Cero y Camel jamás habían logrado llevarse bien. Su madre solía decir que de bebés lloraban si los colocaban juntos. Ahora sus cuerpos estaban apretujados como en una lata de embutidos debajo de uno de los escritorios. Las paredes habían caído en torno a ellos, sentían el calor del otro como algo pegajoso y desagradable, y aun así Camel sujetaba la cabeza de su hermano y lo apoyaba con cuidado en sus piernas.
La oscuridad era espesa, pero Camel conocía el cuerpo de su hermano como el suyo propio, sentía sus músculos, su cabeza y la grieta en su frente húmeda por la sangre. Sentía su respiración cuando pasaba sus dedos por los labios y el subir y bajar de su pecho.
Su hermano respiraba y eso era lo único que podía decirle a Camel que Cero estaba bien.
Más te vale salir vivo de estar mierda o sino yo te mataré.
Camel entendía los errores semánticos de su pensamiento, pero para él la amenaza tenía todo el sentido del mundo.
Camel fue siempre más unido a Cory, ellos eran los bromistas, los graciosos, los que miraba el color en un mundo gris. Cero siempre le había parecido demasiado apagado, como si fuese una bombilla extinguiéndose y eso siempre le había irritado.
Y aunque no soportaba ni siquiera cenar con él, se aferraban a su cuerpo como si fuese el suyo propio, ignorando todo el rechazo que sentía. Porque no se creía capaz de vivir en un mundo sin sus hermanos.
Que todos estén bien.
***
_ ¿No te parece muy temprano para beber? _ inquirió Olivia.
Los hombres de Elegante recogían cosas de los restos, y las que creían en buenas condiciones las colocaban en la mesa para que Elegante decidiera qué era útil y qué no.
Olivia había tomado una carpeta, las hojas estaban sueltas e incompletas pero había logrado reunir muchas de ellas y ordenarlas.
Eran anotaciones clínicas y reflexiones sobre Jake y su sistema de alter.
Olivia las leía con un interés desbordante, los pequeños descubrimientos era lo único que evitaba que se rompiera a llorar.
_Es vino, el vino se toma a toda hora_ respondió Elegante _ ¿Alguna información qué quieras compartir?
Por alguna razón Elegante solo pasaba una mirada rápida cuando alguien colocaba algo nuevo sobre la mesa. Parecía tan confiado que desconcertaba a Olivia, era como si él ya supiese todo lo que debía saber.
_Compartiré información cuando también lo hagas tú.
Elegante se encogió de hombros, y empujó perezosamente los lentes de sol sobre el puente de su nariz.
_La verdad no es mía para contar_ vocifero Elegante.
_ ¿De quién entonces?
Elegante no respondió y Olivia siguió leyendo las hojas dispersas del historial de Jake. Ella había aprendido mucho de Jake las últimas horas.
Todo había sido muy confuso hasta que vio una hoja con un diagrama escueto dónde colocaban a Jake en el centro y Tejedor, Paola, Zombie y Osiris a los lados. Paola siempre cerca de Osiris, mientras que él y Tejedor se encontraban justo detrás de Jake. Zombie era el más alejado, el que parecía un vigía ausente.
Recordó su cena con Osiris, le había dicho muchas cosas de él pero pocas de los demás, era como si quisiera que Olivia lo viese solo a él. Le había dicho que era mucho más alto que Jake y más grande, afroamericano, con una piel más oscura que la de ella y el cabello muy corto.
Que era luchador profesional y que había cursado dos semestres en leyes.
A Olivia le costaba concebir la idea de que Osiris simplemente apareciese con Jake, con una historia ya creada y tan centrada que por momentos Olivia pensaba en él como en otra persona que había conocido.
Osiris le había dicho que era el mayor de todos pero fue el último en llegar. Que había aparecido en un tiempo que Zombie se había ido cuando Jake era un niño.
Que durante un tiempo todo era muy confuso y nublado, que no sabía lo que sucedía. Hasta que noto toda la ira que sentía Jake por las mujeres de cabello negro.
En ese tiempo solo estaban Tejedor y Paola.
Tejedor no era suficiente para proteger a Paola de Jake y tampoco lograba proyectar su compasión en Jake.
El revoloteo atrajo la atención de Olivia. Elegante ya se había levantado y caminado perezosamente hacia el alboroto.
Olivia había pensado en quedarse y esperar a enterarse que era, hasta que escucho que alguien decía "cuerpo".
Se levantó dándole un último vistazo a Jake. Sus signos eran estables, se preguntaba si su mente estaba tan calmada como su cuerpo.
Olivia fue tras Elegante. Los hombres de Elegante hicieron un buen trabajo limpiando. Ella pudo correr hasta alcanzarlo.
Olivia jamás había visto un cadáver hasta ese momento, aunque siempre estaba con Joana, su amiga se había asegurado que jamás viese cosas desagradables. Incluso cuando estuvo en la piscina con Evan y Joana trato de no mirar demasiado. Así que no supo que estaba realmente muerto hasta que tiraron su cuerpo como un costal de papas, y como un costal de papas aterrizó.
Todo color de su piel había sido totalmente drenado, el único color era el de la sangre seca sobre la grieta abierta de su cabeza.
Era un hombre mayor, delgado, Olivia no fue capaz de reconocerlo pero no noto el mismo desconcierto en Elegante.
Sintió que el estómago se revolvió cuando Elegante busco en sus bolsillos y no encontró nada.
_ ¿Quién es?_ pregunto Olivia.
_El Doctor Marco, el psicólogo del equipo_ Elegante soltó el nombre con la misma delicadeza que una pluma, como si no fuese nada importante.
Olivia no pudo mirarlo por más tiempo, estaba leyendo sus notas y observaciones y sentía que si miraba por más tiempo su cadáver ya no podría leer lo que había escrito.
Su mente comenzó a ser cruel con ella, imaginado cómo luciría el cadáver de Joana.
_Espero que Joana salga bien_ vocifero Olivia.
Su tono de amenaza divirtió por un momento a Elegante. A veces, cuando veía a la chica, su piel oscura y tersa, su cabello marrón resplandeciente y su rostro joven solía olvidar que no estaba hablando con una simple universitaria.
_ ¿O?
_Te demostraré que Joana no es la única con contactos.
Olivia había vivido demasiado tiempo en el mundo de Joana como para haber salido de allí ilesa.
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Ilustración de Cero
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Hora Roja (Trilogía Fantasma libro 3)
Misterio / SuspensoTe aconsejo reafirmar con más fuerza tu fe, porque cuando el reloj termine su cuenta, será la hora del diablo. Orden de lectura de la trilogía Fantasma 1) Rojo Oscuro 2) Sombra Roja 3) Hora Roja Todos completos