Primer dia

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A las ocho y media de un lunes Isabelle se levantó de su cama, estaba contenta, ya que ese lunes empezaba a trabajar en la empresa de comida rápida fue al baño, se vio en el espejo y sonrió, seguido se metió en la ducha, después de una larga ducha se vistió con el uniforme de trabajo, se peinó con el pelo suelto y ondulado, mas tarde se dirigió a la cocina para desayunar, pero al ver que no tenía café, decidió coger su cartera, meterla en su bolso, ponerse una chaqueta y salir a la cafetería de en frente a comprarse un café.

Al llegar una chica le preguntó que queria;

-Buenos dias, ¿Qué le gustaría tomar?

_Le dijo la chica con una bonita sonrisa_

- Un café con leche, por favor.

_Respondió Isabelle devolviendole la sonrisa_

- Esta bien, en seguida lo tiene.

Isabelle, decidió sentarse en una de las mesas y mirar una de las revistas que tenían en la cafetería.

Al rato llegó un chico joven, de unos 19 años.

-Buenas, aqui tiene su café, espero que le guste.

_Le dijo sonriendo el chico_

Isabelle se quedó un buen rato mirando sus ojos, azules claro.

-Oh, perdón...eh si, si muy bonita habeis dejado la cefetería. Me encanta.

- Gracias, pero...le decía que espero que le guste.

- Oh, pues gracias, me gustará, es que tienes unos ojos preciosos...

-Gracias, procuraré dejarlos a la vista, para que los veas.

Isabelle se tomó el café y pidió la cuenta. Poco después apareció otra vez el mismo chico de antes, le dejó el ticket con un papel de más, al irse le giñó un ojo a Isabelle, Isabelle sonrió y miró el ticket para dejar el dinero, dejó los siete euros con cincuenta que le había costado el café con unos churros, cuando estaba saliendo de la cafetería miró la nota que le había puesto el chico en la cuenta, al leerla Isabelle sonrió, en ella ponía: " Mi numero es 666123456, llámame si necesitas ver mis ojos ;)" Isabelle había empezado bien el dia, pero tendría que acabarle bien o no le iba a servir de nada su nuevo trabajo, asique fue dirigiendose a su trabajo andando, ya que hacía una buena mañana, llegó alli a las diez menos cuarto, a pesar de que entraba a las diez en punto, su jefe Blas le dijo que debía empezar por limpiar las mesas y hacer de camarera durante un tiempo, y si mejoraba ascendería al puesto de dependiente de lo que los clientes pidiesen. Ese día fue muy bien y tuvieron bastantes clientes, a demás Blas la trataba muy bien, incluso decidió llevarla a casa al terminar la jornada para que no fuese andando. Esa tarde Isabelle miró su movil y decidió mandarle un mensaje a ese chico de ojos azules.

Nothing can come between you and iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora