𝐋𝐀𝐒 𝐕𝐄𝐍𝐓𝐀𝐉𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐑 𝐔𝐍 𝐏𝐑𝐄𝐅𝐄𝐂𝐓𝐎 | ❝Si iba a estar triste, iba a estar triste en una bañera del tamaño de una piscina muggle mientras olía como un centenar de flores diferentes. Joder.❞
Muchos privilegios vienen con ser un p...
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Sansa vaciló fuera del vestuario. Quizás ella no debería haber venido. Joffrey se ponía de mal humor durante horas cada vez que Slytherin perdía un partido, y ni siquiera había estado en el equipo. Quizás debería dejar a Margaery en paz por ahora. Probablemente se sentiría mejor en la cena. Sin embargo, justo antes de que se volviera para irse, se abrió la puerta del vestuario. Sansa se quedó paralizada.
Ink Girl, que Sansa ahora sabía que era Dahlia Zabini, levantó las cejas y le dio una mirada lenta. Ella sonrió y dejó escapar un zumbido de satisfacción, como si acabaran de demostrar que tenía razón en algo, y Sansa se enfureció. Pasó junto a Zabini y entró en el vestuario. Margaery estaba sentada de espaldas a la puerta, todavía vestida de uniforme y frotándose los cueros de Quidditch.
Se movió con movimientos bruscos y frustrados, e hizo que Sansa se detuviera de nuevo. Volvió a mirar hacia la puerta y entrecerró los ojos cuando vio a Zabini apoyada en la puerta. La otra chica movió los dedos en un gesto burlón antes de alejarse, dejando que la puerta se cerrara detrás de ella. Sansa tomó un respiro para calmarse y se volvió hacia Margaery.
"Oye."
Margaery se volvió y la irritación de su rostro desapareció. Los nervios de Sansa desaparecieron junto con eso, y su boca se curvó en una sonrisa que estaba segura que parecía tonta. O lo sería si Margaery no pareciera tener la misma expresión en su rostro.
"Buen juego", ofreció Sansa.
Margaery puso los ojos en blanco, pero seguía sonriendo un poco. Se puso de pie, pasó por encima del banco y se sentó de cara a Sansa. "Si fuera un buen partido, habríamos ganado".
"¿Pero habría valido la pena decepcionar a Teddy Lupin?" La sonrisa de la pelirroja adquirió un tono burlón. Todos adoraban a Teddy Lupin, o al menos lo admiraban. Incluso los Slytherins. Él era solo una de esas personas.
