Secretos de Apókolips

Parte IV: La Sombra Roja

/Parte IV: La Sombra Roja/

Pasaron unas horas desde que la película se acabó, todos parecían dormidos en el sofá, con la excepción de Kory que ya estaba dormida de ante.

Se levantó poco a poco intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a nadie, tenía que arreglar todo lo que la sombra roja sabía de él y, sobretodo saber como sabía lo que pasó si estában solos...

Al llegar al cuarto, Tim empezó a buscar el antiguo uniformel de trabajo, aunque se veía un traje un poco arrugado todavía sigue siendo lo mismo que antes, tantos recuerdos atrapados en estas telas que no apetece ponerselo, lo malo fue encontrar el armamento ya que la pistola gancho se encontraba en el armario de Rachel.

Tim se dirijió al cuarto de Rachel, abrió el armario y de ahi salió un monton de ropa al suelo, todo de color negro... Típico de ella. La caja en donde se encontraba la pistola gancho era en la zona más alta del armario, agarró el palo de selfie de Rachel y tiró la caja al suelo, al percatarse de eso agarró el aparato de inmediato.

Eso provocó un poco de ruido en el ambiente, Tim pudo escuchar unos pasos que venían del comedor, aprovehando que la puerta de la habitación de Rachel tiene las paredes cerca, Tim empezó a trepar y se quedó arriba intentando no hacer ruido alguno.

La puerta se abrió y con ella pudo descubrir quien se acercaba, al parecer Kory bebió demás, está deambulando por el cuarto de Rachel, cuando llegó al punto más alejado de la puaerta, Tim bajó y fue directo a la ventana para finalmente abrirla.

Agarró la pistola gancho y se tiró de espaldas por la ventana, al ser un sexto piso, Tim aprovehó para sentir el aire recorrer todo su cuerpo como en los viejos tiempos. Apuntó a la azotea del piso y disparó el gancho, una vez asegurado, antes de tocar el suelo, el gancho empezó a ascender hasta llegar al tejado, una vez ahí no vió nada.

Se colocó en el punto más alto de la azotea y seguía sin ver nada, empezó a pensar que tal vez fue otra alucinación de las suyas... Al girarse, se topó de frente con aquella sombra roja.

TIM: Joder... -Se toca la naríz- No podías avisar, verdad?

???: -Ríendo- No me estaría riendo ahora mismo.

TIM: -Se quita el polvo del traje- Entonces que... -Mira a la sombra- De verdad vas a fumar ahora?

???: -De espaldas al pequeño- Sí.

Tim: Al menos podrías mirarme a la cara, no crees?

???: -En la misma posición que antes- No.

TIM: -Cruza los brazos- Al menos dime cómo te haces llamar, no?

???; - Se pone el casco rojo- Me llaman Red Hood -Tira el cigarro-

TIM: -Ríe- De verdad? No había otro nombre?

RH: Me lo estás diciendo tu que, literalmente, te haces llamar pajaro rojo?

TIM: -Hace una mueca de disgusto- Ahí fuiste a hacer daño eh. Bueno, ya estámos... Qué hacemos?

RH: Todavía no, polluelo -Mira un holograma creado en su antebrazo- Falta alguien.

TIM: Quién?

De la nada, dertás de Tim, apareció un gran murcielago teñido de lila y pelirroja. Tim al verla aparecer de nuevo, como esa mañana, solo miró hacia el lado contrario y empezó a caminar para alejarse de ella.