Capitulo 17 "No lo dejare"

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Despues de llevar a Harry en la enfermeria nos quedamos ahí,mis padres parecian preocupados. Y quien no su hijo habia sido atacado por un mortifago loco que se hacia pasar por un Profesor.

—¿Dónde está Dumbledore? —le preguntó Fudge a mis padres
—Aquí no —respondió mi madre, enfadada—. Esto es una enfermería, señor ministro. ¿No cree que sería mejor...?
Pero la puerta se abrió y entró Dumbledore en la sala.
—¿Qué ha ocurrido? —inquirió bruscamente, pasando la vista de Fudge a la profesora McGonagall—. ¿Por qué es­táis molestando a los enfermos? Minerva, me sorprende que tú... Te pedí que vigilaras a Barty Crouch...
—¡Ya no necesita que lo vigile nadie, Dumbledore! —gritó ella—. ¡Gracias al ministro!
—Cuando le dijimos al señor Fudge que habíamos atra­pado al mortífago responsable de lo ocurrido esta noche —dijo mi padrino en voz baja—, consideró que su seguridad per­sonal estaba en peligro. Insistió en llamar a un dementor para que lo acompañara al castillo. Y subió con él al despa­cho en que Barty Crouch...
—¡Le advertí que usted no lo aprobaría, Dumbledore! —exclamó la profesora McGonagall—. Le dije que usted nunca permitiría la entrada de un dementor en el castillo, pero...
—¡Mi querida señora! —bramó Fudge, que de igual ma­nera parecía más enfadado —. Como ministro de Magia, me compete a mí decidir si necesito escolta cuando entrevisto a alguien que puede resultar peligroso...
Pero la voz de la profesora McGonagall ahogó la de Fudge:
—En cuanto ese... ese ser entró en el despacho —gritó ella, temblorosa y señalando a Fudge— se echó sobre Crouch y... y...
Senti un escalofrío, en tanto la profesora McGo­nagall buscaba palabras para explicar lo sucedido. No nece­sitaba que ella terminara la frase, pues sabía qué era lo que debía de haber hecho el dementor: le habría administrado a Barty Crouch su beso fatal. Le habría aspirado el alma por la boca. Estaría peor que muerto.
—¡Pero, por todos los santos, no es una pérdida tan gra­ve! —soltó Fudge—. ¡Según parece, es responsable de unas cuantas muertes!
—Pero ya no podrá declarar, Cornelius —repuso Dum­bledore. Miró a Fudge con severidad, como si lo viera tal cual era por primera vez—. Ya no puede declarar por qué mató a esas personas.
—¿Que por qué las mató? Bueno, eso no es ningún mis­terio —replicó Fudge—. ¡Porque estaba loco de remate! Por lo que me han dicho Minerva y Severus, ¡creía que actuaba según las instrucciones de Voldemort!
—Es que actuaba según las instrucciones de Volde­mort, Cornelius —dijo Dumbledore—. Las muertes de esas personas fueron meras consecuencias de un plan para res­taurar a Voldemort a la plenitud de sus fuerzas. Ese plan ha tenido éxito, y Voldemort ha recuperado su cuerpo.
Fue como si a Fudge le pegaran en la cara con una maza. Aturdido y parpadeando, devolvió la mirada a Dum­bledore como si no pudiera dar crédito a sus oídos. Enton­ces, sin dejar de mirar a Dumbledore con los ojos desorbitados, comenzó a farfullar:
—¿Que ha retornado Quien-tú-sabes? Absurdo. ¡Dum­bledore, por favor...!
—Como sin duda te han explicado Minerva y Severus —dijo Dumbledore—, hemos oído la confesión de Barty Crouch. Bajo los efectos del suero de la verdad, nos ha rela­tado cómo escapó de Azkaban, y cómo Voldemort, enterado por Bertha Jorkins de que seguía vivo, fue a liberarlo de su padre y lo utilizó para capturar a Harry y Lilyan. El plan funcionó, ya te lo he dicho: Crouch ha ayudado a Voldemort a regresar.
—¡Pero vamos, Dumbledore! —exclamó Fudge, y Harry se sorprendió de ver surgir en su rostro una ligera sonrisa—, ¡no es posible que tú creas eso! ¿Que ha retornado Quien-tú-sabes? Vamos, vamos, por favor... Una cosa es que Crouch creyera que actuaba bajo las órdenes de Quien-tú-sabes... y otra tomarse en serio lo que ha dicho ese luná­tico...
—Cuando Harry toco esta noche la Copa de los tres ma­gos, fue transportado directamente ante lord Voldemort —afirmó Dumbledore—. Presenció su renacimiento. Te lo ex­plicaré todo si vienes a mi despacho. —Miró a Harry y vio que estaba despierto, pero añadió: Me temo que no puedo con­sentir que interrogues a Harry esta noche.
La sorprendente sonrisa de Fudge no había desapareci­do.
—¿Eh... estás dispuesto a aceptar su testimonio, Dum­bledore?
Hubo un instante de silencio, roto por el grañido de Sirius. Se le habían erizado los pelos del lomo, y enseñaba los dientes a Fudge.
—Desde luego que lo acepto —respondió Dumbledore, con un fulgor en los ojos—. He oído la confesión de Crouch y he oído el relato de Harry de lo que ocurrió después de que to­cara la Copa: las dos historias encajan y explican todo lo suce­dido desde que el verano pasado desapareció Bertha Jorkins.Fudge conservaba en la cara la extraña sonrisa. Volvió a mirar a Harry antes de responder:
—¿Vas a creer que ha retornado lord Voldemort porque te lo dicen un loco asesino y un niño que...? Bueno...
—Señor Fudge, ¡usted ha leído a Rita Skeeter! —dijo Harry en voz baja.
Ron, Hermione, Bill ,la señora Weasley, Remus, Sirius y mis padres se sobresalta­ron: ninguno se había dado cuenta de que Harry estaba des­pierto. Fudge enrojeció un poco, pero su rostro adquirió una expresión obstinada y desafiante.
—¿Y qué si lo he hecho? —soltó, dirigiéndose a Dumble­dore—. ¿Qué pasa si he descubierto que has estado ocultando ciertos hechos relativos a este niño? Conque habla pársel, ¿eh? ¿Y conque monta curiosos numeritos por todas partes?
—Supongo que te refieres a los dolores de la cicatriz —dijo Dumbledore con frialdad.
—¿O sea que admites que ha tenido dolores? —replicó Fudge—. ¿Dolores de cabeza, pesadillas? ¿Tal vez... aluci­naciones?
—Escúchame, Cornelius —dijo Dumbledore dando un paso hacia Fudge, y volvió a irradiar aquella indefinible fuerza que Harry había percibido en él después de que había aturdido al joven Crouch—. Harry está tan cuerdo como tú y yo. La cicatriz que tiene en la frente no le ha reblandeci­do el cerebro. Creo que le duele cuando lord Voldemort está cerca o cuando se siente especialmente furioso.
Fudge retrocedió medio paso para separarse un poco de Dumbledore, pero no cedió en absoluto.
—Me tendrás que perdonar, Dumbledore, pero nunca había oído que una cicatriz actúe de alarma...
—¡Mire, he presenciado el retorno de Voldemort! —gri­tó Harry. Intentó volver a salir de la cama, pero mi madre se lo impidió—. ¡He visto a los mortífagos! ¡Puedo darle los nombres! Lucius Malfoy...
Mi padrino hizo un movimiento repentino; pero, cuando Harry lo miró, sus ojos estaban puestos otra vez en Fudge.
—¡Malfoy fue absuelto!—dijo Fudge, visiblemente ofendido—. Es de una familia de raigambre... y entrega do­naciones para excelentes causas...aparte estas acusando al padre del novio de tu hermana.
—¡Macnair! —prosiguió Harry.
—¡También fue absuelto! ¡Y trabaja para el Ministerio!
—Avery... Nott... Crabbe... Goyle..Zabbini.....
—¡No haces más que repetir los nombres de los que fue­ron absueltos hace trece años del cargo de pertenencia a los mortífagos! —dijo Fudge enfadado—. ¡Debes de haber visto esos nombres en antiguas crónicas de los juicios! Por las bar­bas de Merlín, Dumbledore... Este niño ya se vio envuelto en una historia ridícula al final del curso anterior... Los cuen­tos que se inventa son cada vez más exagerados, y tú te los sigues tragando. Este niño habla con las serpientes, Dum­bledore, ¿y todavía confías en él?
—¡No sea necio! —gritó la profesora McGonagall—. Ce­dric Diggory, el señor Crouch: ¡esas muertes no son el tra­bajo casual de un loco!
—¡No veo ninguna prueba de lo contrario! —vociferó Fudge, igual de airado que ella y con la cara colorada—. ¡Me parece que estáis decididos a sembrar un pánico que deses­tabilice todo lo que hemos estado construyendo durante tre­ce años.
-No puedo seguir aqui- dije tocando mi cabeza, a esta hora seria la cena.
-Carol,cree en tu hermano- se escucho la voz de mi madre que venia atras de mi,no queria voltear.
Cuando abri las puertas del comedor senti un jalon muy fuerte.

-Auch,me lastimas- le dije a mi padre en cuanto me solte de su agarre.
-Cornamenta controlate- dijo Remus tratando de calmar a mi padre
-¡Alejate de ellos,es una orden!-me grito mi padre.
-Estas con los enemigos Carolina- dijo la voz de Harry, parecia preocupado.
-No lo hare- dije firme y tratando de sonar segura.
-Pues entonces ya no seras una Potter- dijo mi padre y mi madre abrio los ojos muy grande estaba sorprendida.
-James..es tu hija- dijo mi madre viendolo con preocupación.
-No voy a tener una hija que tenga relación con mortifagos- dijo mi padre, podia ver su odio en sus palabras.
-Prefecto, no ire a casa con ustedes, me quedare con mi padrino, pero si te digo una cosa- dije viendo a mi padre- si le haces daño a alguien que quiero no me importara ir a Azkaban, ni llevar el apellido Potter- dije saliendo del comedor pude ver a todos los Weasley,a Remus, a Sirius perro, a Profesores y por un insatante recorde el comedor,volte a verlos y todos estaban atentos a la pelea padre e hija .







Que pasara,nadie lo sabe
No olviden su estrellita y seguirme
HC

Dame Tu Mano {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora