Capítulo 5 |Aléjate de Mí|

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El brillo colándose por una ventana le dio en la cara, una sensación muy placentera pero incomoda si de dormir se trataba, Kate se apretujo sobre la cama, contra la almohada que amortiguaba su peso. Esta segura que su cabello parecía un nido de pájaros. Era hora de levantarse, aunque no lo quisiera así. Pues su cabella dolía horrores y su garganta se encontraba seca. Se irguió sobre la cama pareciendo toda una especie en peligro de extinción. Tenía unas marcadas ojeras, y una cara de desconcierto que incitaban a tomarle una foto y burlarse de ella un cierto tiempo. Si Steven la mirara en ese momento estaba segura que no pararía de burlarse de su estado tan deplorable. Y así como se miraba, se sentía.

Aunque quisiera por todos los medio levantarse, e ir a darse una ducha, aquello simplemente lo miraba imposible. Su cabeza no le dejaba de doler, además de un pesadez en su cuerpo, como si cargara con toneladas y toneladas de escombros sobre sus hombros. Trató de desperezarse, soltando un largo y cansino bostezo que estaba segura parecía la boca de un lobo.

No recordaba nada de lo sucedido la noche anterior, sólo entonces dándose cuenta de la actual situación en la cual se encontraba, parpadeó un par de veces, notando un pequeño (más bien para ella grande) Problema, o en este caso la sentencia de su muerte. Frunció el ceño, esperando que su cabeza dejara de dar vueltas, detallando en su mano derecha aquello que tanto le preocupaba. Un tatuaje, muy similar al que tenía su hermana Claire. Mordió su labio negando.

¿Qué había hecho la noche anterior? Cerró sus ojos, pasando sus manos por su cabello alborotado. Mirando el resto de la habitación. La cama de Teresa se encontraba tendida y lisa, supuso que se había levantado al alba. Chasqueó su lengua cuando una nueva punzada en su cabeza la obligó a colocar la almohada en su rostro.
Inhaló y exhaló con fuerza, mirando su mano nuevamente, sintiendo un sinfín de emociones, pero sobre todo temer. Lo que recordaba, bueno lo poco que lograba recordar, era que se encontraba en una disco con su hermana. La notaba rara, un poco seria. Más no prestó atención a su aptitud, tenía demasiados problemas en su mente para incluir nuevos a ellos. Entre tragos, risas, y uno que otra palabra de su hermana por un tema que poco recordaba, pero al parecer ella le daba demasiada importancia. Terminaron en una tienda de tatuajes, ya luego de aquello no recordó nada más, hasta despertar.

Rascó alrededor de su tatuaje con delicadeza, aun podía sentir el dolor de las agujas penetrar con su piel.

— ¿Qué rayos hice?

Katerine llevó sus manos a su cabeza.

—Me duele a horrores la cabeza —masculló, con su garganta seca. Nunca pensó que cometería tal acto en su vida. No es que le gustara mal gastar su tiempo en bares y bebidas. N obstante, la noche anterior había asado tan rápido. El verlo solo le causó un mal para ella. Dejando todo de lado, sus principios, su porte de niña buena que aun podía tener para con sus familiares. Logró sucumbir a los deseos de la carne, siendo estos más fuertes que sus ideales correctos. 

Quiso llorar en ese momento. Olvidar todo y hacer como si nada hubiera pasado. Sabía que tarde o temprano sus familiares se darían cuenta de ese pequeño detalle en su mano, además de su notable resaca. Había cruzado la raya. Y aunque no culpaba a su hermana, en parte tenía la culpa, ella y los estúpidos sentimientos que tenía aun escondidos para con Joshua.
Tomó la almohada con fuerza entre su rostro, gritando con furor, quería sacar todos sus sentimientos acumulados, la frustración, el odio, las ganas de llorar. Sentimientos que poco a poco dejarían que la consumiera de tal forma que terminaría por enfermarse. Se preguntó el precepto presumir de sus emociones. Recorriéndole una corriente eléctrica en su espalda. Dejó que las lágrimas una vez más dominaran en su cuerpo, manchando la almohada con el rímel que aún mantenía en sus ojos ahora regados.  Sorbió su nariz, restregando su rostro en la almohada.

Fragments© (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora