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Cap. IV: Orfanato...

Luego de que me retuvieran en la Comisaría General Infantil de Chihuahua, yo me hallaba solo sentado en un banco de metal, dibujando a mi gato con el poco intelectual artístico que tenía yo, solo escuchaba a un agente y a una señorita:
Agente: Hola vengo a recoger mi mercancía
Recepcionista: Aquí tiene agente
Agente: Gracias, por cierto tengo una pregunta
Recepcionista: Dígame
Agente: Dígame ¿alguien vendrá a recoger a este pequeño?
Recepcionista: No tiene un nombre el crío

Agente: ¿Qué dice?
MxR: Buenas tardes
Agente: Señor Reyes, ¿qué hace usted aquí?
MxR: Solo paseando, venía en busca de...
Y entonces el hombre misterioso me miró como si el me conociera:
MxR: ¿Y este niño?
Agente: Fue separado de sus padres adoptivos, ahora lo llevaremos al Centro Infantil...
MxR: Entonces, debería irme; hasta luego caballeros...

Ese hombre que antes se encontraba charlando con la recepcionista, me llevó a lo que parecía ser un salón con sillas, había niños y una maestra en el fondo, nos hicieron como a cualquier niño alguna estúpida presentación acerca de nosotros y de cómo fue que llegamos ahí, en realidad  yo no recordaba nada de mi pasado, ni de los nombres de los que me recogieron, nada... no recordaba nada, solo me llamaban por el nombre de El Niño del Bravo...
Profesora: Muy bien niños, yo seré su maestra de capacitación en el asilo ¿okey?
Niños: Si maestra
Profesora: Ah que lindos llámenme Karen
La profesora Karen, una de las pocas personas que se preocupaban por el bien de los niños...

Los días pasaban como hojas de un árbol, el tiempo pasaba muy rápido y mi impaciencia por saber quien era realmente, también a lo largo de los meses nos reubicaron hacia otro lugar, un lugar donde el propio Estado nos mantenía ocultos de todo; no era más que un horrible y sucio edificio a donde todos los niños apartados de sus familiares son llevados... las malas condiciones del lugar eran lo suficiente para meter algo de miedo a los niños; las habitaciones que nos dieron no eran más que camas de metal junto con bichos que se subían a las sábanas usadas... recuerdo el inmundo olor de la comida que daban todos los días, las señoras que nos atendían gritaban y nos hacían llorar, este lugar era una infierno con garantía del Estado...

Era la hora del desayuno, a todos nos sirvieron yo me apuntaba a sentarme en la esquina del pasillo para ver pasar el tiempo del receso, caminaba lentamente hacia mi esquina y de la nada un atacante, me colocó su pie como un obstáculo y tropecé:
Ñ: Auch
Los niños se burlaban de mi, era como un payaso tratando de quitase su traje, y para el remate el atacante me dio un golpe en la nariz; estaba en el suelo, no me levantaba hasta que alguien llegó... en ese momento conocí a un niño llamado Damién, el estiró su brazo y me ayudó a levantar:
Dzy: ¿Estás bien?
Ñ: Si algo
Luego de me ayudará a levantarme, me llevó con la profesora Karen; ya luego de que limpiaran la nariz, la profesora se retiró y solo nos encontrábamos Damien y yo:
Ñ: ¿Quién eres?
Dzy: Soy Damien ¿cómo te llamas?
Ñ: Yo eh eh
No sabía que responderle así que tartamudeaba pero el no encontraba lo ofensivo o lo gracioso:
Dzy: No te preocupes !ven sígueme!
Damien me mostró que al otro lado de la calle, había otro Orfanato pero ese era otorgado por la Iglesia que se hallaba al otro lado, los padres y sacerdotes tenían encargado ese rollo... era por eso que esos niños contaban con buena ropa, muchos juguetes, comían cinco veces al día mientras que nosotros solo una vez al día y disfrutan de deliciosas golosinas todos los días, como ya había mencionado antes nuestro orfanato era un infierno con garantía del Gobierno de la República ¿o era el Estado? Nah ni importa...

Pero lo que si puedo decirles es que por primera vez en mi vida, he hecho a un amigo...

::.FIN_DE_LA_TRANSMISIÓN.::