Capitulo 5

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Yong se frotó la cara por millonésima vez aquel día. El mensaje de TN() lo había dejado descolocado y todavía no había podido hablar con ella.

¿En qué demonios estaba pensando Vanessa? ¿Qué le había dicho a su mujer? No llevaba ni una semana casado y ya tenía que pensar en la forma de mantener a su esposa y a sus amantes separadas. Yong Hwa ni siquiera había hablado con Vanessa desde el día en que puso el anillo en el dedo de TN(). Había intentado llamarla, una única vez, pero cuando el mayordomo le dijo que su señora no aceptaba llamadas, pensó que ya no tenían nada más que decirse.

Jacqueline le había enviado un frío «Llámame cuando te canses de ella».

¿Y qué había querido decir con «víbora»? Nada bueno, seguro.

Maldita sea. Si no tuviera que pasarse un día entero volando, ahora mismo se montaría en su avión privado, aunque tomar decisiones precipitadas nunca había sido su estilo. El plan era volver a Estados Unidos el domingo por la tarde para recoger a su mujer y escoltarla de vuelta a Europa.

A menos que TN() le necesitara antes, se mantendría fiel al plan original. La idea de verla seguía despertando en él un sentimiento que le dejaba sin respiración. Las conversaciones que mantenía con ella por teléfono le alegraban el día de una forma que jamás hubiera imaginado. Tanto flirteo acabaría convirtiéndose en un problema en cuanto estuvieran en el mismo país. Un océano de por medio parecía una distancia segura. Quizá por eso últimamente tenía la sensación de estar abriéndose a ella. Para él, las mujeres siempre habían sido un juego al que no podía negarse a jugar. Primero a atraerlas, lo cual no le resultaba difícil, y luego a seducirlas. Aunque hasta entonces nunca se había marcado un tiempo máximo, sus relaciones solían durar de media entre seis meses y un año. Sin embargo, la atracción que sentía por ellas solía apagarse mucho antes. Yong no conocía la monogamia, un rasgo que sin duda había heredado de su padre.

Con TN() no le hacía falta jugar. Por primera vez en su vida adulta, se sentía cómodo siendo honesto con el sexo opuesto.

Su teléfono le avisó de la llegada de un mensaje con un pitido.

—TN() —susurró Yong, esperanzado.

Pero no era ella, sino un mensaje del banco informándole de los movimientos de la tarjeta que le había dado a su mujer.

Quizá al final la visita de Vanessa serviría para algo, pensó. Comprobó la cantidad del cargo y sonrió. De pronto recordó el comentario de TN() acerca de que las mujeres eran criaturas emocionales. Al parecer, su esposa no era inmune del todo.

Las épocas más traumáticas en la vida de una persona a veces despiertan en ella un sexto sentido sobre las cosas que la rodean, o al menos eso era lo que creía TN(). Y es que nadie podía negarle que, a pesar de lo joven que era, había sufrido más que muchos otros en dos vidas.

Pronto la chusma de la prensa rosa la sustituyó por la sensación del momento, una actriz que por culpa de las drogas y del mal comportamiento había dado con sus huesos en la cárcel. Gracias a Dios, se olvidaron de la nueva duquesa que vivía en las afueras de Tarzana, aunque TN() no dejó de sentirse observada, de notar el peso de unos ojos ajenos sobre ella.

Y empezaba a estar harta.

El último año de libertad de su padre había sido exactamente así. TN() descubrió a varios estudiantes nuevos en el campus a los que luego nunca veía en clase pero que se cruzaban con ella continuamente. Coches oscuros seguían a su descapotable y aparcaban al otro lado de la calle. Los teléfonos de casa emitían un sonido cada vez que levantaba el auricular, una especie de clic. Llegó al extremo de vestirse en el lavabo o en el enorme vestidor de su dormitorio como medida de privacidad.

El contrato (Adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora