Capítulo 12. Más amigos.

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 Esa mañana en el descanso estaba en la biblioteca con Moon Bin. Habían pasado varios días desde que habíamos hablado sobre que me gustaría que me tuviera más en cuenta, y todo estaba bien entre nosotros. Sacábamos tiempo para vernos, hablábamos, y él parecía estar algo mejor. Yo también estaba bien. No había vuelto a pensar demasiado en mis dudas sobre lo que sentía por él. Me sorprendí bastante cuando me dijo:

-Hyung, creo que es buen momento para que me presentes oficialmente a tus otros amigos y para que me úna a vuestro grupo.

-¿En serio? ¿Estás preparado?

-Sí.

-Vale, salgamos fuera y te los presento.

Salimos de la biblioteca y fuimos al patio. Mis dos amigos estaban sentados en un banco hablando. Nos acercamos a ellos y dije:

-Chicos, a Moon Bin le gustaría unirse a nuestro grupo. ¿Os parece bien?

-Claro. -dijo Jinjin- Estábamos deseando que por fin quisieras hacerlo.

-Bienvenido a nuestro grupo. -dijo SanHa sonriendo- Estoy seguro de que nos llevaremos bien.

Moon Bin asintió y les devolvió una tímida sonrisa. Después dijo:

-¿Habría algún problema en que buscásemos otro sitio algo más tranquilo? Por aquí pasa mucha gente y hay bastante ruido...

-No hay problema -dije- Vamos, creo que cerca de las aulas de tecnología hay un banco más tranquilo y podemos quedarnos allí.

Encontramos el sitio adecuado y los cuatro nos sentamos a hablar. Al principio nos costó un poco encontrar un tema de conversación y el ambiente era algo tenso, pero poco a poco nos resultó más fácil a los cuatro. Mientras charlábamos, no dejaba de mirar a Moon Bin, quería ver cómo se sentía él. No se le veía tenso, parecía estar disfrutando de la compañía de SanHa y Jinjin. Eso me alegraba mucho, ya que al principio tenía miedo de que se sintiera incómodo.

El descanso pasó bastante rápido. Antes de separarnos de Moon Bin, yo le di un abrazo y Jinjin le preguntó:

-¿Volverás mañana?

-Sí, hyung. Gracias por aceptarme en vuestro grupo.

-No es nada -dijo SanHa- Estamos encantados.

Nos dirigimos a nuestra clase, mientras que Moon Bin se encaminaba hacia la suya. Aprovechando que estaban los dos conmigo, les pregunté:

-¿Qué os ha parecido Moon Bin?

-Parece bastante agradable -respondió Jinjin- Se nota que le cuesta entablar conversación, pero parece estar dispuesto a acercarse más a nosotros.

-La verdad me ha sorprendido que me dijera que quería unirse al grupo, pensé que tardaría más en hacerlo. Pero me alegro mucho, sé que con el tiempo os caerá bien. SanHa, ¿te pasa algo?

Lo había preguntado porque mi amigo estaba clavando la mirada en el suelo mostrando tristeza e incomodidad. Dándose cuenta de que lo estaba mirando dijo:

-No pasa nada, solo se me vino un recuerdo a la mente y me dolió.

-¿Seguro que estás bien? -preguntó Jinjin.

-Sí, no pasa nada.

No le seguimos insistiendo, ya que era normal que no estuviera tan animado como siempre solía estar. La ruptura aún le dolía mucho, y trataba de llevarlo lo mejor que podía. Pero no debía ser fácil. Yo no podía opinar sobre eso, ya que no sabía cómo debía sentirse. Por lo que me habían contado, era duro acordarse de los momentos vividos con la persona y saber que todo eso era pasado. Pero yo tardaría mucho en pasar por eso, ya que sería muy difícil que yo encontrara a alguien. Intenté no pensar en eso, ya que eso implicaba pensar en Moon Bin, y no quería más confusión.


Por la tarde no tenía mucho que estudiar, así que le pregunté a Moon Bin si podíamos vernos. Por suerte dijo que sí. Cuando nos encontramos, le pregunté:

-¿Qué tal con SanHa y Jinjin? ¿Estuviste cómodo?

-Sí, ha estado bien. Son unos chicos geniales. No pensé que me aceptaran como parte del grupo, pensé que el ambiente que se crearía por mi llegada sería más tenso, pero realmente me he sentido bien, aceptado y querido. No os imagináis lo que os lo agradezco, hyung.

-No tienes nada que agradecer. Ojalá te hubiéramos conocido antes, hubieras formado parte de nuestro grupo desde mucho antes.

-Si me hubieras conocido antes no te hubiera caído bien.

-¿Por qué dices eso?

-Antes era todavía más inseguro de lo que soy ahora. Hablaba menos, ni siquiera levantaba la mirada en clase. Era un poco estúpido, lo sé. Pero tenía muy metido en la cabeza que tenía que estar callado, que si yo hablaba o decía algo, los demás se enfadarían. Tenía claro que mi presencia solo era incomodidad para los demás.

-¿Quién te decía eso?

-Todos lo hacían.

-¿Y qué ha cambiado con respecto a ahora?

-Que ya me he acostumbrado, que esas palabras ya no me duelen. Además, desde que te conozco, bueno, desde que tú te acercaste a mí, me siento aún más fuerte.

-¿En serio? Eso es genial, me alegro mucho. Yo he notado bastante cambio en ti desde el principio hasta ahora. Antes solo respondías con sí o no las preguntas, no hablabas apenas. Ahora estás más relajado, te cuesta menos expresarte, contarme lo que estás pensando.

-¿Me dejas que te cuente otra cosa? Aunque probablemente te molestará...

-Cuéntame.

-Yo te conozco desde hace tiempo. Tú no lo sabes, pero las pocas veces que yo salía al patio o cuando tú ibas a la biblioteca, yo no dejaba de mirarte. Siempre pensaba: "¿cómo sería ser su amigo?" "¿Qué pasaría si me acerco a hablarle?" Pero nunca me atreví a hacerlo. Solo te observaba en silencio, sin que mi presencia fuera advertida por ti. Probablemente te parecerá raro, y a lo mejor lo es, pero no quiero que pienses que te estaba vigilando o algo así, yo me conformaba solo con mirarte.

-Moon Bin, jamás pensaría algo malo sobre ti. Lo que me sorprende es que yo no me haya dado cuenta en todo este tiempo. He sido muy idiota.

-No, no lo has sido. Si nos hubiéramos hecho amigos antes, las cosas no serían como son ahora. Todo pasa por algo, al menos eso creo yo.

-Yo pienso lo mismo.

-¿Te das cuenta, hyung? Tenemos muchas cosas en común.

-Sí, las tenemos. Oye, no dejas de sorprenderme.

-¿Por qué?

-Hoy estás hablando más que yo, y eso es bastante raro, pero me encanta.

-Lo siento...

-No te disculpes, es genial. Me encanta escucharte hablar.

-Bueno, tampoco es que escuchar mi voz sea tan genial, mi voz es fea.

-Moon Bin, no digas eso. No hay nada de ti que me parezca feo.

-Vale, gracias... Tampoco hay nada de ti que me parezca feo.

No supe qué decir a eso, así que lo único que hice fue abrazarlo. Nos quedamos así, sin hablar, durante mucho rato. Ninguno de los dos quiso alejarse, así que no lo hicimos. Mi corazón empezó a latir con más fuerza. Acerqué mi oreja al pecho de Moon Bin y pude escuchar los latidos del suyo, que también estaban algo acelerados. Él hizo lo mismo que yo y ambos nos quedamos escuchando los latidos del otro. Probablemente parecía algo raro, pero para nosotros fue algo mágico.

MY ONLY LOVE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora