Capitulo 4 "El Bogart"

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Ya habia pasado una semana y hoy era la primera clase de DCAO lo cual se me hacia interesante.
-Sabes lo dificil que es tenerte a un lado y no poder besarte- dijo Draco viendome y sobrei,despues de su ataque a estado muy cariñoso.
-

No eres el unico Dragón- dije tomando su mano por de bajo de la mesa.
-Te quiero-dijo viendome con una sonrisa.
-Yo igual te quiero- dije sonriendo y le di un beso en la mejilla
-Eres cruel- dijo Draco riendo y yo igual rei
-No podemos demostrarnos mas alla de eso en publico- dije sonriendo, Draco no pudo contestar por que llego el Profesor Lupin

—Buenas tardes —dijo—. ¿Podríais, por favor; meter los libros en la
mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo necesitaréis las varitas mágicas.

La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogía los libros. Nunca
habían tenido una clase práctica de Defensa Contra las Artes Oscuras, a
menos que se contara la memorable clase del año anterior, en que el antiguo
profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase, y claro unos casi me cortan el cabello si no fuera por Draco que me los quito de encima.

—Bien —dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo—. Si tenéis la amabilidad de seguirme...

Desconcertados pero con interés, los alumnos se pusieron en pie y
salieron del aula con el profesor Lupin. Este los condujo a lo largo del desierto
corredor. Doblaron una esquina. Al primero que vieron fue a Peeves el
poltergeist, que flotaba boca abajo en medio del aire y tapaba con chicle el ojo
de una cerradura. Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Lupin
estuvo a medio metro. Entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso
a cantar una monótona canción:

—Locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin...

Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún respeto por los profesores. Todos miraron de inmediato al profesor Lupin
para ver cómo se lo tomaría. Ante su sorpresa, el mencionado seguía
sonriendo.
Lunatico?, ese apodo se me hacia conocido, pero no podia recordar de donde.
—Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves —dijo
amablemente—. El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas.

Filch era el conserje de Hogwarts, un brujo fracasado y de mal genio que
estaba en guerra permanente con los alumnos y por supuesto con Peeves.
Pero Peeves no prestó atención al profesor Lupin, salvo para soltarle una sonora pedorreta.

El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica.

—Es un hechizo útil y sencillo —dijo a la clase, volviendo la cabeza—. Por
favor; estad atentos.

Alzó la varita a la altura del hombro, dijo ¡Waddiwasi! y apuntó a Peeves.

Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la
cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendió
dando vueltas como en un remolino y se alejó como un bólido, zumbando y
echando maldiciones.

—¡Chachi, profesor! —dijo Dean Thomas un Griffindor, asombrado.

—Gracias, Dean —respondió el profesor Lupin, guardando la varita—¿Continuamos?

Se pusieron otra vez en marcha, mirando al desaliñado profesor Lupin con creciente respeto. Los condujo por otro corredor y se detuvo en la puerta de la
sala de profesores.

—Entrad, por favor —dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso.

En la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las
paredes y llena de sillas viejas y dispares, no Thomas  nadie salvo un profesor,Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta penetraba en la sala. Los ojos le brillaban y en la boca tenía una sonrisa desagradable. Cuando el profesor Lupin entró y cerró la puerta tras él, dijo
Snape:

Dame Tu Mano {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora