Capitulo 5 "Mucho Rosa"

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Cuando llegamos nos sentamos en la mesa de Slitheryn esperando la comida,despues de empaparnos de agua.

-¿Quien es esa?- pregunto Blaise curioso, volteamos a ver a una mujer gorda con casi todo rosa,podia asegurar que era como un enano rosa.
-Umbrige- dijo Draco captando la atención de nuestros amigos
-Trabaja para Fudge- continue sorprendida-Pense que tu padre no hablaba encerio,pero ahora lo creo- dije viendolo asombrada.
-Pues esperemos a ver que dice Dumbledorr- dijo Theo esperando las palabras director

El colegio entero permanecía expectante, conteniendo la respiración. Entonces la
rasgadura que el sombrero tenía cerca del borde se abrió, como si fuera una boca, y el
Sombrero Seleccionador se puso a cantar:
Cuando Hogwarts comenzaba su andadura
y yo no tenía ni una sola arruga,
los fundadores del colegio creían
que jamás se separarían.
Todos tenían el mismo objetivo,
un solo deseo compartían:
crear el mejor colegio mágico del mundo
y transmitir su saber a sus alumnos.
«¡Juntos lo levantaremos y allí enseñaremos!»,
decidieron los cuatro amigos
sin pensar que su unión pudiera fracasar.
Porque ¿dónde podía encontrarse
a dos amigos como Slytherin y Gryffindor?
Sólo otra pareja, Hufflepuff y Ravenclaw,
a ellos podía compararse.
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¿Cómo fue que todo acabó mal?
¿Cómo pudieron arruinarse
tan buenas amistades ?
Veréis, yo estaba allí y puedo contaros
toda la triste y lamentable historia.
Dijo Slytherin: «Sólo enseñaremos a aquellos
que tengan pura ascendencia.»
Dijo Ravenclaw: «Sólo enseñaremos a aquellos
de probada inteligencia.»
Dijo Gryffindor: «Sólo enseñaremos a aquellos
que hayan logrado hazañas.»
Dijo Hufflepuff: «Yo les enseñaré a todos,
y trataré a todos por igual.»
Cada uno de los cuatro fundadores
acogía en su casa a los que quería.
Slytherin sólo aceptaba
a los magos de sangre limpia
y gran astucia, como él,
mientras que Ravenclaw sólo enseñaba
a los de mente muy despierta.
Los más valientes y audaces
tenían como maestro al temerario Gryffindor.
La buena de Hufflepuff se quedó con el resto
y todo su saber les transmitía.
De este modo las casas y sus fundadores
mantuvieron su firme y sincera amistad.
Y Hogwarts funcionó en armonía
durante largos años de felicidad,
hasta que surgió entre nosotros la discordia,
que de nuestros miedos y errores se nutría.
Las casas que, como cuatro pilares,
habían sostenido nuestra escuela
se pelearon entre ellas
y, divididas, todas querían dominar.
Entonces parecía que el colegio
mucho no podría aguantar,
pues siempre había duelos
y peleas entre amigos.
Hasta que por fin una mañana
el viejo Slytherin partió,
y aunque las peleas cesaron,
el colegio muy triste se quedó.
Y nunca desde que los cuatro fundadores
quedaron reducidos a tres
volvieron a estar unidas las casas
como pensaban estarlo siempre.
Y todos los años el Sombrero Seleccionador se presenta,
y todos sabéis para qué:
yo os pongo a cada uno en una casa
porque ésa es mi misión,
pero este año iré más lejos,
escuchad atentamente mi canción:
aunque estoy condenado a separaros
creo que con eso cometemos un error.
Aunque debo cumplir mi deber
y cada año tengo que dividiros,
sigo pensando que así no lograremos
eliminar el miedo que tenemos.
Yo conozco los peligros, leo las señales,
las lecciones que la historia nos enseña,
y os digo que nuestro Hogwarts está amenazado
por malignas fuerzas externas,
y que si unidos no permanecemos
por dentro nos desmoronaremos.
Ya os lo he dicho, ya estáis prevenidos.

