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— Estábamos comprando comida en el super, ¡y un niño cerca de nosotros se desmayó! —Contó Jungkook sentado en una silla de la mesa del comedor. Con sus brazos le daba más emoción al contar lo que le sucedió un día con su papá. Jimin lo miró curioso, incitándolo a seguir contando.

Ya había comido lo que quedaba de la sopa con Jungkook, aunque dejaron una parte para el cirujano que estaba trabajando, suponían que regresaría hambriento.

Los platos y ollas usados y sucios fueron lavados y secados, con ayuda del menor Jimin pudo saber donde guardar cada cosa.

— Según mi papá, el niño había tenido un "ataque cardiaco". La mamá del niño gritaba por ayuda, y las personas hicieron un circulo alrededor de ella. —Hizo una mueca, y es que en vez de que ayudaran, las personas que los rodearon solo se dedicaban a observar, tomar fotos o grabar.— Como nadie ayudaba, papá se presentó a la señora rápido y le tomó el... uh... —Se le había olvidado cual era la palabra.

— ¿Pulso? —Ayudó Jimin.

— ¡Sí! ¡Pulso! —Sonrió. Jimin se sentó en la silla de enfrente, así era más cómodo.— Empezó a hacer así... —Empezó a hacer el típico movimiento al hacer compresiones, intentado imitar a su papá.— y cuando estaba haciendo eso, me dijo que tomara su celular y llamara a la ambulancia.

— ¿Te sabes el numero de la ambulancia? —Jungkook asintió orgulloso de si mismo. Jimin se sorprendió, y es que ni el mismo recordaba su propio numero de celular, menos el de una ambulancia.

— Y cuando llegaron, los doctores de la ambulancia lo revisaron y dijeron que ya tenía pulso. ¡La gente aplaudió! Y luego se llevaron al niño, la mamá abrazó a mi papá y le dio las gracias.

— ¿Y qué pasó luego con el niño? —Preguntó intrigado.

— Pues... tomando en cuenta que es JongHo, está vivo. —Y ahí Jimin se sorprendió más, ¿el niño que habían reanimado era uno de sus alumnos? A veces el mundo parecía ser tan pequeño.

La tarde se pasó volando, Jungkook contó cada experiencia vivida con su padre, claro, las más interesantes.

Yoongi había llamado hace un rato, preguntado como estaba su hijo y aprovechando de hablar con el un rato. Lamentablemente para él, llegaría mucho más tarde de lo que esperaba, siendo probable que llegue en la madrugada.

En cuanto Jungkook ya estaba mejor, y es que la fiebre se había controlado de forma considerable, y llegando la noche ya tenía su temperatura normal. Oh, y aunque intentaba no rascarse o quitarse las costras que ya tenía por su cuerpo, la picazón parecía desafiarlo realmente.

— Eh, ¡Jungkookie! —El mencionado al darse cuenta que su profesor lo había pillado rascando uno de los granitos que tenía en sus brazos, hizo un mohín y alejó su mano del brazo contrario.

— No hice nada. —Levantó sus brazos en forma de demostrar su inocencia.

— Ajá, por supuesto. —Dijo sonriendo burlón. Se recordaba a si mismo cuando le había dado varicela, buscando que su madre se distraiga para poder rascarse y acabar con la picazón, aunque parecía empeorar todo.

Siguió preparando el sándwich ligero además del té, sacando una taza junto con el biberón de Jungkook; Aunque el menor ya había dejado de lado el chupete y los pequeños juguetes de bebé, dejar el biberón parecía costarle más.

Tomaron once tranquilos, esta vez siendo Jimin el que contaba sus experiencias como cuando recién empezaba la universidad y como se equivocó de sala, llegando a la sala de los de tercer año. O como cuando por llegar tarde corrió rápido por el campus, y por accidente se tropezó con una piedra y cayó en frente de otros estudiantes. Fue realmente vergonzoso.

Entre conversaciones la comida y el té se terminó. Jimin lavó los platos sucios, dejando todo listo. Miró la hora, siendo ya las diez de la noche; Se volteó y le pidió a Jungkook lavarse los dientes y se ponga el pijama mientras el terminaba de ordenar la sala de estar.

— Ya estoy. —Dijo el niño refregando su ojo con su mano en forma de puñito. Con su brazo sobrante tenía abrazado a su conejito, y en la cama a sus costados estaban los dos peluches que le había regalado Jimin, siendo uno un perrito y el otro un gatito.

Jimin arropó al menor, prendió la lampara a pilas con forma de estrella que estaba en el velador, apagó la luz principal y se despidió de Jungkook. El menor de acomodó mejor y cerró sus ojitos para ir cayendo en los brazos de Morfeo en poco tiempo.

El profesor sin saber bien que hacer, y ya con sueño, buscó una frazada para poder abrigarse. La noche era helada, y aunque la cama de dos plazas del padre de Jungkook se veía cómoda y cálida, no se atrevía siquiera a entrar a esa habitación por más frio que tuviera.

Se acomodó en el sillón, arropándose con la frazada roja que había encontrado la cual lo abrigó lo suficiente para no sentir demasiado frio.

Y aunque podía recostarse en aquel sillón, decidió quedarse sentado para no sentir que estaba invadiendo demasiado. Poco a poco sus parpados fueron pesando, cada vez costándole más quedarse despierto.

Todas las luces ya estaban apagadas, y lo único que iluminaba un poco la sala era la luz de la luna.


Yoongi suspiró cansado, abriendo la puerta de su apartamento, lo único que quería hacer era ver a su hijo e irse a la cama y dormir. Recién eran las cinco de la mañana, pronto amanecería.

Al entrar al apartamento, lo primero que vio fue a Jimin durmiendo. En la forma en la que estaba durmiendo jimin era probable que al despertar le doliera el cuello.

Con cuidado movió al profesor, recostándolo en el sillón. Buscó otra frazada, la temperatura había bajado, por ende, hacía mucho más frío que cuando el profesor se quedó dormido.

Miró unos segundos el rostro pacifico del pelirubio. Cuando se dio cuenta, sacudió su cabeza, sintiéndose como un acosador.

Se encaminó a la habitación de su hijo, en silencio abriendo la puerta de su habitación y viendo que Jungkook estaba profundamente dormido abrazando sus peluches. Sonrió enternecido antes de dirigirse a su habitación para poder por fin descansar. 

My Little Bunny ; JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora