Capitulo 10 "Padrino"

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Hermione dio un grito. Black se puso en pie de un salto. Harry saltó también como si hubiera recibido una descarga eléctrica y yo suspire aliviada

-He encontrado esto al pie del sauce boxeador -dijo Snape, arrojando la
capa a un lado y sin dejar de apuntar al pecho de Lupin con la varita-. Muchas gracias, Potter, me ha sido muy útil. Carolina estas bien?- me pregunto
-Si padrino- dije viendo mi pierna

Mi padrino estaba casi sin aliento, pero su cara rebosaba sensación de triunfo.

-Tal vez os preguntéis cómo he sabido que estabais aquí -dijo con los
ojos relampagueantes-. Acabo de ir a tu despacho, Lupin. Te olvidaste de
tomar la poción esta noche, así que te llevé una copa llena. Fue una suerte. En tu mesa había cierto mapa. Me bastó un vistazo para saber todo lo que necesitaba. Te vi correr por el pasadizo.

-Severus... -comenzó Lupin, pero mi padrino no lo oyó.

-Le he dicho una y otra vez al director que ayudabas a tu viejo amigo
Black a entrar en el castillo, Lupin. Y aquí está la prueba. Ni siquiera se me
ocurrió que tuvierais el valor de utilizar este lugar como escondrijo.

-Te equivocas, Severus -dijo Lupin, hablando aprisa-. No lo has oído
todo. Puedo explicarlo. Sirius no ha venido a matar a Harry ni a Carolina.

-Dos más para Azkaban esta noche -dijo mi padrino, con los ojos llenos de
odio-. Me encantará saber cómo se lo toma Dumbledore. Estaba convencido
de que eras inofensivo, ¿sabes, Lupin? Un licántropo domesticado...

-Idiota -dijo Lupin en voz baja-. ¿Vale la pena volver a meter en Azkaban a un hombre inocente por una pelea de colegiales?

¡PUM!

Del final de la varita de mi padrino surgieron unas cuerdas delgadas,
semejantes a serpientes, que se enroscaron alrededor de la boca, las muñecas y los tobillos de Lupin. Este perdió el equilibrio y cayó al suelo, incapaz de moverse. Con un rugido de rabia, Black se abalanzó sobre mi parecer, pero mi padrino apuntó directamente a sus ojos con la varita.

-Dame un motivo -susurró-. Dame un motivo para hacerlo y te juro que
lo haré.

Black se detuvo en seco. Era imposible decir qué rostro irradiaba más odio.
Harry se quedó paralizado, sin saber qué hacer ni a quién creer. Dirigió una mirada a Ron y a Hermione. Ron parecía tan confundido como él, intentando todavía retener a Scabbers. Hermione, sin embargo, dio hacia mi padrino un paso
vacilante y dijo casi sin aliento:

-Profesor Snape, no... no perdería nada oyendo lo que tienen que decir;
¿no cree?

-Señorita Granger; me temo que vas a ser expulsada del colegio -dijo
Snape-. Tú, Potter y Weasley os encontráis en un lugar prohibido, en
compañía de un asesino escapado y de un licántropo arrastrando a Carolina a esto . Y ahora te ruego que,
por una vez en tu vida, cierres la boca.

-Pero si... si fuera todo una confusión...

-¡CALLATE, IMBÉCIL! -gritó de repente mi padrino, descompuesto-. ¡NO
HABLES DE LO QUE NO COMPRENDES! -Del final de su varita, que seguía apuntando a la cara de Black, salieron algunas chispas. Hermione guardó silencio, mientras mi padrino proseguía-. La venganza es muy dulce -le dijo a Black en voz baja-. ¡Habría dado un brazo por ser yo quien te capturara!

-Eres tú quien no comprende, Severus -gruñó Black-. Mientras este
muchacho meta su rata en el castillo -señaló a Ron con la cabeza-, entraré
en él sigilosamente.

-¿En el castillo? -preguntó mi padrino con voz melosa-. No creo que
tengamos que ir tan lejos. Lo único que tengo que hacer es llamar a los
dementores en cuanto salgamos del sauce. Estarán encantados de verte,
Black... Tanto que te darán un besito, me atrevería a decir...

Dame Tu Mano {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora