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Jo', que hambre tengo, tío. ─ Comentó el de cabellos rubios mientras miraba al cielo, sintiendo la suave brisa que corría por la ciudad aquella tarde.

Ni que lo digas, hemos estado de servicio por casi nueve horas seguidas. ─ Apoyó el chico de cresta, sorbiendo lo poco que le quedaba de su zumo sabor naranja y tirando la caja vacía al contenedor de basura a su lado.

¿Cómo crees que esté el abuelo? ─ Preguntó el mayor, desviando su mirada con un suspiro hacia el suelo. ─ No es como si me preocupe o algo, después de todo estamos hablando del mismísimo Jack Conway... ─ Agregó rápidamente, soltando una risa seca mientras estiraba sus brazos hacia lo alto.

No todos los dioses son invencibles. ─ Susurró con los ojos cerrados el adverso, manteniendo su cabeza hacia el cielo, disfrutando de la brisa..

Mh. ─ Respondió de igual manera el rubio, apretando aquella capucha entre sus manos.

Como sea, no podemos deprimirnos. ─ El de cresta se levantó con rapidez de aquel bordillo, estirándose mientras soltaba una queja ante el sonido de sus huesos. Posó ambas manos en su cintura y miró hacia el horizonte, podía ver la mayoria de la ciudad desde aquel tejado. ─ Además, Volkov dijo que tenia que hablar algo importante con nosotros.

Mierda, se me había olvidado. ─ Rápidamente el de cabellos rubios se levantó y sacó su móvil de la parte trasera de aquel pantalón verdoso, observando la pantalla una vez lo desbloqueó. ─ Si tomamos la desviación de la autopista, llegamos con cinco minutos de retraso, por lo cual el regaño no será tan duro, incluso podemos pasar a comprar café.

Gustabo, ¿sabes que Volkov nos dará con la porra igual, no? ─ Preguntó entre suaves risas el de cresta, poniéndose su capucha negra con estampados de hojas multicolores. ─ No sirve de nada calcular el trayec...

─ ¡Si no te apuras, te vas a pie, calvo! ─ Gritó el de cabellos rubios mientras emprendía su carrera en dirección a las escaleras del lugar, colocándose su capucha blanquesina con las letras "D.s" en la zona de su frente.

¡Hijo de puta! ¡Esperame! ─ Gritó de igual manera el menor, tomando su arma del suelo, corriendo tras su mejor amigo. ─ ¡Eres un asqueroso!

─ ¡No más que tú, perraco!

Ambos bajaron con rapidez aquellas escaleras hasta el parking donde estaba el patrulla, riendo en el trayecto.

A pesar de que se movían sin preocupaciones, sus mentes estaban nubladas.

Aunque ninguno de los dos lo admitia abiertamente, estaban desesperados. Querían encontrar a Conway lo antes posible.

Ni siquiera le habian agradecido el puesto en la policía todavía.

*

El humo de aquel cigarrillo desaparecía con la brisa de la tarde, últimamente no podía aquella conversación que escuchó por casualidad en el taller. ¿Realmente había escuchado bien? ¿Ese era el sujeto que había estado buscando? ¿Siempre estuvo frente suyo? Torció su boca en una mueca y tiró la colilla colina abajo. Acomodó su gorro pescador y su mochila al hombro, estirando sus piernas con suavidad y soltando un suspiro que demostraba su cansancio. Eso de estar trabajando desde las cinco de la mañana no era lo suyo, pero al menos ahora parecía que tenía una pista útil.

¿Me estás escuchando? ─ Desvió su mirada al chico de gorra verde sentado a su lado, soltando una suave risita mientras negaba. ─ Joder, ¿por qué siempre te pierdes en tus pensamientos cuando te hablo, neno?

все вместе (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora