•『Capítulo 4: El anhelo de un cuento de fantasía』•

296 36 32
                                    

*
*
*

En Amore Locari quienes habitaban este lugar su mundo era una simple burbuja, ajenos al mundo exterior no podían confiar en los visitadores de arriba, solo entre ellos tenían la certeza que era mejor depositar su confianza, porque solo entre ellos se podían proteger de ese decadente mundo.
En una de las casas ubicadas por los lares alejados de los locales que estaban en el centro, en uno de esos lúgubres hogares se escuchaban las quejas de sus habitantes, la mañana que supuestamente iba a comenzar tranquila para ellos fue jodida, por la puerta principal entraron dos chicas preocupadas mirando a los chicos.

─¿Qué sucede? ─hablo la morena chica mirando las caras preocupadas de los chicos omegas.

─Es Tweek, el estimulante que nos da Cartman le hizo mal al estomago y desde que despertó esta en el baño vomitando ─contesto serio Kyle observando a las recién llegadas.

─Yo iré a ver como esta Tweek, preparen un poco de té y unas galletas ─rápido la rubia subió las escaleras para dirigirse a la habitación del rubio de cabellos despeinados y mirada peculiar.

En la estancia de abajo rápidamente fueron a la cocina a prepararle algo al chico rubio que estaba en plena agonía en el baño del hogar quejándose. La joven rubia abrió sin tocar la puerta y pudo ver al pálido joven sostenerse de la taza del baño con ojos llorosos, solo pudo inclinarse a su par refregando su espalda. Esto era algo típico de lo que podían sufrir en ese lugar, el uso excesivo del narcótico que su dueño les daba para lograr una estimulación y ayudarlos a bailar y demás cosas, pero todo en exceso es malo y reacciones como esas cualquiera la padecía.
Regresando a ellos dos, la chica ayudo a caminar su amigo hasta su cama, compartía habitación con Kyle por lo que se podía ver dos camas en ese pequeño cuarto.
Una vez que logro acomodarlo y arroparlo ya que pudo captar de los tembleques que tenia en consecuencia de su mal estado, miraba preocupada al chico que tenia unas orejas muy marcadas en su rostro, giro la cabeza al sentir que ingresaban y eran los chicos con Nichole y una bandeja en su mano, indico que la dejaran a un lado de la cama y se sentaron en la del otro dueño del cuarto mirando con pena Tweek.

─No se ve nada bien ─dijo Butters con la mirada triste.

─Es normal, esta droga es muy fuerte y no es la primera vez que Tweek se enferma con esto ─contesto seriamente la chica morena sentándose junto a los rubios.

─Cartman no tiene que saber esto, nos desechara creyendo que estamos infectados o algo ─asustado el chico con rasgos extranjeros miro preocupado a la ventana.

─Pip no te alteres, yo me encargare de ese culón de mierda.

─No vale la pena que te expongas de nuevo así para cubrirme Nico ─como pudo Tweek contesto.

─No digas eso pequeño, ambas prometimos que los protegeríamos y tampoco es que sea muy duro para mi, con tanto alfa viejo y degenerado solo no piensas en eso ─libero un suspiro pesado.

─Tratemos de relajarnos un poco, quizás encuentre algo aquí para poder distraernos.

─¡Si! ─dijeron al unísono los chicos animados.

Tweek que estaba en cama observo como sus amigos buscaban algo en el cuarto para hacer, siempre carecieron de juguetes y demás objetos que sean para el entretenimiento de hasta un niño, pero desde pequeños les inculcaron para que estaban ahí y no merecían de los placeres mundanos de la vida. Ya estaban poniendo patas arriba las cosas de la habitación hasta que de un cajón que saco Pip un libro polvoriento cayó golpeándole en el pie.

─¡Mierda! ─se quejo adolorido ─¿Eh?... ¿Qué es esto? ─levanto el libro de tapa roja sacudiendo el polvo que lo cubría ─愛の古代物語 Ai no kodai monogatari (cuentos antiguos de amor) ─leyó.

𝑇𝘩𝑒 𝐷𝑒𝑠𝑖𝑟𝑒𝑑 𝐹𝑟𝑒𝑒𝑑𝑜𝑚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora