Día 3

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El viento aullaba, la lluvia caía y la noche era oscura

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El viento aullaba, la lluvia caía y la noche era oscura.

La gente corría de un lado a otro intentando resguardarse, los más precavidos llevaban paraguas y estaban abrigados.

En todo el caos, nadie voltearía a verlo, siempre había sido invisible.

Estaba en un callejón, mirando todo a su alrededor intentando resguardarse en una muy desgastada caja de cartón cerca de la basura.

El restaurante que solía darle las sobras estaba cerrado, así que no había comido ese día.

La vida de un pequeño gato callejero nunca fue lo mejor, después de todo.

Al igual que todas las noches, había alguien tocando el piano en la casa de al lado, eso siempre le tranquilizaba, pero lamentablemente no le quitaba el frío y el hambre.

Escuchó los pasos de alguien acercándose, pisando los carchos de agua que la lluvia dejaba a su paso, y al igual que cada vez que eso pasaba, maulló, dejando al extraño escuchar su débil lamento, esperando que se apiadaran de él y que por lo menos, le den algo de comer.

Por su lado, aquel chico rubio de ojos verdes que pasaba por allí, se alertó al escuchar el maullido, parecía ser el de un gato pequeño. Preocupado, busco con la mirada los posibles lugares donde este se podía encontrar, un nuevo maullido le reveló su posición, en una caja arrumada en una esquina.

No dudó al tomar la decisión de llevarlo a casa, de todas formas, su abuelo quería adoptar a un gato desde hace unas semanas.

Era un hermoso gato Himalaya Persa, no sabía cómo era que podía estar en un callejón a su suerte.

El pequeño felino se acurrucó en sus brazos cuando el chico lo alzó para llevárselo a su casa, no tenía muchas fuerzas y se fue quedando dormido en el camino.

Nunca antes había sentido tanta paz ni tanta calidez en su vida, era tan tranquilizante que no parecía verdad.

Cuando despertó, ya era de día estaba en un lugar completamente extraño.

Estaba en un suave almohadón color celeste, olfateó un poco a su alrededor, en busca de peligro, se sintió mejor al no encontrar ninguna amenaza, pero se mantuvo alerta.

Se atrevió a explorar un poco el lugar, estaba en una habitación, no se veía muy ordenada, habían un montón de cosas desparramadas por todos lados, el piso tenía cerámica y eso lo hacía algo frío, pero no demasiado.

Se escuchaba música en el lugar, el felino no lo sabía pero era "Boys in the band" de "The Libertines", maulló intentando llamar la atención de algo o alguien que le diera una idea de lo que estaba sucediendo, pero su voz era opacada por la música.

Al no obtener respuesta, decidió seguir analizando el lugar, no recordaba cómo demonios había llegado ahí, pero eso no era lo importante ahora, debía averiguar si ese lugar era completamente seguro, o en todo caso, si debía encontrar la forma de escapar.

𝐄𝐯𝐞𝐫𝐲 𝐃𝐚𝐲 𝐖𝐢𝐭𝐡 𝐘𝐨𝐮 [Otayuri WEEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora