ˢⁱᵉᵗᵉ

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¿Como se supone que debería estar Jisung ahora mismo? Su amistad con el pelinegro había dado un giro de 360°.
Había pasado ya tres semanas desde que Minho lo besó en la puerta de su casa, y en esos 21 días restantes Minho volvía a hacer lo mismo.
Todos los besos de diferentes maneras, diferente lugar. Pero todos tenían algo en común, solo sucedían a la hora de despedirse.

Ahora Jisung se encontraba en la cama de Minho, viendo el techo del lugar. Analizando bien las cosas, el más alto estaba en otra parte de la casa y él estaba completamente solo en el cuarto.

¿Por qué se besaban? Los amigos llegan a hacer cosas raras pero ¿besarse?
Con ninguno de sus amigos se había siquiera acercado a darles besos en la mejilla, ¿Por qué dejaba que Minho descubriera su boca?

Todo era completamente confuso para él.
Tampoco quería estar en la casa de Minho, tenía miedo de a donde podía llegar esto. Sabía que si se iba tenía que besar a Minho y si no lo hacía, todo daba a que también lo debía hacer.
No era que no le gustaran los besos que Minho le daba, solo que era extraño.

En instantes Minho volvió a la habitación con bastantes hojas blancas para trabajar, debían hacer un trabajo final y como hacían buena pareja de estudio decidieron que sería buena idea.
Dejó todas las cosas en el suelo y se sentó junto a ellas, Jisung lo siguió arrastrándose por la cama.

Quedaron frente a frente, y aunque no era algo incómodo, a Jisung le daba una extraña tensión.
Tal vez Minho se veía particularmente más guapo hoy o solo será que es porque está usando lentes.
Trago duro e intentó ponerle atención a las ideas del otro, sin embargo no podía.
Minho se percató de esto al instante cuando levantó la mirada y se encontró con un Jisung desubicado y perdido en su cara. Soltó una risa pequeña.

Iba acercándose lentamente a Jisung para darle un beso en la nariz, algo que hizo saltar y reaccionar al otro.
Ahora estaba avergonzado, con su cara tapada con sus manos se encogía en sus piernas.

-Pon atención y deja de ver mi belleza-

Minho no paraba de reír, tan tierno.
Sin embargo cuando ya pasó un rato en esa posición el pelinegro se preocupó.
Se acercó rápidamente y tomó la cara del pelirubio entre sus manos. Estaba tan rojo que ni siquiera quería verlo a los ojos.
Minho sonrió ante eso e hizo la típica boca de pescado junto con sonidos para que el pelirubio pusiera atención. Una vez lo hizo, esperó aún con la boca así a que el más pequeño entendiera el mensaje.
Jisung rápidamente se acercó y respondió algo rápido, solo un piquito.

Pero Minho no se iba a quedar así, se levantó y le estiró su mano al pelirubio quien voluntariamente la tomó.
Se sentó en un borde de la cama e hizo que Jisung se sentara en sus piernas. Solo quería besarlo y olvidar todo por un rato.
Sorpresivamente, el pelirubio fue el primero en empezar seguido de Minho.
Era un beso con paciencia, mucha lengua y algo más que amistad.
Las manos del de mejillas regordetas estaban en el pecho del más alto, mientras que las del contrario se encontraban en la cabellera rubia de Jisung. Se separaban segundos eternos para tomar aire y volver al magnífico beso.

Jisung se sentía en las nubes cada vez que Minho lo besaba pero ésta vez lo había hecho volar entre ellas.
Cuando dieron el fin oficialmente a su unión se miraron fijamente.
Todo estaba siendo tan bonito, tan ellos.

Ninguno lo dijo pero los dos sabían que su relación era algo más que amistad y que eso cambiaba esa noche. Ninguno de los dos mencionó que ya eran pareja porque los dos sabían que lo eran y no hacía falta decir nada.

Esa noche durmieron abrazados, olvidando por completo el trabajo, esa noche era su noche.

𝙎𝙚𝙣̃𝙖𝙨 ✦ | ℳ𝓲𝓷𝓼𝓾𝓷𝓰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora