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El infante seguía con su mirada a su padre que se movía de un lado a otro, y aunque no supiera realmente lo que hacía, la realidad era que Yoongi estaba revisando que todo estuviera en orden para que su hijo pueda irse a dormir plácidamente.

— Hey, Yoon, tranquilo. Jungkookie está en buenas manos, confía en mí. —Dijo Hoseok intentando tranquilizar a su mejor amigo, pasando su mano por los cabellos castaños del niño que estaba parado a su lado con su conejito de peluche en manos.

— Sí, lo sé, es solo que... —Yoongi hizo una mueca. Se sentía distinto, y es que había pasado tanto tiempo desde la última vez que se preparó para una cita, tomando en cuenta que eso fue antes de que siquiera su mejor amiga estuviera embarazada y su hijo fuera un embrión.— Nada, olvídalo.

La puerta fue tocada anunciando la llegada de alguien. Yoongi miró la puerta y fue a abrir, antes viendo por la mirilla para ver de quien se trataba, siendo Jimin el que estaba detrás de la puerta.

Tomó aire al sentirse un poco nervioso, sintiéndose como la primera vez que tuvo una cita cuando era un adolescente; Nervioso, pero con una calidez en él. Abrió la puerta con una sonrisa tímida.

Jimin al ver al pelinegro sonrió encantado. Yoongi iba vestido con una camisa en corte de V de color negro al igual que sus pantalones ajustados y zapatos. Jimin por su parte estaba vestido con una camisa blanca, y el resto de su ropa como sus pantalones y zapatos eran de color negro.

— Buenas noches. —Saludó Jimin con una sonrisa nerviosa. Luego de haber intercambiado números rápidamente en una de las tardes, por medio de mensajes, quedaron en el acuerdo de que Jimin pasaría a buscar a Yoongi para ir a la cita.— ¿estás listo?

Yoongi sonrió tímidamente y asintió.— Buenas. Y casi, solo me falta despedirme de Jungkook y estoy. —El profesor asintió tranquilo.

— Está bien, te espero. —El pelinegro asintió aun con su tímida sonrisa, esta vez siendo en forma de agradecimiento.

Yoongi se giró y miró a su hijo que lo miraba desde su lugar al lado de Hoseok. El niño le sonrió, de alguna forma intentando alejar todas las dudas en la mente de su padre; podría ser un niño de apenas seis años, pero bien que era consciente ya de algunas mínimas cosas, entre esas, las inseguridades de su progenitor, aunque no las llegase a entender al cien por ciento.

— Duerme temprano, ¿sí? Volveré en unas horas. —Su hijo asintió tranquilo. Ambos se miraron con cariño. El mayor le dio un beso corto en la suave mejilla del menor en forma de despedida.

Al separarse, Jungkook alzó su manita moviéndola de un lado a otro, despidiéndose de Yoongi.— ¡Disfruta! —Dijo con su peculiar sonrisa.

Yoongi se volteó y caminó hacia la salida, dando por una última vez una mirada rápida a su hijo; ¿Se sentirían así también los demás padres solteros? Fue inevitable no preguntarse eso, pero suponía que cada padre o madre soltero era distinto.

Jimin no quitó su sonrisa dulce y comprensiva, porque de cualquier forma el entendía las acciones de Yoongi, y que el pequeño niño que llevaba su apellido siempre estaría en su primer lugar, no podía culparlo, de hecho, pensaba que, si el también tuviera un hijo, sería el que estaría en primer lugar siempre.

— ¿Y a dónde vamos? —Preguntó Yoongi una vez estuvieron fuera del edificio, sentándose en el asiento del copiloto. Por otro lado, Jimin cerró la puerta del auto al sentarse en el asiento del conductor, arrancando el auto para dirigirse a su destino.

— Es una sorpresa. —Terminó por decir. El pelinegro solo le miró curioso, intentando adivinar donde sería la esperada cita, pero se rindió, con tal, en su mayoría siempre las citas terminaban en un restaurante, y esta no sería la excepción ¿no?

My Little Bunny ; JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora