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Su intento de golpearme en el brazo fue estúpido por lo que rápidamente lo paré con mi daga.
Salté hacia un lado esquivando su patada tomando su pierna en el aire y golpeándole la otra provocando su caída en el suelo.
Era buena luchando pero yo lo era más, creo que a eso le añadiría los años siendo cazadora o el echo de que me he pasado todos estos años practicando.

— te digo que estoy cansada que no seas muy dura conmigo y es cuando más guerra me das — se queja mirándome desde el suelo ceñuda

— Piper solo son ideas tuyas — me burlé ofreciéndole una mano para que se parara, la cual aceptó con gusto

— no me van a dejar entrar asi a la cabaña — murmuró viendo su atuendo, el cual estaba manchado de tierra — me da igual

Se encogió de hombros y empezó a caminar hacia unos bancos en donde había dejado sus cosas.
Eso era lo que me agradaba de ella, que a pesar de ser hija de Afrodita le importaba una mierda todo esa fineria de las hijas de la diosa del amor.

— Annabeth te estaba buscando — me avisó sentándose sin quitar la vista de mi

Me encogí de hombros siguiendo su ejemplo. A lo lejos casi al final de la arena de entrenamiento podía ver a Clarisse y a Reyna luchando. Era un espectáculo para ver, la hija de Ares era tosca e impulsiva mientras que la pretor media sus movimientos y los efectuaba con demasiada precisión, se podría decir que eran polos opuestos.
Desde que los dioses se enteraron de la guerra ordenaron al Campamento Júpiter venir a entrenar aquí dejando a Nueva Roma custodiada por los más jóvenes o los más viejos los cuales no participarían en la guerra.

— sabes que yo le creo ¿verdad? — me preguntó llamando mi atención

— problema tuyo que le crees sus excusas — bufé, ilusa

— ¿ni siquiera le das el beneficio de la duda? — me volvió a preguntar y yo ya estaba pensando en quitarla de mi lista de  amigos

— no se lo merece

—es que no entiendo — negó con la cabeza con fastidio — el problema de ella fue con Percy no contigo

— sabes que no me gusta hablar de eso — mascullé levantándome

— ¡chicas! — el grito de Will evitó que Piper dijera lo que sea que tuviera en mente

— ¿otra vez huyendo de Leo? — pregunté con burla viendo como llegaba con la respiración alterada

— ¿que le hizo esta vez a Calipso? — preguntó Piper

— le quemó todo el armario de ropa— susurró tapándose la boca para disimular la risa — quiere que le haga una serenata para que le perdone

— ay dioses jjj — se río Piper

— el problema es que tengo que ir con Nico a ver a mi suegro — comentó sonriente — así que les pido de favor que vallan y hablen con Calipso

— ni mierda ni charlas de amor — bufé recogiendo mis dagas — conmigo no cuenten

— ah claro se me olvidaba que hablaba con una ex-cazadora

— ¡cállate Solace!

Les deje hablando ya que no estaba de humor para discutir con el hijo de Apolo.
Todos estos años de amistad me han enseñado que con el no se podía discutir, al ser hijo del Dios de la verdad era imposible mentirle y tiene demasiada energía y paciencia como para pasarse un día entero llevándote la contraria.

— reunión en cinco minutos, todos los jefes de cabaña incluyendo los asesores — me informó Hazel pasando de carrera seguida de dos chicos más mientras gritaba que se apuraran que los dioses no estaban de ánimo hoy

My life 2 : DistrustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora