermosa de las flores, codiciada por todos y envidiada por todas. Mina cumplió los 23 hace poco. Se hizo una gran fiesta en su honor a la que asistieron las personas más importantes del país. Aquellas mujeres que vestían vestidos largos(valga la redundancia), con los corseses apretados, aquellos peinados extravagantes, sus joyas brillantes en el cuello y las manos, sus mejores tacones para parecer más altas. Y esos hombres que iban de traje siempre, con zapatos relucientes, muy bien peinados, aunque bueno, era el estilo de la época. Pleno 31 de diciembre, un día un poco difícil para cumplir. Marcaban las 11:59 todos los relojes, el pueblo en las calles emocionado, fiestas en todas las casas, desde los más pobres hasta las más ricos y distinguidos...

-3!! 2!!! 1!!!! Feliz año nuevo!!!-gritaban todos desde el salón principal.

-Feliz 1847 Mina-le deseaba su madre

-Feliz año nuevo madre-le deseaba también Mina a su madre-Y feliz año nuevo a todos!!!-gritaba emocionada la chica

-Mina! ¿¡Dónde han quedado tus modales?!-La regañaba la madre.

-Jina, dejela, es año nuevo y su cumpleaños-le pedía el padre de Mina

-Gracias padre. Usted siempre tan amable.

-Feliz año nuevo hija mía-le deseaba y le daba un beso en la frente.

Así era todos los años, pero Mina nunca se aburría, al contrario, se emocionaba cada vez que oía cierta bulla desde su habitación proveniente desde el salón principal de la mansión.
Pasaron 2 meses desde aquella gran fiesta. Mina y sus padres se encontraban disfrutando de aquel delicioso almuerzo que prepararon los cocineros y los sirvientes para ellos.

-Mina, mañana debes vestir elegante y hermosa. Tendremos unas visitas-le informaba el padre.

-¿Visitas?-trataba de confirmar lo que había escuchado, confundida Mina.

-Si. El Senador Park y su hijo vendrán a cenar mañana como nuestros invitados especiales-le seguía informando el padre.

- Y a qué se debe esta...sorpresiva visita.

-Pues...Mina hija mía, ya tienes 23 años. Se he muy mal ante la sociedad que una joven de tu edad, de tu clase...no esté casada aún-Mina ya sabía por donde iba todo.

-Padre, ¿me está usted diciendo...que me voy a tener que casar con un total desconocido...solo para mantener la reputación de nuestra familia?-le preguntaba indignada.

-Miralo del lado bueno. El casamiento de tu madre y mío fue arreglado y nos enamoramos al final-le dio una mirada de amor a su esposa.

-Pero padre, yo me quiero casar con alguien que ame de verdad, alguien por quien sienta algo. No con un chico del que apenas sé el nombre.

-Mina, no protestes. Ya está decidido. Te vas a casar con el joven y no se hable más-Mina se levantó de golpe de su asiento

-Si me disculpan, he de retirarme, me siento indispuesta. Compermiso-Se fue casi corriendo a su habitación, estaba alterada. Se tiró en su cama para calmarse y no romperlo todo. Pero aún no se calmaba. Así que decidió salir a dar un paseo y tomar un poco de aire fresco. Cabe recalcar, que cerca de la ciudad, había un bosque, y dentro de este,  un río al que Mina le encantaba ir a calmarse y relajarse desde que cumplió los 13 años de edad, cuando vio a su padre pegarle a su madre por primera vez. Así que ahí es a donde se dirigía. Llegó un poco cansada a la entrada del bosque, pues no era poco lo que había que caminar hasta llegar ahí. Se adentró en este, pasando su mano por cada tronco de árbol que veía en su caminata hasta llegar al río. Mina se quitó los zapatos y metió sus pies en el agua. Por fin estaba en plena paz, como ella quería.
-Ahhhhh...Por fin sola-se decía a sí misma en un estado de relajación interna del que no quería salir. Pero tuvo que hacerlo, pues se percató a tiempo de un movimiento extraño en el agua, que se iba acercando cada vez más...y cuando estaba a centímetros de ella, desapareció por unos segundos. Mina pensó que ya se había ido lo que sea que fuere eso, pero saltó, haciendo que la chica cayera hacia atrás gritando del susto.