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Yoongi tomó apurado la mochila de Jungkook, llevándola en la mano. Revisó rápido el apartamento, por si se le olvidaba algo.

Ya eran las siete cuarenta y cinco de la mañana, debían llegar rápido al jardín para que no llegue tarde al hospital, menos cuando ese día iba a ser un día importante, aunque no recordaba muy bien el que era, pero lo que si estaba seguro era que debía estar en el hospital temprano sí o sí.

Tomó la mano de su hijo y salieron del apartamento, dirigiéndose a donde estaba su auto estacionado. Al estar ya en el auto, sentó bien a jungkook en su silla y le puso el cinturón, revisó que esté bien asegurado y cerró la puerta. Sacó sus llaves y se sentó frente al volante, colocó las llaves en su lugar y arrancó el auto.

Cuando llegaron al jardín, Yoongi se bajó del vehículo encaminándose al lado donde estaba su hijo, quien ya se había sacado el cinturón y se había puesto su mochila. Se encaminaron a la entrada donde ya estaba Jimin saludando a los niños con su linda y cálida sonrisa.

— Jungkookie, atención —Habló el mayor, arrodillándose y quedando a la altura del niño.— Minki está enfermo, así que tu tío hoseok te vendrá a buscar, ¿está bien? —el menor asintió. Se levantó y caminó hasta el profesor que los miraba con una sonrisa tímida.

— Buenos días. —Saludó cordialmente. Los contrarios respondieron de igual forma. Prestó atención y pudo ver las manos inquietas del padre del alumno.— ¿lleva prisa?

— De hecho, sí, un poco. —Hizo una mueca mirando el reloj de muñeca marcando las siete con cincuenta minutos.— Debo irme, nos vemos en la noche, conejito. —Le dio un beso en la suave y regordeta mejilla de su hijo.

— ¡Adiós, papá! —Levantó su manita, moviéndola de un lado a otro despidiéndose, siguiendo con la mirada como su papá se iba hasta el auto, dirigiéndose al hospital.

— No se acuerda que haremos una salida al hospital, ¿no? —Preguntó divertido Jimin. El niño solo sonrió burlón, sabía que su papá había olvidado que ese día su curso iban a ir al hospital donde trabajaba su progenitor, aprenderían sobre lo que hacían los médicos, sus especialidades y responsabilidades.— Es hora de entrar. Vamos, Jungkookie. —Tomó su mano y caminaron hacia el establecimiento, ingresando a clases.

(♡)

Los niños miraban emocionados el hospital, sobre todo al personal que se movían de un lado a otro. Cuando pasaban por los pasillos, por fuera de las habitaciones de los pacientes, sus ojos se expandían, preguntándose qué habría pasado con el paciente.

La jefa de cirugía iba delante, presentando a los jefes del área donde estuvieran. Los jefes de cada aérea respondían las preguntas que los niños curiosos hacían, además de decir que era lo que hacían ellos.

— Y la aérea a la que entraremos ahora es la de pediatría, donde verán a muchos niños de sus mismas edades, o un poco mayores. —Doblaron al final del pasillo, entrando a pediatría. Detrás del mostrador había un chico hablando con el jefe de cirugía pediátrica, Yoongi. Ambos estaban mirando los resultados de un paciente, compartiendo opiniones. Se veían serios, haciendo leves muecas al no estar de acuerdo con algo, pero pronto daban otra solución. Una chica mucho más joven con un uniforme de otro color, siendo un celeste más claro, llegó donde los titulares diciéndoles algo.

— ¡Papá! —Gritó Jungkook, corriendo donde su padre. El mayor buscó con la mirada la voz que reconoció de inmediato, bajó la mirada al sentir unos brazos abrazando sus piernas. Sonrió confundido, levantó a su hijo en brazos, dándole un beso en la mejilla.

— ¿Qué haces acá, Jungkookie? —El mencionado apuntó a sus compañeros, y ahí fue cuando Yoongi recordó ese día y porque era importante. Al ver que su jefa lo miraba fijamente y moviendo disimuladamente su cabeza para que se acerque hacia donde estaba el curso, bajó al menor de sus brazos, el cual corrió hasta sus compañeros. Se acercó hasta su jefa, sonriendo nervioso.

— Y el es nuestro jefe de cirugía pediátrica, el doctor Min Yoongi. —El mencionado hizo una reverencia.

— Mi papá. —Mencionó orgulloso jungkook. Su padre solo negó divertido.

— Bueno, doctor Min, preséntese y diga que hace. —Jimin al escuchar eso prestó de inmediato atención al mayor.

Debía hablar con términos fáciles y claros, para que los menores entiendan.— Hola, niños. Soy el doctor Min, yo atiendo y ayudo a menores de edad, quiero decir que atiendo desde los bebés hasta los chicos de dieciocho años. —Los menores abrieron sus bocas, formando una "o".

Una niña levantó la mano emocionada. Yoongi la miró y asintió, indicándole que podía preguntar.— ¿Usted ha ayudado a todos los niños de esta aérea?

— Bueno, no todos. En la aérea de pediatría hay más doctores especializados y que atendieron a los demás niños. —Pasó su mirada a otro niño que levantaba su mano.

— Doctor Min, ¿usted abre a los niños? Mi mamá dice que abrir a las personas es un delito. —Dijo inocente. Los mayores, como la jefa y el profesor, rieron bajo al ver al cirujano con una expresión confusa e incómoda.

— Eso depende. Yo lo debo hacer para ayudarlos, no por un motivo malo. —Al ver que el niño aún se veía un poco confundido, decidió proseguir.— Hay veces que las heridas no solo son en sus pieles y fáciles de ver, algunas están dentro de ustedes y para poder curarlas debemos hacer una cirugía. —El menor, Mark Lee, sonrió al resolver su duda, entiendo por fin.— Otra pregunt- —Uno de los monitores empezó a sonar, avisando del paro de uno de los pacientes. Los del personal empezaron a ir a la habitación, y por supuesto, el también.

Los niños miraron por medio de la ventana, viendo como los profesionales se ponían manos a la obra. Al ver que el corazón se detuvo, Wooyoung, un colega del aérea, empezó a hacer RCP, o en sí, reanimación cardiopulmonar mientras Yoongi preparaba el desfibrilador. Al tener todo listo, empezó a indicar.

— ¡Despejen! —Todos alejaron sus manos antes que la carga se hiciera. Al no haber respuesta, indicó una carga más alta. Al estar lista, avisó.— ¡Despejen! —Mordió su labio inferior al no tener respuesta. Prepararon una carga más fuerte, y la efectuaron.— ...¡Despejen! —El monitor sonó al tener latidos. Todos soltaron el aire que tenían retenido. La pequeña WonYoung había vuelto.

— ¿Revivió? —Preguntó asombrada una de las alumnas. La jefa de cirugía asintió.— ¡Eso es genial!

— ¿Y ahora va a estar bien? —Preguntó un niño más.

— Eso esperamos. Bueno, es momento de ir al aérea de neurocirugía, síganme. —Y aunque dieron pasos cortos, seguían mirando por medio de la ventana impresionados, y el profesor no era la excepción, quien no paraba de mirar al jefe de cirugía pediátrica.

Una de las compañeras de Jungkook se acercó al menor.— Jungkook, tu papá es genial. —Dijo emocionada. El niño asintió feliz.

Taehyung volteó al no ver a su colega, y claro, el mayor se había quedado atrás. Rodó los ojos y se acercó él.— Se supone que solo debo vigilar a los niños, pero parece que a ti también. —El pelirubio salió desu trance y sacudió su cabeza. Encaminándose junto a los niños. Aunque aún no sabía cómo, estaba seguro que le pediría una cita a ese cirujano, pero ahora debía estar pendiente de sus alumnos. 

My Little Bunny ; JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora