One-shots Danmachi

Noche complicada

El piso 18, una de las pocas zonas seguras del calabozo donde los aventureros podían tomar un descanso, los monstruos no se generaban en ese piso aunque si podían subir o bajar de otros pisos pero este no fue el caso, el piso 18 había generado a el Goliath Negro como defensa al detectar la presencia de Hestia y Hermes.

Aquella dura batalla contra el monstruo irregular había dejado grandes perdidas, desde la destrucción de Rivira hasta la muerte de muchos aventureros, no sería fácil recuperarse de aquel suceso y más para una mente inocente que había visto morir a tantas personas, esas muertes habían manchado el alma transparente que tanto adoraban los dioses...el alma de un héroe.

Tras unos días de la dura batalla todo Orario conocía el nombre de aquel aventurero con apariencia de conejo que apenas siendo un nivel 2 había derrotado a un monstruo irregular en el piso 18 salvando muchas vidas y lo que quedaba de la pequeña ciudad de Rivira.

Ese día se reunirían en la señora de la abundancia todas las familias involucradas en aquel suceso para celebrar la derrota del Goliath Negro, esto molestaba a cierta diosa de coletas pues una de esas familia era la familia Loki

El joven peliblanco y la diosa de coletas entraron al bar saludando a todos, Bell fue recibido por una gran cantidad de felicitaciones, sonrisas y agradecimientos de parte de sus compañeros y amigos.

En el bar se creó un ambiente alegre, había de todo desde charlas normales hasta los celos exagerados de Hestia y Lilie, todos se divertían incluida Aiz que tenía una pequeña sonrisa y un rubor casi invisible en sus mejillas.

Tras unas horas el bar era un desastre, muchos aventureros dormidos por todas partes de lo borrachos que estaban y otros pasados de copas seguían bebiendo, en medio del caos los únicos que estaban en sus cinco sentidos eran las camareras y unos cuantos aventureros, entre ellos estaban Aiz y Bell que por obvias razones no tomaban alcohol.

Después de un rato intentando calmar a los demás aventureros Aiz pidió un vaso de agua, pero lo que no sabía era que su diosa que aún estaba algo consiente le agrego algo de licor a su bebida antes de que la camarera se la entregara, desconociendo la extraña sustancia bebió medio vaso del líquido de golpe lo cual haría que el efecto del alcohol sea mucho más fuerte.

Se quedó en su asiento unos minutos ante la mirada espectante de Bell quien estaba a su lado, el flequillo tapaba sus ojos dorados mientras estos estaban fijos en la mesa, el sonrojo de sus mejillas se hizo más notorio y su sonrisa se convirtió en una ligera risa apenas audible.

Bell estaba confundido por el tan repentino cambio de actitud de la espadachína así que se acercó a ella y puso una mano en su hombro.

-Aiz-san, ¿Estas bien?

-...

La chica con aspecto de muñeca no se inmutó ante la pregunta del conejo y siguio en el mismo estado mientras se empezaban a escuchar unos murmullos inentendible de parte de la rubia.

-Aiz-san... Aiz-san... Aiz-san

-Conejito

-¿Que?

Después de unos cuantos murmullos de la chica, al fin respondió sin levantar la mirada, contestó con una palabra que a simple vista no tenía sentido, pero el chico se sorprendió al escuchar una ligera risa.

-A... Aiz-san ¿Te encuentras bien?

-Mi conejito blanco

La espadachína se lanzó contra el peliblanco y le dio un gran abrazo, en un instante el rostro de Bell estaba completamente rojo, al ver esto la rubia se separó e hizo un puchero que la hacia ver extremadamente adorable.