━IV.Enfermería.

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CAPÍTULO 4
ENFERMERÍA

-Fue una noche particularmente más movida,¿No crees Cornamenta?-Le preguntó un cansado Sirius a su amigo

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-Fue una noche particularmente más movida,¿No crees Cornamenta?-Le preguntó un cansado Sirius a su amigo.

Si bien esa noche se habían divertido correteando por el bosque prohibido, a la hora de volver a meter a Remus a la casa de los gritos fue particularmente más violento, pero al fin y al cabo lo lograron.

Ahora los tres merodeadores restantes se dirigieron a su habitación para descansar, mientras Remus fue llevado por Dumbledore y los demás profesores a la enfermería.

Peter había caído muerto sobre la cama mientras que ambos mejores amigos se habían desvestido y puesto sus pijamada, claro que todo esto después de asegurarse que Remus ya esté en la enfermería, y después de mucha insistencia de parte del licántropo.

-Realmente si, pero fue divertido correr por el bosque prohibido-Contestó James con una sonrisa adormilada.

-Ni bien despertemos tenemos que ir a ver a Remus-Susurró también adormilado Sirius.

-Si-James bostezo-Ni bien despertemos-Y ambos cayeron en brazos de Morfeo.

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-Lily, voy a la enfegmegía, nos vemos en el Ggan Comedog-Se despidió Alecia y sin esperar respuesta de parte de su pelirroja amiga salió de la habitación.

Lentamente al salir de su sala común se dirigió a la enfermería saludando a los cuadros al pasar por allí.

Cuando llegó a la enfermería y entró, diviso a Remus Lupin acostado en una de las camillas de allí, descansando, se veía pálido, agotado, decaído y tenía varios cortes en su rostro.

Alecia ya conocía esos cortes, ya conocía esa palidez extrema y sobre todo ya conocía el estado en el cual se encontraba Remus, pues ella, en Beauxbatons tenía un amigo con la misma condición que Lupin, y ni bien vio al licántropo en ese estado supo lo que era.

Claro que ella esperaría a que él se lo contara.

-Hola-Saludó con una sonrisa algo apenada a Remus, el cual abrió lentamente los ojos y también le respondió con un pequeño y algo desganado intento de sonrisa.

-Hola Alecia-Saludó Remus con dificultad.

-¿Estás bien?-Preguntó ella.

-Si, solo algo enfermo-Respondió el licántropo-¿Y tú qué haces aquí?-Preguntó.

-Bueno, ayeg Maglene saltó sobge Lily y sobge mi, todas nos golpeamos, pego pagece que yo me di un poco más dugo-Respondió ella tocando su cabeza y haciendo una mueca.

-Uh, Madame Pomfrey salió un rato, pero me dijo que no iba a tardar mucho-Comentó el castaño.

-¿Te duele?-Cambió de tema Alecia.

-¿Eh...qué?-Preguntó confundido Lupin.

-Tienes algunas cogtadas-Dijo ella señalando con su pequeña mano el rostro de él.

-Oh, esto-Señaló su rostro nervioso-No es nada, tranquila-Le resto importancia aunque si le dolía.

-Puedo ayudagte-Ofreció ella rápidamente-Digo, si no te molesta-Dijo apenada.

-No quiero ser una molestia-Dijo Remus rascándose la nuca nervioso.

-No lo eges-Respondió ella rápidamente con el ceño fruncido pero inmediatamente puso una expresión dulce y una sonrisa realmente sincera-Déjame ayudagte-Pidió ella dulce.

-Está bien-Se rindió Lupin-¿Pero cómo piensas hacerlo?-Preguntó el.

-Oh, bueno-Empezó ella y al mismo tiempo empezó a buscar algo en su bolso, el cual tenía un encantamiento de extensión indetectable-Yo tengo dos hegmanos hombges, y cuando yo ega más pequeña y me lastimaba por jugag con ellos, mi madge, que hizo esto, paga que no me queden cicatgices-Saco un pequeño frasco con una poción violeta-Con esencia de díctamo y algunos otgos inggedientes-Abrió el pequeño frasco y se lo tendió.

El hombre lobo lo agarró aún con dificultad y tomó todo de una sola vez, notó que tenía ligero sabor a fresas e inmediatamente dejó de sentir dolor en su rostro y poco a poco en su cuerpo.

Remus se empezaba a sentir como nuevo.

-El sabog a fgesas es pogque me negaba a tomaglo al pgincipio cuando sabía mal-Rio un poco ella, y luego tomó un espejo de su bolso y se lo tendió con una sonrisa-Obsegva, las hegidas ya están ceggando-.

-No tengo palabras para agradecerte-Los ojos de Remus se aguaron un poco-Gracias Alecia-Musito con una pequeña y sincera sonrisa.

-No me las des-Negó ella con la misma sonrisa.

-¿Por qué me ayudas?-Preguntó Lupin.

-¿Pog qué no lo hagia?-Fue la única respuesta de la francesa.

-Gracias de nuevo Alecia-Dijo sincero Remus.

-Espega, no es todo-Sacó una caja de chocolate del bolsillo de su bolso y se la tendió-Los chocolates fganceses son deliciosos, toma-Sonrio dulce.

-Ya hiciste mucho por mi, no puedo aceptarlo-Dijo apenado.

-Me voy a sentig mal si no lo tomas-Hizo un puchero tierno.

-Eso es manipulación en primer grado-Sonrio Remus pero al final acepto la caja.

-Come uno, anda-Insistió la veela.

-Está bien-Abrió la caja, tomó uno de los chocolates que tenía, se lo metió a la boca e instantáneamente se volteó a ver a Alecia, la cual tenía una sonrisa parecida al gato del país de las maravillas, con los ojos abiertos-Ezta degiziozo-Habló Remus con la boca llena.

-Me alegra que te guste y que ya te sientas mejog-Dijo con una sinceridad que conmovió a Remus.

-¿Alegra?, poco a poco se te está pegando el acento eh-Comento divertido Lupin.

-Sigius me dijo que iba a pegagme el acento y además llevo pgácticando un tiempo-Se encogió de hombros la francesa y de repente sintió la punzada en su cabeza otra vez-Yo todavía tengo que esperag a Madame Pomfrey, mientgas tanto, cuéntame algo de ti-.

-¿Te duele mucho?-Preguntó Lupin con el ceño fruncido y con preocupación en el.

-Ayeg no pude dormig pog el dolog-Hizo una mueca-Pero no impogta eso, anda, cuéntame sobre ti-Entonces Remus le regalo una pequeña sonrisa, aún con preocupación y ambos se sumergieron en una larga charla.

Luego de que Madame Pomfrey llegara a la enfermería y atendiera a Alecia y le diera una poción para su cabeza, igualmente la francesa se quedó haciéndole compañía a Lupin a pesar de las insistencias de este de que vaya a clases, en el único momento que se separó de él fue para buscar sus desayunos de las cocinas.

VEELA||James Potter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora