Capítulo 4: 3. Tomar un vuelo aleatorio a cualquier lugar

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El golpe en la puerta de Harry sonó apenas unos minutos después de las nueve esa noche. Tenía que dejar entrar a Louis a través de la cabina telefónica en la puerta principal, por lo que esperaba la llegada solo unos momentos después cuando abrió la puerta.

Louis estaba de pie al otro lado de la entrada con pequeñas bolsas debajo de sus ojos y un gorro cubriendo su cabello. Todavía usaba su misma chaqueta de jean, pero esta vez sobre una remera y pantalones deportivos. Parecían estar en la misma página en cuanto a atuendos. No muchas personas optaban por vestirse bien para el aeropuerto. Louis también tenía una mochila colgada sobre su hombro y una maleta con ruedas a su lado.

"Hola," dijo sobre un bostezo, sin entrar más en el apartamento que hasta el umbral. "Lo siento, acabo de regresar de un largo turno en el trabajo. ¿Cómo estuvo tu cena?"

"Mejor de lo esperado," respondió Harry, su tono un poco más alegre que el de Louis.

"¿Fuiste asado por preguntas sobre tu vida personal?"

"Oh, sí, pero eso no fue una sorpresa. Para eso está la familia, ¿verdad?"

"Supongo," Louis bostezó de nuevo y cubrió su boca con el dorso de su mano. "Estoy más emocionado de lo que parezco, lo juro. Solo necesito un poco de cafeína, creo."

"Conseguiremos café cuando lleguemos allá," aseguró Harry.

Louis todavía estaba de pie en la entrada, la puerta ni siquiera se cerraba detrás de él. "¿Listo para irnos?"

"¡Sí!" dijo emocionado, recogiendo su propia maleta y equipaje de mano junto a la puerta. Siguiendo a Louis hacia el pasillo, Harry cerró la puerta detrás de ellos con cerrojo, comprobando la manija solo para asegurarse. Todo lo demás ya había sido comprobado tres veces antes de que Louis llegara. "¡Vamos!" declaró emocionado.

Un taxi que Harry había llamado ya los estaba esperando abajo. El conductor los ayudó a meter todas sus maletas en el maletero, luego ambos se subieron al asiento trasero del auto.

De camino al aeropuerto Louis parecía estar a punto de dormirse con su cabeza recostada contra la ventada, solo la palma de su mano separando su mejilla del frío cristal. Mirando hacia su propia ventana, Harry todavía no estaba seguro de haber procesado completamente lo que estaba haciendo. Hace apenas tres días estaba sentado en su oficina, haciendo ventas y llenando papeleo, y ahora estaba sentado en la parte trasera de un auto con un –prácticamente- extraño con quien estaba a punto de viajar a Dios sabe dónde. Pero la cosa era, amaba cada parte de ese concepto. La espontaneidad, la imprudencia, el miedo, el misterio. Iba a embarcarse en esta aventura completamente ciego a cómo resultaría. Ambos lo hacían. Eso era la emoción de todo esto.

Después de recoger sus maletas y caminar por las puertas corredizas hacia el vestíbulo principal, Harry se giró hacia Louis antes de que continuaran.

"Tú elije," dijo con confianza.

"¿Qué?"

"A dónde iremos, puedes elegir."

"Pero esta es tu lista. ¿No deberías decidir tú a dónde vamos?" insistió Louis. Se hicieron a un lado cerca de una pared para apartarse del camino de otras personas.

"El punto dice tomar un vuelo aleatorio a cualquier lugar. Si tengo la palabra, ¿no anularía eso el propósito, de alguna forma?"

"¿Puedes al menor darme un continente o algo con lo que empezar?"

"Donde quieras. Preferiblemente algo que salga en las próximas dos horas más o menos."

Louis miró el tablero sobre los mostradores que tenía los horarios de vuelos. París, Vancouver, México, Atlanta, Singapur, y la lista seguía. Los primeros vuelos estaban embarcando, un par decían retrasado, pero la mayoría decían que la puerta estaba abierta. Escaneó los hombres de ciudades, estados y países hasta que sus ojos se posaron en uno que siempre había querido visitar. Y partía en una hora y media.

The Inevitability of Life (Fuck-It List) || l.s españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora