~Infancia II

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Pasadas 2 semanas la madre de Lyla fue puesta en libertad entonces llegó a recoger a la pequeña al hospital. Fue informada por los doctores de los comportamientos sin muchas variaciones de la niña pero que lastimosamente sufría de TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), razón por la cual no hablaba. Su madre solo bajó la mirada un poco triste, pero comprendía el estado de su pequeña. 

Pasadas unas horas Lyla fue dada de alta y regresó con su madre a casa. El camino había sido bastante silencioso hasta que la pequeña dirigió su mirada a su madre, le tocó el hombro y le dijo:

-Mami, mi papi pregunta si ¿Te encuentras bien?

Su madre pegó un pequeño salto en el asiento del conductor por escuchar a su hija hablar, ya que se suponía que sufría de TEPT. Se quedó analizando un momento las palabras de su niña ¿Por qué había mencionado a su padre? pero no le prestó mucha atención a esto y contestó a la pregunta de la pequeña.

-Estoy muy bien linda y a ti ¿Qué tal te fue en el hospital?

-Bien, había una doctora muy linda que me trataba super bonito. Iba a contarle lo que había   pasado esa noche, pero mi papi me dijo que no lo hiciera.

Estas palabras pusieron un poco más alerta a su madre ya que era la segunda vez que mencionaba a su padre de esa forma, entonces decidió preguntarle.

-¿Tu  padre? ¿Estás segura?

-Si mami, primero lo vi en un sueño y me dijo que no le dijera nada a la doctora y venía a visitarme todos los días al dormitorio en el que estaba, ¿No lo ves? Está ahí atrás- Dijo señalando los asientos de atrás del auto.

Su madre quedó un poco asombrada por lo que la niña estaba diciendo, hasta que llegó a la conclusión de que podía sólo ser la imaginación de la pequeña porque seguía impactada por lo sucedido.

Pasados 5 minutos llegaron a su casa, Lyla emocionada entró corriendo a la casa y se dirigió a su habitación y cayó profundamente dormida. Permaneció allí hasta la hora de la cena donde corrió a los brazos de su madre para comer juntas. 

Así pasaron 2 años, la pequeña Lyla crecía y se notaban algunos cambios en ella, no tan notorios claro pero ya era un poco más alta. Su madre nunca se dió cuenta de que Lyla mantenía conversaciones con la nada o al menos eso habría creído de haberla visto. La pequeña disfrutaba todos los días de la compañía que le daba su padre a pesar de que la forma en que lo veía era con ese cuchillo en el pecho, ese maldito cuchillo que la perturbaba un poco pero era feliz. 

Un día nublado y un poco lluvioso hubo un cambio drástico en la vida de Lyla, pues nunca se imaginaría que algo así llegara a pasar y mucho menos que tocara la puerta de su casa, a partir de ahí todo fue totalmente diferente, desde la forma en que su madre la miraba hasta la actitud de la mismísima Lyla...


Continuará...


Las pesadillas de LylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora