Capítulo tres: Presunción
Yu Ziyuan los encontró al entrar al pabellón ancestral.
Eran las delicadas gotas de lluvia que sacudieron de repente la madrugada en el campo sobre extendido en las afueras de Yunmeng.
Por poco y no percibe que algo se le daba por la vuelta, en su dolor de madre su tierno corazón aún estaba meditando su castigo y pensándolo bien, supuso que eso fue suficiente para alguien como su retoño. Su cachorro era lo suficientemente mejor que otras alfas que tuvo la desgracia de conocer en el pasado. No podía darle el mismo reverendo juicio que a esas bestias.
Así con la fortuna de tener un heredero que no solo era autosuficiente y muy merecedor de las virtudes que le traería la dicha de pertenecer a una casta superior. Fue al pabellón después de haber reflexionado y pensado minuciosamente sobre el futuro de Jiang Cheng, tal vez dejarlo toda una noche y día era una sanción algo fuerte para otorgarle.
Además, que con la revuelta que causo su diferenciación, tenía que ser más sobreprotectora para evitar ciertos inconvenientes.
Pero ese Wei Wuxian fue lo primero que observó al entrar al sagrado lugar, desnudo, despeinado y desechando los estragos de la copula. El lugar rebosaba inundado por los aromas mezclados al punto en que era insufrible, se tendía por donde se le viese el apareamiento que sostuvo con su cachorro adorado.
Sabía que este ser le haría la vida de cuadritos desde que observó los cambios de su casta, como perteneciente de tal clase. Podía reconocer a los de su categoría de inmediato tal vez un don indeseado de admitir. Pero funcional ahora que el niño llegó desde muy temprana edad, también se culpó por no haberlo separado de su heredero en cuanto tuvo la oportunidad y nada de esto hubiese pasado.
Ella se quedó sin aliento, tanto que la blancura con la que rebosaba se atenuó al punto en que sufrió un mareo.
Aun cuando sufría, Jiang Cheng sostuvo a Wei Ying y lo arropo con sus propias túnicas exteriores antes de atenderla. Fue lo suficientemente doloroso de ver y entender que su hijo ya había aceptado a ese omega apenas y paso casi nada de tiempo en que supieron sus respectivas castas. Eran tan jóvenes e ignorantes que tuvieron relaciones sin protección, recordó que su cachorro tampoco había sufrido los ciclos de calor.
y los omegas que residían en la secta todo el tiempo bebían los supresores. El aroma empalagoso del celo tampoco estaba en el aire.
Nada de ello se respiraba salvo la desgracia de saber que si se aspiraba un aroma dulce, el cual era predilecto en reconocer que esos dos se habían enlazado por amor.
Yu Ziyuan pese a tener que sufrir un mareo, no demostró debilidad ante la situación. Al ver como su hijo venía hacía ella con su carita rebosante de preocupación, en un estado poco presentable para su desdicha de verle por primera vez de esa forma. Solo acarició a Zidian y se rindió ante una aspereza que siempre fue de un solo lado.
- Deshazte de todo este aroma, una vez hagas terminado con todo... esto. Tendrás una discusión con el líder de secta. - Los ojos caídos de una madre desilusionada fueron raptos por única y primera vez ante Jiang Cheng quien solo efectuó un saludo de respeto que sostuvo hasta que el aroma de uvas repletas de amargura se desvaneció.
- ¡No puede ser Jiang Cheng, Madam Yu nos descubrió! - Gritó el omega sumergido en la esquina del pabellón, a donde se dirigió luego de que presintió un aroma amenazante contra él. Apenas ya no se sintió acorralado se disparó hacia Jiang Cheng.
Quien solo se repuso y ahora con su buen porte, dejó escapar su tristeza por los alrededores. Wei Ying se detuvo a medio camino y en silencio lo dejó sentir su desasosiego.
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Un Alfa Insostenible
FanfictionA las expensas de una alborotada noche, Wei Wuxian en compañía de Jiang Cheng se dan una escapada al centro de la región Yunmeng, para disfrutar una ultima noche antes de que se lleve a cabo el gran examen anual instintivo del Embarcadero de Loto y...