все вместе (EN EDICIÓN)

4

[Recomendación;
escuchar música suave
de fondo.]

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La noche estaba tranquila, una leve brisa fría recorría el lugar, mientras el sonido de las olas chocando contra las rocas era lo único que se escuchaba.
El pelinegro tenía su vista perdida en el horizonte, sin observar nada en particular, sumido completamente en sus pensamientos. Su mano derecha se movía de vez en cuando, llevando aquel cigarrillo a sus labios, sintiendo como aquel humo quemaba ligeramente su garganta.
¿Por qué fumaba? Ni él mismo lo sabía, nunca había sido de vicios, pero luego de lo ocurrido su ansiedad había aumentado, la única manera de calmarse era de aquella forma.
Su ceño se frunció cuando sus belfos se quemaron de manera sutil, señal de que ya debía apagar la colilla. Se acomodó sobre la arena, abrazando sus rodillas y disfrutando de la sensación que le provocaba aquel lugar.
Últimamente iba muy seguido a la playa, sobretodo por las noches.
Aquel sitio se había convertido en su lugar favorito.
El sonido de su móvil le desconcertó, bufando molesto ante este, y lo sacó de su bolsillo para observar la pantalla. Tenía cuatro llamadas perdidas y diez mensajes de aquel ruso, todos y cada uno de estos últimos preguntando su paradero. Lo desbloqueó y comenzó a teclear, dejándolo de lado luego de haber enviado el mensaje con su ubicación.
Entendía la preocupación del agente, después de todo Ivanov se había alejado de todo y todos, incluso de su compañero ruso, con quien tenía una promesa.
Escuchó a lo lejos el sonido de un coche siendo aparcado, seguido del sonido de la puerta siendo cerrada con fuerza.
Cerró sus ojos y trató de concentrarse en el sonido del mar, notando a los pocos segundos como alguien se sentaba a su lado. Un brazo envolvió su cintura y el no se resistió, apoyando su cabeza en el hombro del adverso, ambos en completo silencio.
Se sentía como la mierda.
Había perdido a uno de los hombres que más amaba, no había podido protegerle y eso hacía que la culpa recorriera hasta la más mínima zona de su cuerpo.
Sintió como sus mejillas comenzaban a humedecerse, ya no podía controlar sus lágrimas, necesitaba liberarse.

ー Ivanov. ー La suave voz del peligris retumbó en sus oídos, sin querer mirarle. Se acurrucó más contra su cuerpo, sollozando en silencio, dejándose consolar por el adverso.ー Bebé, mírame.

La mano fría de Volkov tomó con sutileza el mentón del pelinegro, obligándole a alzar la mirada. Sus ojos chocaron con los de este, sintiendo una punzada en su pecho al ver la mirada dolida de Ivanov.

ー Quiero encontrarlo, Viktor, quiero que esté aquí con nosotros. ー Susurró Ivanov, mordiendo su labio inferior, tratando de controlar su llanto.ー Debió haberme dejado morir.

El ruso apretó su mandíbula y frunció su ceño, llevando sus dos brazos a la cintura adversa. Lo alzó con cuidado y lo sentó sobre sus piernas, mirándole fijamente, haciendo notar su molestia.

ー Alexander, no vuelvas a repetir eso. ー Dijo con voz de mando, notando como el cuerpo sobre él temblaba levemente.ー Te prometí que lo íbamos a encontrar, juntos.

Los bazos del ruso abrazaron con fuerza el cuerpo de Ivanov, atrayendolo más cerca a su propio cuerpo. Escuchaba en silencio como este lloraba, lo entendía y prefería que dejara salir todo aquello que sentía con él.

ー Duele, Volkov, duele mucho. ー Volvió a susurrar con su voz rota, moviendo su cabeza en negación contra el pecho del ruso.ー Joder, tengo miedo, odio esto.

ー Lo sé, pequeño. ー Las manos del ruso se dedicaban a acariciar la espalda del contrario, dejando suaves besos sobre su cabello.ー Es difícil, duele, sientes que te quitaron la vida, hace que todo lo que haz hecho hasta ahora se vuelva inútil, que todo por lo que hemos pasado no valga para nada. Nos arrebataron a Jack y no pudimos hacer nada. ー Susurró cerca del oído de Ivanov, cerrando sus ojos y escuchando el choque de las olas con la orilla de la playa.ー Y es por eso mismo que no podemos rendirnos, debemos ser fuertes, seguir adelante, todavía podemos hacer algo. Salvaremos a Conway, Alexander, debemos avanzar, juntos, por él.