Termino de cantar el sombrero
-Que cancion mas rara- dije viendo al sombrero con miedo-Nos quiso decir que nos unieramos- dije viendo a mis amigos los cuales parecian sorprendidos

Que comience la Selección.
Cuando la seleccion termino el director del colegio se levantaba para saludarlos a todos antes del banquete de bienvenida.
-A los nuevos -dijo Dumbledore con voz sonora, los brazos abiertos y
extendidos y una radiante sonrisa en los labios- os digo: ¡bienvenidos! Y a los que no sois nuevos os repito: ¡bienvenidos otra vez! En toda reunión hay un momento adecuado para los discursos, y como éste no lo es, ¡al ataque!. Las palabras de Dumbledore fueron recibidas con risas y aplausos, y el director se
sentó con sumo cuidado y se echó la larga barba sobre un hombro para que no se le metiera en el plato, pues la comida había aparecido por arte de magia, y las cinco largas mesas estaban llenas a rebosar de trozos de carne asada, pasteles y bandejas de
verduras, pan, salsas y jarras de zumo de calabaza.
Cuando todos los alumnos terminaron de comer y el nivel de ruido del Gran
Comedor empezó a subir de nuevo, Dumbledore se puso una vez más en pie. Las conversaciones se interrumpieron al instante y todos giraron la cabeza para mirar al
director.
-Bueno, ahora que estamos digiriendo otro magnífico banquete, os pido un
instante de atención para los habituales avisos de principio de curso -anunció
Dumbledore-. Los de primer año deben saber que los alumnos tienen prohibido
entrar en los bosques de los terrenos del castillo, y algunos de nuestros antiguos alumnos también deberían recordarlo.-. El señor Filch, el conserje, me ha pedido, y según dice ya van cuatrocientas sesenta y dos veces, que os recuerde a todos que no está permitido hacer magia en los pasillos entre clase y clase, así como unas cuantas cosas más que
podéis revisar en la larga lista que hay colgada en la puerta de su despacho.
»Este año hay dos cambios en el profesorado. Estamos muy contentos de dar la
bienvenida a la profesora Grubbly-Plank, que se encargará de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas; también nos complace enormemente presentaros a la profesora
Umbridge, la nueva responsable de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Hubo un educado pero no muy entusiasta aplausos.
Después el director siguió diciendo:
-Las pruebas para los equipos de quidditch de cada casa tendrán lugar en...
Se interrumpió e interrogó con la mirada a la profesora Umbridge. Como no era mucho más alta de pie que sentada, se produjo un momento de confusión ya que nadie entendía por qué Dumbledore había dejado de hablar; pero entonces la profesora Umbridge se aclaró la garganta, «Ejem, ejem», y los alumnos se dieron
cuenta de que se había levantado y de que pretendía pronunciar un discurso.
Dumbledore sólo vaciló unos segundos; luego se sentó con elegancia y miró con interés a la profesora Umbridge, como si lo que más deseara fuera oírla hablar. Otros miembros del profesorado no fueron tan hábiles disimulando su sorpresa. Las cejas de la profesora Sprout habían subido hasta la raíz de su airosa melena, y la profesora
McGonagall tenía la boca más delgada que nunca. Era la primera vez que un profesor nuevo interrumpía a Dumbledore. Muchos alumnos sonrieron; era evidente que
aquella mujer no tenía ni idea de cómo funcionaban las cosas en Hogwarts.
-Gracias, señor director -empezó la profesora Umbridge con una sonrisa tonta e estupida
-, por esas amables palabras de bienvenida.
Tenía una voz muy chillona y entrecortada, de niña pequeña ,lo único que sabía era que todo
en ella le resultaba repugnante, desde su estúpida voz hasta su esponjosa chaqueta de punto de color rosa. La profesora Umbridge volvió a carraspear («Ejem, ejem») y
continuó su discurso.
-Recuerdenme nunca vestir a mis hijos de muho roso- dije viendo a la nueva Profesora de DCAO con asco
-Ya escuchaste Draco, no mucho rosa para tus hijos- dijo Arts riendo en silencio.
-¿Tenias que mencionar eso cariño?- me pregunto Draco incomodo,pero mas que nada nervioso.
-Tranquilo, no pienso aun en niños amor- dije dandole un beso rapido para despues seguir escuchando a esa ridicula mujer.
-¡Bueno, en primer lugar quiero decir que me alegro de haber vuelto a
Hogwarts! -Sonrió, enseñando unos dientes muy puntiagudos-. ¡Y de ver tantas caritas felices que me miran!. Ninguna de las caras que vio tenía el
aspecto de sentirse feliz. Más bien al contrario, todas parecían muy sorprendidas de que se dirigieran a ellas como si tuvieran cinco años.
-¡Estoy impaciente por conoceros a todos y estoy segura de que seremos muy buenos amigos!
Al oír aquello, los alumnos se miraron unos a otros; algunos ya no podían
contener una sonrisa burlona.
-Estoy dispuesta a ser amiga suya mientras no tenga que ponerme nunca esa chaqueta-dijo Pansy Parkinson a Daphne Greengraas quien rio levemente.

Dame Tu Mano {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora