Tomé su mano - Gwilym Lee [chico x chico]

295 9 1
                                    

Era 1958, yo estaba de viaje con mi novio en San Francisco, fuimos al café Vesuvio. Recuerdo que había música de fondo, Little Richard... Era uno de nuestros favoritos. Estábamos tomando algo, sin molestar a nadie. Era nuestro cuarto viaje a san Francisco, íbamos porque teníamos amigos allá y era la mejor ciudad para ser nosotros mismos. Ya nos conocían en el bar, era el que más frecuentábamos.

De repente vimos a tres policías entrar, las chicas de la mesa junto a nosotros nos dijeron que no los veamos, que se irían; pero entonces llegaron más polícias, así que empezamos a correr. En el camino me golpeé con un par de policías y me partieron una copa en la cabeza. Vi cómo se llevaron a una de nuestras amigas, su nombre era Quinn. Antes de que salieran del bar, intenté ayudarla, pero no sirvió de nada. La cosa empezó a ponerse peor, así que decidí que era momento de que nos fuéramos de ese lugar. Logré salir por una ventana, creí que Gwil estaba detrás mío, pero no lo ví. Empecé a ver a todos lados, aterrorizado. Había gente huyendo, volaban golpes y esos malditos cerdos se aprovechaban de quienes menos podían defenderse.

Corrí hacia donde no había tanta gente y lo encontré. Estaban dándole una paliza entre dos policías. Entré en pánico, no sabía qué hacer. Acomodé mi chaqueta y me acerqué con la mayor confianza posible, intenaba mostrarme traquilo.

-Oficial, soy Emmet White, clínica de la calle dos. Este se nos fue hoy de conversión. Ahora es nuestra jurisdicción.- No mentí del todo, sí soy doctor, pero no aquí.

Gwil estaba hecho un desastre. Uno de los policías asintió y me lo entregaron, prácticamente no podía pararse. Hice que rodee mis hombros con uno de sus brazos y lo llevé a casa de nuestros amigos.

Alex y David, ambos doctores. Se conocieron en 1952, en el trabajo. Nosotros los conocimos en 1956, en el Vesuvio. Hubo una pelea con las chicas trans; salieron muy heridas, así que nosotros nos encargamos de ayudarlas con cores, golpes, etc.

Al llegar a la casa de los chicos toqué el timbre, David salió y nos hizo pasar. Nos ayudaron a ambos y nos quedamos un rato esperando que Gwilym se recuperara. Les conté todo lo sucedido, resulta que era la tercera redada de la semana. Los cerdos estaban cada vez peor. En el úlrimo mes habían desaparecido 5 chicas y un chico trans, raptaron 4 parejas de chicas y 7 de chicos; se deshacían de nosotros, uno por uno.

En esa época, cuando éramos jóvenes, ni siquiera teníamos marchas, sólo nos teníamos los unos a los otros. En ciertos barrios podías ser tú, pero en otros tenías que pretender. A Gwil y a mí no nos gustaba, nos cansamos y en el '64 fuimos al concierto the The Beatles juntos.

Era el 20 de Septiembre; el lugar estaba lleno de gente, por lo que pasábamos desapercibidos. Recuerdo que salimos y caminamos tomados de la mano, habíamos perdido el miedo y un grupo de universitarios nos vio. Antes de que nos diéamos cuenta, empezaron los golpes, de repente no vi nada. Me desperté en una camilla de hospital y la mamá de William estaba ahí. Todo se veía borroso y me dolía todo el cuerpo, apenas recordaba lo que pasó. "Es tu culpa, tú lo trajiste a esta vida", me dijo; no entendía de qué estaba hablando. Sabía que Ceinwen me culpaba por la bisexualidad de Gwil, pero no hablábamos del tema hace años. Le pregunté por qué sacaba el tema de la nada, me miró fijo a los ojos y me dijo "Tú mataste a mi hijo". Así me enteré que el amor de mi vida había muerto. Esos chicos lo golpearon hasta matarlo. No pude ni despedirme. Me mente se pudo en blanco, todo iba demasiado rápido, él no podía estar muerto.

Cuando me sentí mejor, una enfermera me ofreció ir a la habitación donde Gwilym estaba; por supuesto acepté. Al entrar él estaba ahí acostado, su piel era más blanca de lo normal, su rostro estba destuído. Me acerqué a tomar su mano, estaba helada; fue en ese momento que me di cuentrta, realmente se había ido. Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos y yo daba besos en su mano, esperando que ayude o... O algo.

-Lo siento, lo siento tanto. No debí tomar tu mano, debí esperar. Por favor, no me dejes... No te vayas.- No podía parar de llorar y parecía ser cada vez peor, sentía que la vida se me iba con cada segundo que pasaba.- Te amo más que a nadie. Prometo que voy a pelear, para que nadie más tenga que pasar por ésto... Lamento haberte matado.- Realmente era mi culpa, si yo hubiera esperado, si no hubiera querido hacerme el valiente Gwil estaría vivo y estaríamos en mi casa, tranquilos.

El día siguiente fue el funeral, éramos cinco personas en total. Su madre, su hermano, Alex, David y yo. Lloré todo el tiempo. ¿Cómo se suponía que superase ésto? El resto se fue y quedé solo, ya estaba anocheciendo. Abracé la lápida, intntando aferrarme a Gwilym una última vez, acariciaba el borde mientras leía su nombre, ya no había vuelta atrás. El amor de mi vida estaba dos metros bajo tierra y era mi culpa.

-Prometo venir seguido y traerte flores de muchos colores, justo como te gustan a ti y...- Ya no podía hablar en presente, él no iba a volver.- Mierda, Gwilym. Por favor, despiértame con besos en la frente otra vez, y dime que todo esto fue sólo una pesadilla, por favor... Te lo suplico.- Me apoyé en la lápida y seguí llorando por vaya uno a saber cuántas horas. Realmente deseaba cambiar lugares con Gwil, deseaba haber sido yo quien murió y no él. Tenía una hermosa vida por delante y se la arrebataron por ser quien él era, era injusto, muy injusto. No merecía morir, era la última persona que lo merecía. Era alegre, amoroso, se merecía el cielo, la tierra y todo lo que hubiera entre medio, más incluso.

Al volver a casa me acosté en la cama, esperando que el sueño me calmara, o que pudiera despertar a su lado de vuelta. La almohada aún tenía su aroma, sus cosas seguían en el tocador, su ropa en el armario, pero él ya no estaba ahí. Ya no podríamos bailar abrazados en las madrugadas; ya no me pediría que le de mi colonia porque él se había terminado la suya; ya no podría comodar su corbata porque él no sabía hacer bien el nudo; ya no dormiríamos juntos; no podría observarlo por horas y acariciar su cabello, su rostro, sus brazos, su espalda; ya no verpia su hermosa sonrisa todas la mañanas.

Hoy se cumplen 60 años de la muerte de Gwilym y jamás encontré a alguien tan maravilloso como él. Él es el amor de mi vida, y espero el día en que podamos reencontrarnos. Espero que pueda perdonarme, pero es que en todos estos años jamás olvidé su aroma, la sensación de estar en sus brazos... Gwil siempre será una parte de mí, una parte que me quitaron; y espero que cuando nos veamos otra vez, pueda disculparme y pueda dejarme tomar su mano, esta vez sin que nada ni nadie nos separe.  

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 28, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

|•∆•[ONE SHOTS QUEEN & BORHAP CAST]•∆•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora