Capitulo 4

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Veintiséis horas después de pronunciar el «Sí, quiero», la prensa descubrió a TN() y a Yong desembarcando de su jet privado. Gracias a Dios, TN() había tenido la precaución de llevarse unas gafas de sol bien grandes consigo tras las que poder ocultar el estrés, que ya era evidente en sus ojos. Los periodistas no habían cambiado desde la detención de su padre. Les bloquearon el paso, tomaron fotografías de los dos y les hicieron todo tipo de preguntas.

Yong Hwa la guió hacia el exterior del aeropuerto con un brazo posesivo alrededor de su cintura. Con un poco de suerte, antes de que llegara el fin de semana muchos ya se habrían bajado del carro, llevándose los focos a otra parte. De no ser así, tendría que enfrentarse a los paparazzi ella sola.

Yong dijo unas palabras, más bien pocas, mientras avanzaban. Cosas como «el amor de mi vida» y «me hizo perder la cabeza». Parecía tan sincero. Si no estuviera al tanto del plan, TN() le habría creído sin pensárselo dos veces. En una ocasión, Yong acercó los labios a su oreja y le susurró: «Será peor en Europa, así que saca a la esnob que llevas dentro y sonríe».

Sin dejar de sonreír, TN() se apoyó en él para montarse en el asiento trasero del coche que les esperaba. La instantánea del momento apareció en los canales de televisión más importantes y en tres revistas del corazón.

El amigo deYong Hwa, Jong Hyun, resultó ser toda una sorpresa. Con su pelo rubio y su apariencia de surfista era el extremo opuesto a su marido. Siempre bien vestido, era inteligente, pragmático y tenía un gran sentido del humor. Le dio a TN() su número de móvil y la animó a que lo usara si necesitaba cualquier cosa mientras Yong estuviera fuera de la ciudad.

Tal y como habían acordado, Yong le entregó a TN() una copia de las llaves de su casa, que estaba en la zona más elevada de Malibú y cuyas vistas sobre el mar eran espectaculares. La casa era enorme: mil metros cuadrados en una propiedad de cuatro hectáreas. El servicio incluía cocinera, asistenta y un equipo de jardineros para cuidar de la finca. Neil, el chófer de Yong, se ocupaba del personal y vivía en la casa de invitados. Era tan corpulento que un equipo de fútbol americano al completo se sentiría intimidado a su lado. Yong Hwa le contó que también hacía las veces de guardaespaldas.

Tras desearle un feliz vuelo a su marido, TN() regresó a su adosado de alquiler sumida en sus pensamientos. El proceso de búsqueda de una esposa y su ejecución habían sido movimientos muy inteligentes por parte de Yong. Ni siquiera una mujer fuerte como ella podía evitar volver la cabeza y mirar cuando una fortuna como la suya pasaba junto a ella.

—No quiero ni saber cuánto cuestas —murmuró, admirando el anillo que brillaba en su dedo y haciéndolo girar. Tendría que devolverlo en cincuenta y cuatro semanas, pero hasta entonces disfrutaría de él.

La voz de Eliza gritó un «Sin comentarios» y luego se oyó un portazo.

—Madre mía, ¿cuánto tiempo vamos a tener que aguantar esto? —Eliza, más amiga que empleada, descolgó el bolso de su hombro y lo lanzó sobre la mesa de café.

—Se irán en un par de días.

—Pareces muy segura.

—Lo he vivido antes. El divorcio atraerá todavía a más prensa.

Eliza lanzó sobre la mesa un periódico en cuya portada aparecían los rostros sonrientes de TN() y Yong.

—Sois muy convincentes.

TN() sonrió. Se moría de ganas de que la prensa desapareciera, pero al mismo tiempo le gustaban las fotografías que les habían hecho. Al fin y al cabo, eran las únicas fotos que tenía de su boda.

—No hacemos mala pareja.

—¿Mala pareja? Si parecéis felices como dos tortolitos.

—¿Las tórtolas tienen cara de felicidad? —se burló TN().

El contrato (Adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora