III

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EL CAFÉ DE SU MAÑANA...

Ella decidió pintar temprano por la mañana, pero no tenía  pinturas...
Sin embargo ella tenía una taza de café entre sus manos, para calmar su sed de amores... Fue ahí cuando se miró así misma, se fue descubriendo, y ella, tomando de sus manos aquel café, pinto con el todo su cuerpo, las paredes e incluso el aire con sus aromas.

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