Capítulo 03

1K 75 1
                                    

Saqué las cosas de mis bolsillos, - una candela, unos fósforos y un chocolate que encontré por ahí -, y se los pasé a Klaus.

—Gracias por venir, realmente odio éste lugar —dice Klaus

—Sé lo que es estar encerrado así, no te dejaría solo sabiendo que le tienes miedo a éste lugar, yo también lo odiaba —respondí encendiendo la vela

—¿En serio?, ¿tú otro padre también te encerraba? —pregunta

—Sí, por un par de días enteros sin comer por culpa de mí "hermano", de ahí llegué a hacer ésto —le muestro mi brazo con cortadas —. Lo hacía cuándo me dejaban ahí, para mí era toda una pesadilla tener que oír tanto...no por miedo sino que...era cansado.

—Vaya...que feo, yo me drogo, también ayuda a dejar de oír esas voces.

—Vaya...ambos estamos igual de rotos y lastimados.

—Sí es cierto...

—Pero quiero que sepas yo jamás te abandonaré —lo veo tomando su mano

—Ni yo a ti tampoco —dice viéndome con una pequeña sonrisa

Me senté a su lado y nos abrazamos de lado viendo viendo la luz del fuego la candela mientras nos dábamos calor el uno al otro ya que ahí hacía bastante frío y era bastante oscuro.

—Oye Klaus, ¿alguna vez has sentido que ves a alguien y sientes que lo conoces pero nunca lo has visto antes? —le pregunté viéndolo

—Sí, creo que si algún vez, ¿por? —dice el

—Es que...cuándo estoy cerca de ti, es cómo si te conociera.

—Sí me pasa igual, pero no sé que será.

—Bueno no importa eso, por ahora tenemos todo este lugar para nosotros solos —cambié de tema

—Oye si es cierto, hagamos algo — levantándose

—¿Como qué? —pregunté tomando su mano para levantarme

—¿Qué tal si ponemos a bailar?, eso ayudará a calentarnos y olvidar este lugar horrible.

—¡Gran idea!

Empezamos a bailar sin música, sólo nos movimos, corríamos, saltabamos y nos reíamos, ese lugar tan horrible se convirtió en un lugar divertido y gracioso gracias a la idea de Klaus, hace mucho que no me divertía bastante así y la verdad me encanta.














































[.............]


















































Después de unas horas de estar haciendo eso y terminar la mitad del chocolate cada uno nos volvimos a sentar en el suelo abrazados como antes.

—Me divertí mucho —le sonreí

—Yo también — me sonríe —. Usualmente los demás no me hacen tanto caso, creen que estoy loco.

—Y lo estás hermanito.

—Estamos, demostraste que estás igual de loca que yo con sólo venir aquí para hacerme compañía —dice riendo

—Tienes razón, deberíamos dormir un rato

—Cierto.

Me arrecoste en él y él en mi hasta ponernos cómodos y dormirnos. En la mañana cuándo despertamos por el grito que nos pego papá al vernos ahí, cuándo abrimos los ojos todos estaban ahí también incluido Pogo.

La Gemela de Klaus 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora