Capítulo 14.

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Una reconciliación express.

No lo dude ni un segundo.

Cogí la bolsa de mano como pude. Me puse la gorra de volada sobre la cabeza y salí corriendo tras él.

Si se dio cuenta de que lo seguí no hizo ademán de saberlo.

—¡Ey! ¡Karsten! ¡Espera! —exclamé correteando detrás de él, que caminaba bastante rápido.

Me ignoró.

—¡Vamos! ¡No seas así! —volví a renegar— ¡Karsten!

Tenía la vista fija en su espalda, y por el apuro de seguirlo, no me di cuenta del huequito que tenía el pavimento por lo que terminé doblándome el pie gracias a los tacones que tenía puestos.

Solté un quijo de dolor. Fue ahí recién donde se dignó a voltear.

Se acercó a largos pasos y me sostuvo del brazo cuando estaba punto de caer por intentar mantener en equilibrio con mi único pie sano.

—¿Estás bien? —paso un brazo por debajo de mi hombro y me ayudo a estabilizarme.

Le empecé a tirar carterazos con mi bolsa de mano, sin pensarlo. El muy descarado, encima se quejó.

—¡Au, au! ¡Espera!

—¿Por qué me haces esto, ah? —lo acusé—. Me he dislocado el tobillo por ir siguiéndote a correteos con estos malditos tacones.

—Nadie te obligo a correr con esas cosas del demonio.

—¡Claro que sí! ¡Tú me obligaste a correr caminado de esa manera tan rápida! —le tiré con la cartera en el hombro, otra vez.

Vi que reprimió una sonrisa antes de hacerse el serio.

—Era para que no me siguieras, genia.

—¿Cómo no te voy a seguir? ¡Me vas ignorando una semana, Karsten! ¡Yo así no puedo vivir!

—Awww que tierna. No puedes vivir sin mí.

Le tiré la cartera, con mucha más fuerza, sobre la cabeza. Karsten al instante me soltó para sobarse la zona adolorida.

Fue en ese momento donde me vi morir.

Bueno, quizás no tanto.

Pero si sentí la adrenalina correr por mi cuerpo, cuando vi el suelo acercarse, o bueno, yo acercarme al suelo.

No me había percatado haberme estado apoyando tanto en él hasta el momento en que me soltó.

Hubiera caído de cara al pavimento si Karsten no hubiera hecho una maniobra con el otro brazo para agarrarme en picada. Otra vez.

Su brazo me rodeaba la cintura.

Él estaba un poco inclinado a la derecha justo como yo.

Apoye mi mano en su hombro e intente estabilizarme.

Levante la mirada para decir gracias, pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta.

Estábamos muy cerca, tanto que podía sentir su aliento chocar contra mi mejilla.

Estaba agitado, igual que yo. Sus labios tenían un pequeño brillito por los rayos amarillos del sol que reflejaban sobre ellos.

Provocativos.

—Sash... —intento decir—. Yo... lo siento... no era mi intención evitarte... pero no he podido...

Lo corté.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2022 ⏰

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Pensé Que Sería Feliz  || RE-ESCRIBIENDO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora