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Cap. VI: Me tropecé en tu camino...

Una vez que usé correctamente el teléfono comencé a buscar un empleo y el cual era hurtar en tiendas de conveniencia para mi supervivencia, hurtaba carteras y bolsos con pertenencias para encontrar algo de valor y vendérselo al Mercado; pero hoy no estamos para ver mis desventuras no nada de eso, imaginen que un dia que tu vas a la tienda de la esquina, un establecimiento donde puedes encontrar todo tipo de cosas, desde comida, utensilios, materiales, hacer transacciones y pagos... ese lugar se hace llamar... Oxxo:
Ñ: A trabajar...
Un día yo me encontraba cerca del centro, me encontraba esperando a que salieran los supervisores del lugar, necesitaba ir de compras: necesitaba una nueva batería y algo que comer; enfrente mío se encontraba un Oxxo a que atracar y había una marcha feminista en mi camino, para no llamar su atención me cubría mi rostro para evitar sus golpea y sus palabras que maldecían a Dios:
Ñ: Que horror...
Entonces me encaminé hacia esa multitud enfurecida feminista, sin que me atacaran llegué al otro extremo de la calle, la tienda se hallaba abandonada, no había nadie atendiendo en la caja, así que ingresé sin ningún problema, entonces me dirigí hacia la entrada donde se encontraba la caja, la abrí y tomé del dinero para satisfacerme algo pero cuando escuché que alguien estaba entrando yo salí corriendo del lugar y me reincorporé a la calle...

Una vez que salí del lugar, la marcha continuaba; contaba el dinero con rapidez, de un momento me distraje y me tropecé con una chica que topé en mi camino, buscaba desesperadamente mi dinero, no hubo problema en encontrarlo, entonces lo guardé en mi chaqueta, mientras que ella buscaba algo más en el piso:
Ñ: ¿Estás bien?
Como ella era una niña al parecer 'ciega'; buscaba con desesperación sus lentes, asi que la ayudé a encontrar, sentía que una parte de mi caballerosidad, actuó:
Ann: !Mis lentes mis lentes!
Buscaba y buscaba hasta que me topé con un par de lentes azules tirados en la acera, entonces le dije que los había encontrado:
Ñ: Creo que esto es tuyo señorita...
Ann: !Mis lentes!, gracias caballero
Ñ: No... no hay de que
Entonces le coloqué sus lentes y ella me observó:
Ann: Gracias...
Como no respondí a su pregunta, me distraía más en su rostro: era como un angel, me quedaba sin palabras:
Ann: ¿Estás bien?
Ñ: Eh si si es que tu... tu eres hermosa, ¿cómo te llamas?
Ann: Eres tímido soy María del Carmen Anastacia pero me puedes llamar Anne
Ñ: Yo... yo me llamo Bravo, mucho gusto ¿puedo acompañarte?

::.FIN_DE_LA_TRANSMISIÓN.::