Hacía un calor asfixiante en aquel lugar, y la mujer no quería considerar si quiera en lo que se estaba logrando meter, y en lo mucho que empeoraría si se adentraba cada vez más en aquella situación.
Llevaba siete días separada de su familia; más tiempo de lo que había logrado imaginar. Aquella había logrado ser su última misión de recolección de información, cerca de las fronteras que daban a Estados Unidos. Donde supuso se encontraba su fiel informante, amigo de su esposo; Henry Fogelberg, un hombre dedicado a su trabajo, ex investigador de la DEA, el cual había estado retirado por muchos años. Aun así mantenía contacto activo con Andrés, y ahora su esposa.
El hombre podría ser de mucha ayuda si se lo proponía. Y le estaba garantizando no solo una investigación de la rubia y sus muchas estrategias para meterse en el mundo de las drogas, aparte de ser una asesina buscada a nivel mundial, sino que podría sacarle provecho para así dar con el padre de Trebort. Un traficante de drogas y ex mercenario. De la guerra. Dos pájaros de un solo tiro.
Llevaba siete días solas, aunque rodeada de personas deambulantés. No recordaba la última vez que logró reír de felicidad, ser la mujer de la cual Andrés se había enamorado. Desde su partida, todo había cambiado con ella, y con su familia, convirtiéndose en lo que era ahora, una mujer seria, llena de un deseo el cual lo cumpliría a toda costa; vengar a su esposo y poder dar con el paradero de la rubia, así logrando sacarle información valiosa antes de entregarla.
Una misión arriesgada, pero que sin duda alguna si tenía éxito valdría la pena. Pero volvería a verlos, tanto al cielo azul, como a su familia, sentir la satisfacción de poder estar tranquila consigo misma al saber que la asesina de su esposo estaba bajo rejas.
Acomodó su camisa, deshaciéndose de arrugas inexistentes en la misma, relamió sus labios al momento de notar una sombra descomunal acercarse a ella. Casi sin aliento y con el calor hacer acopio de su cuerpo, lanzó su cabello a un lado, colocándose recta. No supo cuando tiempo había pasado desde que se encontraba en aquel lugar en la misma posición, no hasta que sintió el acalambramiento de sus piernas. Una ola de silencios seguida de leves pasos llegó a sus canales auditivos.
Entonces lo oyó, las palabras que cambiaría el rumbo de su investigación: El padre de Katerine estaba aún con vida y buscaba a Bianca.
Las palabras prosiguieron su avance antes de que ella tuviera tiempo de asimilarlas.
Eso sin duda alguna había resultado inesperado, y difícil de digerir.
...
-¿Algún cambio que deba saber? -preguntó con porte serio, mirando las maletas abiertas en su cama. En el resguardo de su habitación. Hacía un tiempo no se encontraba allí. Pero ahí estaba de vuelta a USA, con su madre y hermanas, en espera de una noticia.
-Ella ha despertado.
-¿Y?
Rascó su nuca, frunciendo el ceño con molestia. Ella había vuelto a la vida después de mucho tiempo. Ese rostro pálido y demacrado por los meses de no ingerir comida. Finalmente había despertado.
Más que felicidad en su pecho por aquella noticia, sintió molestia, impotencia de no poder ir al instante y encararla. Gritarle una y mil sandeces hacía su persona. Y ese secreto que lo había destrozado en su momento. Ahora era molesto pensar que la asesina de su hermana siempre estuvo presente en su vida.
Se sintió un idiota, el creer en sus palabras bonitas, no eran más que falsedades las cuales lo había envuelto en sus garras, arrastrándolo hacía el vacío abismal en el que se encontraba.
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Fragments© (#2)
Misterio / SuspensoHeridas que nunca sanaran, los llegan a enfurecer, no sabiendo para quien luchar en la sociedad corrupta y llena de cicatrices. ¿Para quién en realidad luchaban? Joshua lo trató de averiguar, Katerine junto a él, llegando a muchas teorías, ¿Una tris...