Capítulo 4

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Me desperté por la mañana en la cama de Sam aunque él no estaba. Salí de la habitación y oí ruidos en la cocina, eran Sam y Dani hablando asi que fui a buscar a Diane. Ella se encontraba en la habitación de Dani todavia dormida. Y tuve una gran idea: fui corriendo y me tiré en la cama.

-¡DESPIEEERTAA! - grité. Provocando que casi se cayera de la cama.

- ¡¿SE PUEDE SABER QUE COÑO HACES?! - me gritó enfurecida lo que hizo que me riese mas aun.

- ¿Que pasa Diane estas cansada? Ayer no pareciais muy cansados vosotros dos. Los vecinos se han quejado de tanto ruido.

- Vete a la mierda Helena - dijo pero se empezó a reir - ¿Y tu que eh?

- ¿Yo? - pregunte extrañada y me acordé - AH si si yo genial, si el mejor polvo de mi vida es perfecto Sam no sabes cuanto - Me puso una cara extraña y me di cuenta de que no se lo creia del todo, ya que a mi no se me daba muy bien mentir que dijesemos.

- Pareces algo ..... nerviosa. Me ocultas algo ¿cierto? Dimelo.

- Pero que dices no oculto nada.

Pero Diane se lo creia cada vez menos. Me tumbó en la cama y se puedo encima.

- Confiesa Helena, no te has acostado con él, ese eso a que sí.

- Claro que si te he dicho que ha sido estupendo.

- Mentira no te creo.

- Es verdad.

- Mentira

- Verdad.

- ¡MENTIROSA!

- ¡QUE SI ME HE ACOSTADO CON SAM JODER!

Pero en ese momento entraron Dani y Sam por la puerta con el desayuno en la mano. Fue uno de los momento mas incomodos de toda mi vida. Ninguno se movió, ni habló y el silencio inundó la habitación. Solo nos mirabamos: yo miraba a Diane y a Sam; Sam me miraba a mi a Dani; Diane nos miraba a Sam y a mi; y Dani nos miraba a todos. Fue Diane la que rompió el silencio, se quitó de encima mia y dijo:

- mm.. pero que bien huele ese desayuno, traerlo aquí y alimentadnos,

- Ya va ya va princesa - le puso una bandeja en las piernas, se sentó a su lado y la besó.

Sam se acercó y me puso la bandeja en las piernas, me dio un beso en la mejilla y me susurró un leve gracias cerca de la oreja.

- Bueno ¡a comer todos! que se enfría - dijo. Diane y Dani se separaron y aplaudieron.

- ¡Que aproveche! - gritamos todos.

Después de desayunar, nos fuimos de la casa. Mientras no alejabamos pudimos ver a Sam y Dani haciendo como que lloraban por nuestra ida; tirandose al suelo y gritar; lanzarnos besos de amor y declarandose y despues de todo estallar en carcajadas. Diane y yo nos empezamos a reir, cuando salimos de la casa volvimos la vista atrás para observarla un poco pensado que nunca volveriamos. Eso es lo que no sabiamos nosotras que volveriamos alli muchas mas veces. 

DIARIO DE UNA ADOLESCENTE EMBARAZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora