Confía en mi [TordTom] [Eddsworld]

Cap N°7: Cena no-familiar

(Omnisciente)

-P-perdón por el desorden – Se disculpó el británico cuando bajaron a la cocina.

-Tranquilo, no hay problema

El noruego ya había entrado a la cocina cando buscaba a su, ahora, novio. Había fruta y algo de pan por ahí y allá.

-Jaja, sí pues... es que con todo lo del colegio y aparte mí ya-no-trabajo no quedaba mucho tiempo para prepararme un desayuno "decente" – Explicó el menor mientras se sentaba en una silla y desviaba la mirada de su pareja, se sentía algo apenado.

El de cuernos miro algo preocupado a su contrario, se le acercó y lo abrazó por la espalda, lo que Tom agradeció.

- ¿Cocinamos algo?

-No creo poder hacer nada decente – Dijo entre risas el de cuencas.

-No tiene que ser nada "decente", me conformo con que sea masticable

-Si, nop. ¿Te imaginas a Edd regañándonos por terminar en el hospital por infección estomacal?

-Valdría la pena si terminamos fastidiando a "mami Edd"

Al final de limpiar la cocina, terminaron comiendo pan tostado con mantequilla y queso derretido, nada mal para un par de adolescentes que no pueden prender fuego sin dejar heridos alrededor.

Tord se alegraba de ver a Tom disfrutando de esta pequeña merienda, se veía como un niño pequeño y se veía tan tierno así...

-Jaja, ¿Q-qué? – Preguntó el británico riendo, al darse cuenta de que el noruego se lo comía con la mirada.

-Nada, nada. Solo admiraba tu linda cara – Respondió el noruego, disfrutado ver la cara de su novio sonrojarse.

Tom iba a decir algo, pero empezó a sonar el teléfono de la casa, al estar los dos en silencio se sobresaltaron.

-Voy a contestar, seguro en mi tía para avisar que llegará tarde o algo – Dicho esto se levantó de la mesa y se dirigió a la sala.

El de ojos rubíes se quedó en el comedor, no lo había pensado mucho, pero sabía que su pareja no merecía seguir viviendo bajo el mismo techo con esas personas tan desagradables, desde su punto de vista, solo era cuestión de tiempo antes de que...

-S-sí ya, adiós – Se escuchó decir al menor desde la sala – Hay carajo – Suspiró, frotándose la cara.

- ¿Qué pasa? ¿Algo malo? – Se le acercó el noruego, sin disimular muy bien su alteración.

-N-no, no es nada de eso – Se apresuró a decir el menor – Solo dijo que ya viene para acá

-Ah, está b-bien

Se formó un silencio un tanto incómodo para la pareja de adolescentes.

- ¿Crees que les moleste si me quedo?

El de cuencas se sobre salto al oír esas palabras.

- ¿T-te quieres quedar?

-Solo... los quiero conocer – Respondió el de cuernos con una mirada un tanto nerviosa.

-Ah... está bien... - El británico suspiro un tanto cansado – Voy a ponerme algo con mangas largas... para taparme... ya sabes – Murmuró refiriéndose al vendaje de su antebrazo derecho.

-Eh... ten, usa eso – Dijo el mayor a la vez que se quitaba su sudadera roja y se la daba a Tom.

-T-tu... o-ok – Sin decir nada más se vistió con la prenda de su pareja - ... m-me queda un poco grande, jaja – Dijo riéndose, y tenía razón, las mangas le cubrían sus manos.