Capitulo 2

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Blake acarició las fotografías de las tres mujeres que TN() le había

enviado. Todas eran perfectas: cultas, con estudios y preciosas. Entonces

¿por qué se habían apuntado a una agencia de citas para encontrar un

marido temporal? Tenía que haber algún tipo de conexión entre ellas y la

propia señora Casamentera, pero Yong Hwa no conseguía dar con ella.

Candidata número uno, Candice... Sin apellido. Según el informe, era

estudiante de derecho de segundo año y tenía las típicas deudas de

estudios. Le encantaba el arte y dedicaba su tiempo libre a correr

maratones. Yong Hwa volvió a mirar la fotografía. El parecido con Jacqueline

era desconcertante. TN() había pensado en todo, hasta el punto que

había incluido las medidas y el peso de la chica al final de la página.

Debajo de la fotografía, TN() había escrito una nota explicando que las

agencias de citas solían utilizar imágenes antiguas del instituto retocadas

con Photoshop, pero que Alliance actualizaba las suyas cada seis meses.

Candidata número dos, Rita... De nuevo, sin apellido. Ayudante en la

consulta de un médico y preparándose para entrar en medicina. Le

encantaba la navegación y pasar temporadas en lugares exóticos. Había

viajado por muchos países, pero los papeles de TN() no hablaban de cómo

se lo había costeado.

Candidata número tres, Karen... Yong Hwa no se molestó en buscar el

apellido. Sabía que no aparecería por ninguna parte. Karen podría haberse

dedicado al mundo de la moda. Sus ojos, de un azul increíble, y su

hermoso cabello de un rubio blanco como la nieve eran suficientes para

dejar sin respiración a cualquier hombre. Karen no iba a la universidad y tampoco tenía préstamos de estudios pendientes. Dirigía una especie de

hogar para ancianos y hacía de mentora para chavales en un club para

niños y niñas.

Las tres eran perfectas. Entonces, ¿por qué tenía la sensación de que

ninguna de ellas encajaba?

Se inclinó hacia delante y cogió el teléfono.

—¿Y bien, Mitch? —preguntó cuando su ayudante respondió al otro

lado del teléfono.

—Todavía tengo un par de llamadas sin respuesta, pero he encontrado

algunos datos interesantes acerca de la señorita Elliot.

—Genial, tráeme lo que tengas.

Yong Hwa se acercó al ventanal de su despacho, que ocupaba toda una

pared desde el suelo hasta el techo, y miró hacia abajo, a la ciudad que se

extendía a sus pies. Llevar su negocio de transporte marítimo desde cuatro

El contrato (Adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora