Las pesadillas de Lyla

~Un extraño en casa

El siguiente episodio contiene escenas de abuso sexual, si eres sensible ante estos temas sugiero que lo saltes a partir de la doble línea (=======) se recomienda discreción.

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Lyla estaba en su cuarto jugando con sus muñecas, su padre se fue a su lado jugando con ella y haciéndole compañía. Hace un rato había pedido permiso a su madre para salir a jugar fuera pero esta se negó ya que estaba lloviendo, pero a la pequeña Lyla no le importaba y tampoco a su padre, pero no tuvo otra opción más que obedecerla.
Pasado un rato, su madre subió las escaleras debería hacer unas compras ya que esa tarde llegaría una persona muy especial a la casa y debería preparar algo especial. Cuando se acercó a la puerta escuchó como si su pequeña estuviese hablando con alguien así que abrió la puerta, pero como la vió jugando con sus muñecas no tomó mucha importancia a lo que había escuchado. Se acercó a ella y le dijo con dulzura:

-Linda, saldré un momento a comprar unas cosas, alguien muy especial vendrá a cenar con nosotras.

-¿Quién? - Dijo la pequeña con el ceño fruncido.

-Un amigo, probablemente venga dentro de media hora, si aún no he llegado bajas a abrirle la puerta ¿Sí? - Dijo la señora con un tono muy dulce.

-Está bien mami- terminó diciendo la niña no muy convencida.

Su madre le dio un pequeño beso en la frente a la pequeña y se retiró del cuarto. Salió de casa y al poco rato se escuchó el timbre de esta, Lyla al escucharlo salió a atender. 

Cuando abrió la puerta se encontró con un hombre alto quizá medía alrededor de un metro ochenta, vestido de una manera bastante normal, una camiseta azul un poco floja, vaqueros y unos tenis negros sencillos. Supuso que era el amigo de su madre, pero igualmente preguntó.

-Hola, ¿Quién eres?- dijo viendo hacia arriba, ya que el hombre era muchísimo más grande que ella y se vió un poco intimidada por este. Este se agachó para quedar a la altura de la pequeña para después contestar.

-Soy amigo de tu mamá, ¿Ella se encuentra?- preguntó con un tono un poco lascivo que claro la pequeña no notó y contestó.

-Ella no está, salió a hacer unas compras, pero me dijo que venías y que te dejara pasar- La pequeña se apartó de la puerta para dejarlo pasar. 

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Él se paró nuevamente y entró a la casa como si fuera suya. Se sentó en uno de los sillones y llamó a la pequeña, ella cerró la puerta y se dirigió a él, este hizo un gesto para que ella se sentara en su regazo pero la pequeña dudó, entonces se levantó, la tomó en sus brazos y la sentó sobre sí, procurando que la pequeña quedase cerca de su entrepierna. La pequeña no entendía el porqué de la insistencia del hombre a que se sentara sobre él, pero ya estando así no opuso resistencia. Mientras tanto el hombre aprovechó para sacarle conversación a la pequeña.

-A ver linda, ¿Cómo te llamas?- Preguntó al tiempo que tomaba a la pequeña de la cintura pegandola aún más y haciendo una pequeña presión hacia abajo.

-Lyla, me llamo Lyla. ¿Desde cuando conoces a mi mami? Nunca te había visto- Le dijo la pequeña sin entender las acciones que aquel hombre hacía, pues ahora había puesto una mano sobre sus piernas y las sobaba suavemente.

-Lyla, que bonito nombre, queda perfecto en una niña tan linda como tu- Le dijo al tiempo en que el comenzaba a mover su propia pierna para crear así un poco más de fricción en su entrepierna con el trasero de la pequeña -Y contestando a tu pregunta, nos conocimos en el trabajo hace un tiempo, somos muy buenos amigos- Responde de manera cínica a la vez que suelta un gruñido por la sensación que ocasiona el roce, cosa que Lyla no notó.

Pasados alrededor de 2 minutos, se escuchó la puerta abrirse, Lyla bajo de las piernas del hombre para salir al encuentro de su madre y este como pudo colocó su entrepierna que ahora se encontraba con una erección. La madre de la niña entró a la casa y saludó al sujeto con un beso, cosa que confundió a la pequeña, ya que solo había visto que su madre hacía eso con su papá, pero no dijo nada. 

Llegada la noche se dispusieron a cenar, su madre preparó una lasaña de carne con mucho queso y había comprado unos panquesitos que comieron como postre. Al terminar, Lyla se despide y se dirige a su cuarto con la esperanza de poder jugar con su papá, pero por más que lo llamó e intentó hablar con él, no apareció, la pequeña soltó unas lágrimas y se recostó en su cama al cabo de 5 minutos se quedó completamente dormida con los ojos humedecidos por las lágrimas.

El otro lugar de la casa se encontraba cierto hombre embistiendo de forma brutal contra la mujer bajo el, se escuchaba un sonido obsceno ocasionado por el choque de pieles además de los gemidos de placer y en algunas ocasiones de dolor provocados por la mujer, acompañados de gruñidos de parte del sujeto, advirtiendo a la persona que ya hacía sometida por él que era de su posesión y que debía obedecer todo lo que este le dijera, siendo este el comienzo de una nueva etapa en la vida de Lyla y su madre.

Etapa que podría ser tanto buena como mala, pero las esperanzas de que todo sea bueno son las últimas que se pierden, lastimosamente las cosas nunca son como las queremos.

Continuará...