capítulo 19

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Narrador omnisciente.

Déjame ver si entendí–dijo el chico de cabello negro una vez se apartaron de la multitud y caminaron en dirección al balcón–Tu padre trabaja para lo vengadores y tú...¿Tienes a un parásito dentro...de ti?

–No de esa forma, idiota–le respondió con una media sonrisa la pelinaranja, haciéndolo reír–y no es un parásito, más bien es...

No pudo encontrar la palabra adecuada, sin que Nyx le dijera que o quién era ella era un poco más complicado expresarse sobre ella.
Y más teniendo a su mejor amigo de la infancia.

–Es complicado–dijo algo dudosa, pero intentando cambiar de tema–¿Y que hay de ti? ¿Qué has hecho?

–Pues...he estado huyendo de HYDRA, nunca dejaron de buscarme–suspiró observando la ciudad, recordando todo lo que tuvo que vivir–intenté buscar a mis padres, pero...lo único que encontré fueron un par de tumbas con la fecha de mi secuestro...

—Lo lamento mucho, Matt—Dijo Emma, tomando su mano y entrelazándola–De verdad, yo debí volver por ti y...-

—Deja de culparte por eso, no fue tu culpa...

La menor de los Banner asintió lentamente, mirando fijamente las luces de la ciudad de Nueva York con la culpa carcomiendola por dentro.
Ambos permanecieron en silencio, aún tomados de sus manos y ninguno con la intención de separarlas.

Se siente la tensión sexual entre ustedes–Emma rodó los ojos, evitando que Matthew la viera–Solo váyanse a cojer y listo, no es tan complicado...-

–Será más complicado si sigues hablando.

—¿Qué?

–Nada, solo pensaba en voz alta.

(…)

La mayoría se había ido luego de pasarse de tragos, y los únicos que quedaban presentes eran los Vengadores junto a María Hill y la doctora Hellen Cho. Mientras que Matthew se había ido a su "hogar" secreto y Emma se encontraba en su habitación.

Bueno, su habitación secreta en la torre.

Movió su espada con tranquilidad, haciendo figuras invisibles en el aire con el arma encendida en azul brillante.
Su vestido fue reemplazado con un traje de ejercicio que se le ajustaba al cuerpo mientras su largo cabello era atado en una coleta alta, estando empapada de sudor.

—No entiendo para qué el entrenamiento—murmuró viendo su reflejo en la espada, notando sus ojos diferentes—Necesito una explicación.

la tendrás en su momento.

—Pues seguiré presionándote hasta que me respondas, Nyx. Eres estresante.

Y tu eres idiota.

Siguieron discutiendo sin ser escuchadas, mientras que los Vengadores intentaban levantar el martillo de Thor.

Aunque los pensamientos de la menor de los Banner iban siempre rodeando a su viejo amigo Matthew, intentaba continuar en su batalla mental mientras que Nyx no dejaba de molestarla.

El chico no había cambiado mucho apesar de todos los años sin verse, su cabello tan negro como la noche y sus puntas de color que parecían teñidos de habían oscurecido al igual que sus ojos, que ahora no podía sacarlos de su mente.

Lo que era un problema.

Y ahora Nyx la molestaba por eso.

Se tapó los oídos al escuchar un ruido ensordecedor, dejando caer el arma al suelo y cerrando sus párpados con fuerza.

Sus oídos, con apoyo de Nyx, lograron captar una voz ajena a las que estaba acostumbrada a escuchar. Una voz mecánica y distorsionaba, grave y fuerte a la vez; y un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo cuando escuchó de quién se trataba.

Y sin evitarlo, sus ojos se encendieron.

(…)

¿Qué misión?—preguntó Rogers seriamente.

—Paz en nuestros tiempos...

La legión de hierro traspasó las paredes después de esa frase, abalanzándose sobre el grupo.

Ultrón, como se había presentado el ser robótico a medio hacer, se quedó plasmado al ver todo ocurriendo en cámara sumamente lenta. Sin entender.

Hasta que una presencia a su lado lo obligó a mirar.

Sus orbes encendidas en rojo fuego veían la escena de pelea, la legión de hierro volando lentamente hacia su objetivo.

Ya estás despierto—habló la chica primero, ésta vez siendo controlada por su fiel compañera de la oscuridad.

—No faltaba mucho para eso, pero creo que llegué a tiempo—respondió balanceándose de un lado a otro, arrastrando los cables por el suelo—Puedo cumplir mi propósito, traer la paz que estos...“héroes”, no trajeron en todos sus años de gloria.

Yo puedo hacer eso—Ultrón rió distorsionadamente, lo que a Emma le puso algunos cabellos de punta—Soy más fuerte que todos ellos juntos, no los mates...-

—No los mataré, los destruiré...no quedarán ni un átomo de lo que alguna vez fueron.

Te detendremos, y lo sabes.

—Eso es lo que tú vez.

Sus ojos se fueron consumiendo, trayendo consigo un quejido de dolor proveniente de ambas mientras se tomaban el estómago, notando como el Ser robótico sacaba su mano de su estómago y la sangre se mezclaba con el aceite que emanaba; dejando que la escena antes puesta en cámara lenta transcurriera como si nada hubiera pasado.

Vió una última vez a Ultrón, y este solamente veía su mano mal hecha cubierta de su sangre

Y luego...ella ya no estaba ahí.

(…)

Emma caminó como pudo, sosteniéndose de las paredes las cuales manchaba de ese líquido espeso y caliente color carmesí que seguía brotando de su profunda herida.

Estaba confundida, adolorida, cansada, atónita. En todos sus cortos años como la portadora de Nyx; nunca nadie había logrado herirlas de esa forma, y sin embargo si lo hacían solo se regeneraba tres segundos después.

Pero este, no era el caso.

Siguió chocando con las paredes, intentando llegar a la área de enfermería mientras continuaba escuchando la pelea al fondo.

¿Por qué estamos débiles?

—No lo sé...pero—volteó a ver el pasillo, notando a Clint Barton caer abruptamente al suelo—Pero creo que deberíamos ayudarlos.

—¿Estás loca? Apenas puedes ponerte de pié.

—Ellos son mis amigos...mi padre está ahí, mi madre igual.

—¡No lo lograrás! ¡Entiende!

¡¡Entiende que ellos son todo lo que tengo!!

El grito resonó en el lugar, y fue entonces cuando todos se dieron cuenta de la sacudida que hubo en la Torre.

La espada salió volando directamente a la palma ensangrentada de la pelinaranja, enciendiéndose en un azul eléctrico y sus ojos antes azules como el mar pasaron a ser rojos y morados brillantes, y las venas marcadas debajo de sus párpados inferiores se hicieron notar más oscuras.

Un salto fue suficiente para clavar su arma en el pecho del destruido Ultrón, y sabía perfectamente que ese no era el único.

—Los tenía y los perdí...

Volteó a ver a todos, respirando agitadamente y teniendo su cabello adherido a su frente.

—Creo que dormiré un rato—dijo antes de caer al suelo, dejando caer su espada.

Sin darse cuenta...de que algo estaba mal con ella...y con Nyx...

la hija de Bruce Banner #MarvelawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora