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8

Palabras de la nota.

"Pensamientos"

Diálogo normal

Los personajes son de Masashi Kishimoto.

OoOoO

El sol ese día estaba en su punto más alto, pero no se sentía ni frío, ni calor. Ningún malestar había en ese día, las hojas de los árboles se deslizaban con la brisa de Abril. En un gran instituto, se escuchaban los gritos y ruidos, típicos de adolescentes. Era hora del receso y todos tenían hambre.

Naruto caminaba entre las mesas de sus compañeros hacia tres chicas enfrascadas en una conversación. Con su rutinaria sonrisa y su pose, brazos sosteniendo su cabeza, le habló a su amigo, que este se encontraba leyendo.

— Gaara, vamos a comprar ramen —. Naruto sabía que a ninguno de sus amigos no tenían satisfacción de verlo comer esa comida. Pero, ¡bah!, era ramen. Cualquiera que rechazará esa comida, era un demente.

Iba a escuchar la respuesta de Gaara, cuando una voz gruesa, que desgraciadamente, conocía muy bien. Le habló a sus espaldas. Con una vena en la frente, le dio cara a su, ahora nombrado, enemigo.

—Yo voy con ustedes —. Todos y cada uno de sus amigos, se sorprendieron al ver a Uchiha Sasuke con las manos en los bolsillos, diciéndoles que iba a ir con ellos.

Nadie, jamás, se iba a imaginar aquellas escena.

—¿No has traído tu almuerzo, Uchiha? —la voz sedosa de Gaara, hizo la pregunta del millón, sino ¿Qué demonios le habría sucedido al Uchiha que despreciaba la comida de Naruto?

—No —Sasuke miró hacia otro lado, "las ojeras se le marcan más" pensó Hinata, que había mirado todo aquello con atención—, mi madre... no me lo hizo, y no se donde queda... para comprar...

Se callo al instante, ya era demasiado para un orgulloso Uchiha hablar con ellos.

Y era verdad, Sasuke, no había comido nada antes de ir al instituto, y como había faltado mucho tiempo. No sabia a donde dirigirse, para comprar.

Naruto lo observó con una ceja alzada, para luego girar la cabeza.

—Vamos, ¿Que se podía esperar a un maldito como tú? —. Hinata sonrió internamente, Naruto podía ser orgulloso, pero portaba un corazón de oro. Y éste último siempre ganaba, a cualquier situación.

Pero su sonrisa se esfumó al instante, al recordar la nota.

23 de Abril:

Sasuke entra al club de lectura.

Cómo Sasuke dijo que su madre no le preparó nada de comer, dije que mañana le traería el almuerzo.

¿No será que él...? Salió de sus cavilaciones al escuchar la voz de su amiga pelirrosa dirigirse a ella.

—Hinata, qué bien cocinas, ojala yo pudiera cocinar así —. Con los ojos llorosos de Sakura, mientras probada una rebanada de la comida de Hinata. Matsuri pensó que se parecía a esos chibis que ve en sus series anime.

—Sakura-chan, no te desanimes, cocinas excelente —. Naruto se apareció entre Matsuri y Sakura, y con atrevimiento, tomó una mitad del sándwich de su almuerzo.

A los segundos, se encontraba verde y con ganas de vomitar.

—Naruto, a qué mi comida es saludable —con la voz, demasiado melosa de Sakura, el rubio asintió, con la comida que se negaba a tragar.

Gaara se le acercó y le habló con seriedad.

—no querrás, decepcionar a Sakura, nee Naruto, tragalo —Naruto miro con odio a Gaara y recordó los ojos jade de Sakura. Con todas sus fuerzas de voluntad, trago.

Casi se desmaya.

Sakura le dio un golpe en la cabeza.

—Serás idiota, eso te pasa por comerte mi medicamento en mi almuerzo —. Observó al rubio con enojo y al ver su cara de arrepentimiento, reprimió una sonrisa. Pero esta se vio expuesta cuando Gaara le propinó otro golpe.

—¿Y eso por qué fue? —frotándose el chichón nuevo, Naruto miro a Gaara. Éste levantó los hombros.

—Le vi la oportunidad.

Todos lanzaron carcajadas; Sakura, Naruto, con una gran sonrisa y dos chichones en su cabeza, Matsuri con sus dos palitos a medio comer, Gaara con una sonrisa de lado.

Hinata también reía por aquellas escena, pero callo en cuanto vio a Sasuke.

10 años en el futuro, Sasuke ya no está.

Éste se encontraba... perdido, parado en medio del salón. En el hospital también lo había visto así. Como si aquel, no fuese su lugar.

—Vamos, Dobe, Sabaku-no, no tengo todo el día —. Con irritación, salió del aula.

—ya, ya. Bastardo, que no se te olvide que insultaste a mi comida.

Las voces se iban perdiendo en el corredor y a Hinata le rondaba una sola cosa en la cabeza.

"¿Sasuke-san no estará? ¿No será que él...?"

En la última clase, Sasuke se disponía a guardar sus cosas para irse. "Hogar, dulce hogar" pensó con ironía y cansancio. Sabía que tenía los párpados pesados, pero ya se había acostumbrado.

Claro, eso pensaba. Hasta que los ojos azules del rubio chillón se interpusieron en su camino.

—Sasuke-idiota, vamos a la biblioteca.

La indiferencia de Sasuke ocultaba su sorpresa. ¿Cómo demonios sabía ese tonto que a él le interesaba la lectura...?

—¿Para qué demonios quieres que te acompañe? —le traía sin cuidado la invitación, pero que justo esa persona lo haga... Era demasiado sospechoso —, qué estás tramando.

Naruto hizo un mueca de disgusto.

—No hay truco, solo...—¿sólo? ¿sólo? Lo sabía, allí había gato encerrado —quiero que me acompañes a ver algo.

Naruto podía ser abierto como un libro, y dejaba claro algo.

Eso era verdad.

Sasuke sostenía una lucha interna. Si iba con ese miserable, él tendría ideas erróneas sobre su relación.

Pero si no... Si no, no tenia nada que perder, no tenia que llegar temprano a su hogar, ni nadie lo esperaría. Así que.

—Además, Hinata-chan mencionó que leías muy bien y que de seguro eres lector —. Hinata que escuchaba todo, se puso más roja que un tomate y comenzó a balbucear. ¿Cuando ella había dicho eso?

—Y-yo n-no, ohmm, Uchiha-san —. Su corazón se aceleró a mil al sentir la mirada de sus amigos.

—Hyugga —la voz gruesa de Sasuke la hizo volver en sí y no se dio cuenta que sus ojos serios la penetraban. —llámame Sasuke.

Hinata lo observó dudosa. —Sasuke, a secas.

Dicho esto se fue a la salida. Todos lo miraban extrañados por tercera vez en el día. Antes siquiera de salir, se detuvo.

—¿No que me ibas a mostrar algo? —Naruto no le quito el ojo en todo el camino.

Mientras en el aula, Hinata tenía la boca entre abierta como un pez. Sakura enarco una ceja.

—Este día fue de lo más raro.

oOoOoO