— ¡Jeon! ¡Jeon! ¡Jeon! —Volteo y observo a Joy corriendo hacia mí con una sonrisa del tamaño de júpiter y me abraza emocionada— ¡A que no sabes!
— ¿Qué pasó? Cálmate. —comento mitad riéndome de su emoción y mitad contagiado por su alegría.
— Jung y yo... tuvimos una cita. —susurra y luego me deja sordo al gritar muy emocionada, da unos pequeños saltitos aun abrazada a mí haciendo énfasis a su euforia— ¿No es eso genial?
— Oye, claro que sí. —Me suelta y acomodo su cabello hacia atrás— Al fin, ya no seré tu paloma mensajera.
Me golpea el hombro, como es de costumbre, y caminamos juntos hacia el salón de clases.
Han pasado tres meses desde la noche del jueves. Mi dulce pequeña y yo hemos estado hablando más a menudo tanto por móvil como en el colegio y fuera de él. Me contó muchas cosas de ella y no me arrepiento de haberle preguntado sobre pinturas y demás. Le fascina, tal y como lo digo, tanto que hasta me ha mostrado todos sus dibujos. Muchos retratos familiares, amigos, personajes, actores, cantantes, artistas. "Falto yo" dije, no pasé desapercibido sus mofletes de color rosita, me sentí Dios por un momento. Cada vez se me hacen más difíciles de controlar las ganas que tengo de abrazarla. La invité a salir varias veces, pero accidentalmente una tarde de invierno conoció a Sungjin y a mi padre porque de casualidad nos cruzamos en el parque, luego de las clases de música. No sé qué rayos hacían ahí pero no dejaron pasar una mínima oportunidad para avergonzarme frente a ella, diciendo cosas como que creían que salía con Pil.
Ugh, los odié.
Entramos al salón junto a Joy luego de contarme toda su cita con Jung y me dirijo a mi asiento. Joy se sienta sobre mi mesa y sigue hablando de él mientras saco mis útiles, echo un vistazo al salón y noto que Pil aún no ha llegado. Él últimamente se la pasa ocupado con su amiguito, "El novio" como le digo yo y me golpea furioso, de seguro debe estar con él.
— Es tan... tan... —Junta sus manos y las apoya sobre una mejilla— Tan él... —Suspira y la entiendo.
Porque últimamente me siento así con mi dulce pequeña, ella es tan fofa que me deja suave como si estuviera recostado sobre una nube de azúcar.
En mi vida me había oído hablar mentalmente de esa manera.
Sinceramente me doy vergüenza ajena-propia.
— Ya entendí, es adorable y muy lindo contigo. —Oprime un grito— Y veo que no se te va a quitar la cara de tonta que traes hoy...
— ¡Jeon, no seas así! —Dice avergonzada. Ambos volteamos al oír el llamado de Jennie y Joy voltea a verme— Me voy, luego te sigo contando.
— ¿Hay más? —Lamento y me golpea el brazo— Si sigues así me dejarás sin un brazo.
Ella sonríe diciendo "Esa es la idea" y se aleja, yéndose con Jennie.
Pensándolo bien, si alguien me preguntara sobre mi dulce pequeña yo tampoco me cansaría de hablar sobre ella y de lo hermosa que es. Así que, por un lado, la entiendo.
— ¡Jeon! —Saluda Pil al entrar al salón. Lo ignoro completamente buscando algo dentro de mi mochila. Él, sin percatarse de mis obvias intenciones, corre a sentarse frente a mí y vuelve a llamarme— ¡Jungkook!
— ¿Y tú que haces aquí? —Pregunto sin despegar la vista de mi mochila.
— ¿Disculpa? —Pregunta— ¿Me he perdido de algo?
— Oh, ¿Quién es el que habla entre códigos ahora? —Digo rayando una hoja sin saber en realidad qué demonios hago, levanto la vista y lo observo con "la mirada".