La miro y no entiendo cómo tú corazón me eligió a mí, si yo no soy ella!
Ella, creyendo ser la luz que ilumina tus días.
Y yo, pensando que sólo soy tu linterna mientras esperas por ella...
XXIII
La miro y no entiendo cómo tú corazón me eligió a mí, si yo no soy ella!
Ella, creyendo ser la luz que ilumina tus días.
Y yo, pensando que sólo soy tu linterna mientras esperas por ella...