Nos quedamos dormidos en el sofá y desperté enredada en sus brazos. Me quede viéndolo, tenía una hermosa sonrisa en su rostro y lucía tranquilo.
Ya era tarde, alrededor de las 3 de la tarde. Cuando se despertó, nos metimos a bañar... juntos. Para los que lo hallan hecho en la regadera sabrán que es espantosamente complicado, así que solo nos masturbamos. Sus dedos son mágicos. Tengo pruebas y cero dudas.
Para empezar, desde que se despertó atacó mis labios frenéticamente, me cargó hasta la regadera y me fue bajando delicadamente. Ambos ya estábamos desnudos debido a lo de la película. Las gotas recorrían nuestros cuerpos, acompañando la melodía que hacían nuestras bocas, nuestras manos danzaban alrededor de su preciosa pista de baile y cada centímetro de piel se fundía con su tacto.
Me abrazó por la espalda, haciéndome sentir su duro miembro en mi trasero.Besaba mi cuello y sus manos bajaban lentamente por mi abdomen hasta mi entrada. Ahí me empezó a masturbar. Movía mi clítoris rápido con sus dedos, mis piernas temblaban y me costó mucho trabajo mantenerme parada. Me corrí, me volteé para besarle y me ocupe de su problemita, hasta que también se vino.
Terminamos de bañarnos, me envolvió en la toalla de la manera más dulce y delicada posible mientras besaba mi mejilla y cuello.
- Muchas gracias por aceptar tener este día conmigo bebé. Cada día estoy más seguro de que estar contigo es la mejor decisión que he hecho en toda mi vida.
- Y yo cada día confirmo que eres el hombre con el que quiero pasar el resto de mis días.
- Y así será.
Pedimos algo de comer y estuvimos hablando de temas sin mucha importancia. Aunque por dentro, mi cerebro solo podía pensar en el hecho de que me aseguró que estaríamos juntos el resto de nuestras vidas. Espero que sea verdad, porque me enamoré de él. Y dudo poder superarlo.
Acabando de comer fuimos a nuestra recamara, nos estuvimos tocando toda la tarde, pero sin llegar a algo más. Hasta que empezó a oscurecer. Me pidió que subiéramos a la terraza y que tuviéramos sexo ahí. Me pareció atrevido, así que accedí.
Nos recostamos en el lugar más visible que pudiera haber, no sé si su intención era que medio país se enterara de lo que hacíamos y como lo hacíamos. Pero tengo que aceptar que fue excitante. Me penetró a la primera y sus embestidas eran fuertes y seguidas. Después de un tiempo llegamos al orgasmo. Salió de mí y fue por un par de tequilas.
- La noche esta muy bonita.
- La luna está preciosa esta noche - sabía bien lo que esa frase significa y no pude evitar sonrojarme. Buscó mi mirada e inmediatamente me besó. Lentamente y con una sonrisa en nuestros labios que se sentía.
Nos separamos, chocamos nuestros caballitos y nos terminamos nuestros shots.
- Bebé, ¿cuánto falta para vacaciones?
- Como tres semanas para las de Santa y Pascua. ¿Por?
- Para irnos de viaje, tengo ganas de volver a viajar contigo.
- Pues, hay que ir reservando.
- No creo que sea necesario.
- ¿Por?
- Amm, quiero que conozcas a mis papás. ¿ Te gustaría ir a Corea a conocerlos? - ¡NO INVENTES! Eso no se pregunta, claro que quería. Aparte, se podía notar su nerviosismo. Se veía tan tierno.
- ¡Claro que sí! Desde hace mucho que quiero conocerlos - su expresión se relajo y me mostró su gran sonrisa cuadrada (o gummy smile, como prefieran). Me abrazó por los hombros y seguimos viendo las estrellas y la luna. Hasta que nos dio frío. Regresamos al primer piso. Me cargó al estilo de bodas hasta nuestra recámara. Me recostó suavemente en la cama.
- ¿Te gusta la música de fondo? - no le contesté, me quedé embobada con su preciosa figura y la voz tan grave que tenía cuando hablaba sexy. Conectó el bluetooth y puso música perfecta para el momento.
Se acercó a mi lentamente, con una mirada profunda que provocaba escalofríos en todo mi ser. Subió a la cama, sin perder el contacto visual separó mis piernas y las puso sobre sus hombros. Acercó su boca a mi entrada y empezó a comerse mi va**** con movimientos lentos. El placer era indescriptible. En cuestión de segundos se escuchaban más mis gemidos que la música. Cada vez su lengua entraba más profundo en mí, mis piernas temblaban y mi estómago se contraía sin siquiera pensarlo. Jadeaba, gemía, sudaba y gritaba su nombre. Tuve varios orgasmos, y paró justo antes de que me viniera.
- Si te vas a venir, lo vas a hacer conmigo preciosa - atacó mis labios e introdujo su miembro en mí, lento y con delicadeza. De mientras, nuestras lenguas jugaban dentro de nuestras bocas. Luego bajo sus húmedos besos a mi cuello, dejándole marcas. Sus embestidas aumentaban el ritmo, nuestros cuerpos chocaban a una velocidad frenética y ambos jadeábamos.
- Yoongi, me vengo.
- Espera un poco más bebé, solo un poco.
Ambos nos corrimos al mismo tiempo, como casi siempre. Pequeñas gotas de sudor recorrían su cabello y caían sobre mi pecho. A la mayoría le parecerá asqueroso, pero para mi es divino. Buscó mi mirada y deposito un cálido beso en mis labios. Profundo y apasionado.
- Te amo Leonora.
- Y yo a ti.
Se dejó caer a un lado de mí, nos cubrió con las sábanas y en cuestión de segundos estaba completamente dormido. Me dio ternura, aunque era lógico que estuviera cansado a pesar de no ser tan tarde.
Me quede un rato pensando hasta que también me quede dormida.
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Jugamos? - Min YoonGi (+18)
Fanfic- Yo no quiero nada serio con nadie -¿Y quién dijo que yo quería algo serio? LEMON, léanlo bajo su propia responsabilidad. Todos los derechos reservados. HETERO.