Casada Con La Hija Del Enemigo De Papá (Alexandra Daddario y tú)

Capítulo 6

Alexandra pov.

— Ya no puedo más — me tiró al sofá.

— Son unos demonios — Bella se tira a mi lado.

— Me rindo, que hagan lo que quieran — Kelly se une a nosotras.

Las tres miramos todo el desastre que hacen los tres niños Halls-Bomer, la habitación había quedado hecha un asco luego de que los dos padres de los niños lo dejarán con nosotras.

Y eso que se habían ido hace una hora.

¡Una maldita hora!

— Tía Alexandra — llama Kit el mayor de todos y el más tranquilo se podría decir.

— Sí cariño — me inclino hacia él.

— Los gemelos acaban de orinar en las macetas del balcón y a una anciana — apunta hacia la puerta corrediza que da al balcón.

Miró a las dos chicas a mi lado y nos levantamos de golpe.

— Mierda, ese par de diablillos lo volvieron hacer — se quejaba la rubia.

— Ahora que hacemos, esperemos que la pobre ancianita este bien y no se haya dado cuenta de dónde proviene el orín — la pelirroja se agarra el cabello estresada.

— Primero metamos a ese par a la habitación, hay que bañarlos, cambiarlos y de alguna forma hacer que se duerman o se queden tranquilos — planeo las cosas antes de ir por ellos.

— Está bien — responden Bella y Kelly.

— Bien, yo voy a preparar la tina — sale huyendo Kelly.

«Maldita traicionera»

Nos miramos con bella y suspirando vamos por aquel par, que se encontraba ahora desnudos de la cintura para abajo exhibiendo sus partes íntimas a toda persona que pasará por ahí o estuviera en la piscina del hotel.

— ¡Henry! —.

— ¡Walker! — gritamos al mismo tiempo las dos.

Nada más nos voltearon a mirar y sonrieron, como si no tuvieran miedo de nosotras, de que les hagamos algo.

— Vamos adentro ahora — volvemos a decir juntas las dos, como si pensamos lo mismo.

— ¡No! — gritan.

Empiezan a bailar y golpearse el trasero en forma de burla, con bella solo podemos mirarnos.

— No sean malcriados — regaña Kit . — Esto se lo voy a decir a nuestros papás, ya verán los dos — los amenaza.

Y al parecer funcionó porque se quedaron tranquilos.

— Vamos, que se tienen que bañar y la tía Kelly ya está preparando la tina con agua caliente — los tomamos de los brazos tirando de ellos.

— Pero no me quiero bañar — reclama Henry . — Ya me bañé ayer — hace un puchero.

— Si te bañas puede que tía Kelly te ayude a vestirte — negocia Kit con su hermano.