- 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔

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La muerte de Meliodas, había desatado una guerra, los Diez Mandamientos habían completado la primera parte de su plan, luego las conquistas que hicieron por toda Britannia fueron múltiples, comenzando con la segunda nación más grande, Camelot

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La muerte de Meliodas, había desatado una guerra, los Diez Mandamientos habían completado la primera parte de su plan, luego las conquistas que hicieron por toda Britannia fueron múltiples, comenzando con la segunda nación más grande, Camelot.

Mientras que en Lyoness, los Siete Pecados Capitales peleaban con todas sus fuerzas por vencer a los demonios liberados de su sello, que destruían, aniquilaban y devoraban a los humanos.

Aunque en sus corazones se lamentaban la pérdida del capitán. Luchaban con ira y lágrimas.

Los Mandamientos habían sido dispersados por distintas partes de Britannia, devorando las almas de los pueblerinos para recuperar sus fuerzas, algunos de estos con tal de sobrevivir entregaban las almas de otros caballeros sacros con niveles de poder alto.

Esto era efectivo para el Demonio Fraudrin, que alargaba el tiempo de vida de la aldea con tal de seguir obteniendo más poder. Los pueblerinos comenzaron a creer en los Mandamientos por aquellos actos, aunque a final de cuentas, tarde o temprano aquellos vendrían a devorar sus almas.

Siendo todo un engaño.

En un momento concreto, después de tantos días, semanas o meses, luchando contra aquellos enemigos, un caballero sacro escapaba de los pueblerinos con tal de conservar su alma.

En las montañas comenzaba a perder la fe, no importaba donde fuera, habían demonios por doquier y seria complicado sobrevivir, además de lo cobarde que el era.

Aún así no quería morir, se levantó decidido a seguir con su escape pero se encontró frente a frente a un ¿Demonio? No era claro, la espesa neblina no le permitía verlo.

Pero con temor a la muerte corrió lejos de este sin lograr nada y perder la conciencia tras chocar con algunas rocas que el mismo "demonio" destruyó.

•••

- ¡Oye! ¡Sirvenos unas 5 jarras más!

- ¡Si!

¿Qué? —El caballero se recostó en la suave superficie en la que se encontraba, aturdido miro a su alrededor, notó lo lindo que era el cuarto y que tenía unas lámparas de cerdo—

El Poder De Mi Promesa - The Seven Deadly Sins x (O.C) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora