Capítulo 2

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"Tírame un beso, una mirada, pícame un ojo y te espero en la entrada..."

Mi mirada no se despega en ningún momento de la oscuridad de la noche, el cielo están cubierto por un oscuro manto de nubes que no dejaba ver ninguna estrella.

—Hemos llegado —anuncia en cuanto estaciona el coche a varios metros de la entrada de la discoteca.

—Pero aquí se está bien, hace calorcito y...

—Vale ,no voy a repetirlo —dijo mientras abría su puerta—. Parece que tienes ochenta años en vez de veinte, living la vida loca, hay que seguir el legado de Ricky Martin.

De mala gana me bajo del vehículo y cierro la puerta con más fuerza de la necesaria, mi amiga me reclama pero yo lo único que hago es maldecir por el jodido frío. Con pasos apresurados voy hasta la entrada de la discoteca, sabiendo que mi acompañante me seguía muy de cerca. Para mi sorpresa, dentro había muchas más personas de las que me esperaba.

—¡Al parecer no somos las únicas locas! —gritó cerca de mi oído, fruncí el ceño debido a que su voz sonó demasiado alta.

—Si, si... Lo que tú digas.

—¡Vamos a bailar! —chilla, emocionada, tirando de mi hasta la pista de baile, la canción de "Bésame", de David Bisbal y Juan Magán, estaba resonando en todo el local. Las personas bailaban como si no hubiera un mañana así que nosotras solo decidimos imitarlos.

La canción se había terminado dando paso a la siguiente. No sé cuántas canciones bailamos, tal vez cuatro o cinco...

—Mira a las a las tres y cuarto —indicó ella cuando la música iba bajando de sonido dando a entender que se estaba acabando.

Nunca entendí eso de las horas así que me puse a mirar, de una forma para nada disimulada, para todos lados. Entonces mi mirada se clavó en la barra, el hombre allí presente estaba apoyado de forma desinteresada dándole aires de seducción, llevaba un vaso de lo que parecía ser tequila que todavía no había bebido ni un trago. Era nada más y nada menos que mi atractivo vecino.

—¿Te puedes quedar sola el resto de la noche? —cuestiono con diversión cuando vuelvo a mirar a mi amiga.

—¿Sola? —alza una ceja mientras niega con la cabeza—. Ya me buscaré a algún chico para bailar.

—¿Solo para bailar?

—Por supuesto, para bailar sin ropa en el baño —concreta, seguido se aleja hasta un grupo de chicos e invita a uno a bailar, este no se niega así que segundos después ambos se encontraban bailando de forma pegada.

Ruedo los ojos de forma divertida mientras me abro paso entre las personas hasta llegar a la barra.

-Hola, vecinita —saludó en cuanto estuve frente a él, sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa.

—¿Te lo vas a beber? —le pregunto señalando su vaso, él niega solo para complacerme—. Si no te lo bebes tú pues ya me lo bebo yo.

Él me brinda su vaso y yo lo tomo gustosa, acerco mis labios al cristal y bebo el contenido. Sus ojos me miran expectantes y solo me dá más seguridad en mí misma.

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